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A tres horas en coche desde Zaragoza: escapada a Valencia

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Valencia cuenta con un gran patrimonio arquitectónico y natural a tan solo tres horas de Zaragoza en coche, ideal para pasar el fin de semana

Zaragoza es el punto de encuentro de las grandes ciudades españolas, como son Madrid, Barcelona, Bilbao y Valencia, situadas todas ellas a unos 300 kilómetros

Texto de Armando Cerra

Zaragoza está prácticamente equidistante de cuatro de las principales ciudades españolas. Es como el punto de encuentro entre Madrid, Barcelona, Bilbao y Valencia, todas ellas situadas a unas tres horas por carretera para salvar más o menos 300 kilómetros de viaje. Para ser precisos, son 308 km. en el caso de Valencia. Y a la capital ché nos vamos a escapar hoy, al menos virtualmente. ¿Os venís?

Ya os avisamos que aquí os vamos a hacer un resumen muy, muy, muy breve de las cosas que ver y hacer en Valencia, porque lo cierto es que es una urbe fascinante con infinidad de atractivos. Por eso si preparáis esta escapada a Valencia en plan finde, sed realistas y no queráis ver todo, porque será imposible. Es mejor seleccionar y ya volveréis, Al fin y al cabo ya os decimos que el viaje de Zaragoza a Valencia sólo son tres horas.

El casco histórico ya merece por sí solo unas cuantas horas de visita. Ahí os espera una maravilla como la Lonja de Seda, declarada Patrimonio de la Humanidad. Y a un paso de esta preciosidad del arte gótico podéis descubrir el Templo de los Santos Juanes o el siempre animado Mercado Central, en cuyas inmediaciones os esperan un buen número de bares para tomar el aperitivo.

Tras recuperar fuerzas seguid caminando por las calles históricas hasta llegar a la Catedral de Valencia. Su portada es inconfundible, al igual que el espigado campanario llamado el Miguelete y el rincón dedicado al Tribunal de las Aguas, institución que se sigue reuniendo aquí los jueves al mediodía. Todo el entorno de la catedral es digno de un paseo, e incluso si os apetece podéis entrar al templo para descubrir un vistoso conjunto de arte sacro, tanto en sus capillas, altares y naves como en el Museo Diocesano del interior.

A partir de aquí dejaros llevar por vuestro instinto y caminad por el conjunto de calles y plazas históricas. Así llegaréis a lugares como el Palacio del Marqués de Dos Aguas, o hasta las Torres de los Serranos y la Torre de Quart, un estupendo mirador sobre el conjunto. Entre ambos lugares se desarrolla el barrio más emblemático de la historia de Valencia, el Carmen, donde hay cosas tan curiosas como la plaza del Árbol, la diminuta Casa de los Gatos o el importante arte contemporáneo del IVAM.

Y si os dirigís hacia la zona más comercial llegaréis a la plaza del Ayuntamiento, el gran salón de la ciudad. Desde este punto queda a un paso la bellísima estación del Norte. Y justo ahí empieza el barrio de Ruzafa, el más hipster de Valencia. Un zona estupenda para irse de tardeo y buscar un buen restaurante para cenar.

Todo lo anterior es lo más representativo de Valencia, si bien el aspecto de la ciudad cambió hace unos años con la creación de los jardines del Turia, y sobre todo con la construcción casi futurista de la Ciudad de las Artes y las Ciencias sobre el antiguo cauce del río, que por cierto ya sabéis que nace por la zona de Guadalaviar en la provincia de Teruel.

Pues bien, la Ciudad de las Artes y las Ciencias es el epicentro de la modernidad en Valencia. No solo por su arquitectura contemporánea, también por la intensa actividad que aquí se genera. Está el Oceanográfic, el acuario más grande de Europa. También está el sorprendentemente divertido Museo de las Ciencias, ideal para visitar en familia. Y a un paso quedan instituciones como la Ópera o el Palau de la Música. En definitiva, que podéis pasar por ahí varias horas sin que os deis cuenta de cómo pasa el tiempo.

No obstante, quizás no concibáis viajar a Valencia sin ver el mar y sin tomaros una paella disfrutando de las vistas del Mediterráneo. ¡Menos aún en las fechas que se aproximan! Si es eso lo que estáis buscando, vuestros deseos se pueden hacer realidad tanto en la playa de la Malvarrosa, la más carismática de la ciudad, o en la playa de Pinedo, que os espera con toda su amplitud y sus elegantes chiringuitos una vez que paséis el puerto deportivo.

Aunque si buscáis una playa más asalvajada, acercaros al Saler. Y desde ahí ya os queda a un paso una de las joyas del patrimonio de Valencia, en este caso, del patrimonio natural. Obviamente nos referimos a la Albufera. Una marisma tan singular como hermosa, y que puede ser un estupendo punto final para un viaje a Valencia si decidís navegar por sus aguas durante el atardecer.

Y como os decíamos, esto no son más que unas pinceladas de lo que podéis hacer y ver en Valencia. Ni siquiera os hemos hablado del Museo Fallero, de los cuadros de Sorolla, de las pinturas murales de la iglesia de San Nicolás de Bari, del Bioparc, de la especial Plaza Redonda o de la playa de las Arenas. ¿Te animas a disfrutarlo en primera persona?

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