Situado a 42 kilómetros de Teruel, la localidad de Riodeva combina los encantos de la naturaleza con la paleontología en un lugar con numerosos atractivos turísticos
Texto de Armando Cerra – Imágenes del Ayuntamiento de Riodeva
Ya el nombre de este pueblo situado al sur de la provincia de Teruel nos da una idea de que el agua es el gran protagonista de estos paisajes. El topónimo hace mención a las aguas del Eva o Riodeva, un torrente afluente del Turia que discurre no muy lejos del término municipal, rumbo a tierras valencianas y el mar Mediterráneo.
De hecho, Riodeva es un territorio muy lejano al mar pero muy cercano a la Comunidad de Valencia, ya que sus límites se juntan con los del Rincón de Ademuz, esa isla valenciana rodeada por Aragón y Castilla La Mancha.
O sea que si estáis pensando en visitar Riodeva ya os hemos dado las claves para llegar. Tendréis que ir primero a Teruel para ahí tomar dirección Cuenca o Rincón de Ademuz por la N-330 en paralelo al cauce del Turia. Y poco después de pasar el casco urbano de Libros, tomad el desvío a la derecha indicado con dirección Riodeva. En total el pueblo os espera a 42 kilómetros de la capital turolense.
Y bien merece la pena el desplazamiento, porque este lugar os va a sorprender. Os vamos a dar un anticipo. ¿Sabías que en Riodeva se halló el esqueleto más completo y grande de cuantos dinosaurios se han desenterrado en Europa? O, ¿te imaginas un salto de agua de 48 metros de altura? Pues ambas cosas os aguardan en este trocito de la provincia de Teruel.
Comencemos por el principio, o sea lo más antiguo: el dinosaurio. En el año 2003 se hallaron en Riodeva los restos de un dinosaurio enorme y se decidió bautizarlo con nombre locales. Es el Turiasaurus Riodevensis, un animal gigantesco que hizo que Riodeva forme parte de las sedes satélites de Dinópolis. Aquí os aguarda el espacio Titania, dedicado al gigantismo y dentro podéis ver la reproducción de los restos hallados del Turiasuarus que viviría en estos parajes durante el Jurásico Superior, hace unos 150 millones de años. Un bicho descomunal que alcanzaría unas dimensiones impresionantes, con unos 30 metros de longitud y hasta 50 toneladas de peso.
Es difícil hacerse una idea de semejante tamaño, pero en Riodeva os lo ponen fácil. Os encontraréis una escultura a tamaño natural a las afueras del pueblo, precisamente cuando os acerquéis al otro gran reclamo de la población: Los Amanaderos.
Este espacio natural es de visita obligada y lo protagoniza el propio cauce montañoso del río. Y es que sus aguas tienen un recorrido corto, pero vertiginoso desde una altura a 1.500 metros hasta su desembocadura en el Turia. Para ello tienen que descender en muy poco espacio una altitud de 500 metros y lo hace a base de saltos y cascadas de agua espectaculares abiertas sobre un suelo rocoso compuesto por pizarra y también terrenos de rodeno. Esos son Los Amanaderos propiamente dichos.
En ellos se suceden el Salto de las Yeguas, el de las Ninfas, la Caída de San Lorenzo y el Salto de Pedro Pérez. Unos parajes espectaculares donde el agua crea unas cataratas que van desde los 10 metros de altura hasta los 48. Como os podéis imaginar es una zona preciosa para ir caminando y fotografiando. De hecho es un punto destacado en el sendero GR-10, un camino de Gran Recorrido que comienza en Valencia y acaba en Portugal, pero que atraviesa toda la zona montañosa de Teruel, incluida esta área de las estribaciones de Javalambre, un auténtico descubrimiento para los amantes de la naturaleza.
Y no solo se pueden disfrutar Los Amanaderos a base de caminar. Los más intrépidos se pueden ajustar el traje de neopreno y el arnés para descubrirlos haciendo barranquismo y largos tramos de rapel. Una experiencia que quizás no os esperáis en este rincón de Teruel, pero que os va a maravillar.
No es extraño que incluso se haya creado un centro de interpretación sobre este río, el CIREA, donde se dan a conocer sus saltos, así como las características geológicas de estos paisajes tan sugerentes y como salvajes. Los cuales también tienen una cara muy amable a la altura del Molino Montereta, donde está el citado CIREA. Ahí el río forma unas piscinas naturales que son el mejor refugio para los calores del verano. De manera que si visitáis en los próximos meses Riodeva, que nadie se olvide el traje de baño. ¡Si no lo lleva, se arrepentirá!
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