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Sakura en Aragón: estos son los lugares donde puedes disfrutar de la llegada de la primavera

La palabra japonesa “sakura” significa flor del cerezo y en Aragón contamos con numerosos de estos árboles frutales con la llegada de la primavera

Descubre los lugares de las provincias aragonesas donde disfrutar de los almendros en flor

Texto de Armando Cerra

¿Te suena la palabra “sakura”? Es muy posible que sí y que te venga a la mente algún que otro restaurante oriental llamado así. Pues bien la palabra japonesa “sakura” significa flor del cerezo. Y de eso sabemos mucho en Aragón, ya que por la provincia de Zaragoza y también por las de Huesca y Teruel hay un buen número de estos árboles frutales. Tantos que en Aragón producimos más de 25.000 toneladas al año, prácticamente el 40% de las cerezas que se cultivan en España.

Pero hoy no os queremos hablar de esta maravillosa fruta que podemos encontrar hasta en 100 variedades distintas por la comunidad autónoma. Hoy os nos gustaría hablar de las flores que anticipan a los frutos. Unas flores que en breve irán apareciendo para protagonizar un espectáculo visual en muchos campos de nuestros pueblos. Un show de la naturaleza que es la auténtica presentación de la primavera.

Es cierto que ya están almendros en flor, que son los primeros que avisan del fin del invierno, pero es en los últimos días de marzo cuando las flores del cerezo, sakura, componen un manto blanco en muchos campos dándoles una belleza inusitada y breve. Esas son las dos cualidades de la flor del cerezo, su hermosura y su fugacidad.

¿Dónde las vais a poder ver? En muchos campos de la capital de la Comarca de Valdejalón, o sea, en La Almunia de Doña Godina. Si bien por toda la comarca aparecen los cerezos exuberantes en esta época, sobre todo en sitios como Ricla. E igualmente es un árbol muy abundante en la Comarca de Comunidad de Calatayud conviviendo en muchos casos con viñedos próximos de la D.O.P.

Igualmente los veréis en enclaves de las comarcas de Daroca, el Aranda, Cariñena o la Ribera Baja del Ebro. Y también en el último tramo del río, en la comarca Bajo Aragón-Caspe. Mientras que los lugares de Huesca donde más cerezos en flor os esperan en las próximas semanas son el Bajo Cinca y el Cinca Medio.

Los que habéis visto un campo de cerezos en plena floración sabéis a las mil maravillas de qué estamos hablando. Pero quizás quién no lo haya visto piense que este tema del sakura es una exageración y que al fin y al cabo todas las frutas van precedidas por la aparición de una flor. Pues bien, aunque ese ciclo natural se repita en muchos cultivos, lo cierto es que el caso de la cereza es extraordinariamente especial.

En primer lugar, por ser una floración temprana, ya que hemos comentado que tan solo los almendros con sus flores blancas se le adelantan. Segundo porque en cada cerezo surgen miles de flores en sus ramas. Flores que pueblan toda la copa del árbol, envolviéndola de tonos blancos y rosados tan atractivos como delicados. Y por último, otra característica es su brevedad. Casi de un día para otro aparece ese manto floral, y pocos días después caerán todas con la misma velocidad o más.

Ese fenómeno natural cíclico y también sublime ha captado desde siempre la atención de poetas, algunos tan renombrados como Pablo Neruda. Pero ha sido todo un pueblo quién ha convertido la floración de los cerezos en un acontecimiento festivo. Los japoneses con su singular forma de ver y disfrutar el mundo han admirado desde tiempo inmemorial el simbolismo del sakura.

Para ellos, la aparición de la flor blanca y rosada va más allá de indicar la llegada de la primavera y, por lo tanto, el comienzo de un nuevo ciclo. Algo que ya de por sí siempre ha de ser motivo de celebración. Los japoneses también han extraído un aprendizaje del sakura, porque para ellos es un estupendo símbolo de la fugacidad de la vida. Por eso, mientras la floración alcanza el esplendor, hay que disfrutarla al máximo, al igual que hay que hacer con nuestros mejores momentos.

En Japón abundan los cerezos en parques y jardines, incluso en ciudades mastodónticas como Tokio. Así que cuando comienza su floración y los nipones tienen una excusa perfecta para preparar un “hanami”. ¿Qué es eso? Una pequeña escapada al aire libre para ver la naturaleza y celebrar un picnic. De hecho hanami se puede traducir por algo así como “admirar las flores”

Estos hanami tienen un origen muy antiguo y aristocrático, ya que hace siglos solo los más pudientes se podían permitir un día dedicado a la contemplación de las flores mientras. Sin embargo, ese placer tan sencillo se popularizó y en la actualidad son muchas las familias y grupos de amigos los que reservan una jornada para salir a un parque o al campo para disfrutar de una comida en compañía mientras se goza de la naturaleza y el sakura.

Sin duda es una costumbre digna de importarla. ¿No te parece? Te animamos a qué salgas en los próximos días a ver los cerezos en flor que poblarán muchos campos de Aragón. Contémplalos con calma y mucho mejor si lo haces en buena compañía. Y por supuesto hazles fotos para luego compartirlas en las redes sociales. 

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