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Gigantes y Cabezudos de Zaragoza, una tradición de las Fiestas del Pilar

Te contamos la historia de la comparsa de Gigantes y Cabezudos, así como sus orígenes y algunas curiosidades sobre estos carismáticos personajes

Texto de Armando Cerra – Imagen principal Ayuntamiento de Zaragoza

Todos conocemos la canción: “Pal Pilar sale lo mejor…”, pero… ¿quién sale más? Pues aunque sabemos que algunos de nuestros lectores sois asiduos a infinidad de actos de las Fiestas del Pilar, sean de día o de noche, pocos sois capaces de salir todos los días de las fiestas. Eso es lo que hace precisamente la comparsa de Gigantes y Cabezudos de Zaragoza, la cual recorre cada día diferentes zonas de la ciudad. 

Al visitar distintos barrios, incluso rurales, a todos nos suenan estos carismáticos personajes de las Fiestas del Pilar. Pero, ¿qué sabemos sobre ellos? Vamos a intentar daros a conocer algunas de sus curiosidades.

Por ejemplo, ¿cuántos son? A día de hoy, la comparsa al completo está compuesta por siete parejas de Gigantes, o sea que son 14. Mientras que los Cabezudos son 11. Y ahora la pregunta es obvia. ¿Quiénes son los Gigantes y quiénes son los Cabezudos?

Pues bien, hay parejas de Gigantes tan humildes como el Chino y la Negra, y otras tan regias como el Rey y la Reina. Por cierto, la figura del Rey siempre es la más difícil de llevar, por eso los porteadores se la rifan. También están don Quijote y Dulcinea, así como el Duque y la Duquesa los cuales también están relacionados con el relato de Cervantes, ya que evocan a los Duques de Villahermosa que alojaron al caballero andante y favorecieron que Sancho Panza se convirtiera en gobernador de la Insula Barataria a orillas del Ebro. Pero de eso y del pueblo de Alcalá de Ebro donde estarían los dominios del escudero os hablaremos otro día. De momento, sigamos con el recuento de los Gigantes.

Otra pareja aristocrática es la de los Bearneses, cuyas figuras se hicieron en los años 60 para plasmar las buenas relaciones entre Aragón y la región francesa de Bearn, al otro lado de los Pirineos. Ya sabéis que por ejemplo Zaragoza está hermanada con Pau, o Jaca con Oloron Sainte Marie. Otra incorporación gigantesca más reciente fue la pareja de Palafox y Agustina de Aragón que aparecieron con motivo de la conmemoración del 200 aniversario de los Sitios. Mientras que los últimos Gigantes en comparecer han sido Goya y su esposa Josefina Bayeu, cuyas figuras se crearon para festejar las primeras Fiestas Goyescas.

Y en cuanto a los 11 Cabezudos, también vamos a darles un repaso. Los más antiguos son el Morico, el Berrugón, el Forano y el Tuerto cuyos orígenes se remontan a la primera mitad del siglo XIX. Luego, hacia 1860, aparecieron el Boticario, el Robaculeros, el Torero y la Forana. Así permaneció la lista durante décadas hasta que en 1982 se añadió la Pilara. Y los últimos que aparecen en el once son el Azutero y la Cigarrera

Todos estos personajes están inspirados en personas reales. Algunos ya olvidados como el mozo de cuadra de tez oscura que daría origen al Morico o el corregidor que inspiró el Berrugón. Sin embargo, los más recientes son personajes mucho más conocidos. Por ejemplo, al Cigarrera recuerda a Herminia Martínez que vendió tabaco durante décadas en El Tubo, o el Azutero que evoca al jotero Royo del Rabal. Y en cuanto a la Pilara homenajea a Pilar Lahuerta, artista de la Sala Oasis que llegó a ver en vida como su Cabezudo encorría a los críos de Zaragoza.

Los que no corren son los Gigantes, y es que su altura y su peso son considerables. Rondan o superan los 4 metros de altura, y el Gigante del Quijote pesa 65 kilos, mientras que la más liviana es Josefina Bayeu, que aún así supone cargar 50 kilos sobre los hombros.

Y ahora viene otra pregunta habitual. ¿De dónde viene esta tradición? Como está tan arraigada en nuestras costumbres pensamos que su origen es aragonés, o cuanto menos español. Pero no es así. No se sabe con certeza sus inicios, pero lo que está claro es que la creación de los Gigantes y Cabezudos la importó el rey Alfonso V el Magnánimo desde Italia. En alguno de sus viajes a los dominios italianos de la Corona de Aragón, quizás en Nápoles, quizás en Sicilia, vería algo similar y quedaría encantado. Por eso dio orden de que en Aragón se hicieran unas figuras similares.

Así hasta hoy en día. Durante siglos, la tradición se ha asentado enormemente y hoy las Fiestas del Pilar son inconcebibles sin la presencia de la comparsa de Gigantes y Cabezudos. No solo eso. Estos personajes también aparecen en otras fiestas de la ciudad como San Valero, el Carnaval o las Fiestas Goyescas.

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