San Juan de la Peña cuenta con un monasterio antiguo y uno más moderno, situados a 1,5 kilómetros de distancia
Un lugar con apariencia de leyenda, pero con mucha realidad que contar
Texto de Armando Cerra – Imágenes: Turismo de Aragón
La inconfundible estampa del Monasterio Viejo de San Juan de la Peña es una de las imágenes históricas y artísticas más hermosas que se pueden contemplar en Aragón. Un lugar con apariencia de leyenda, aunque con mucha realidad que contar. Una visita imprescindible que además se complementa con el Monasterio Nuevo a escasa distancia, también digno de descubrirse. Por eso hoy os proponemos una visita que vale por dos.
El atractivo de una excursión a San Juan de la Peña comienza incluso antes de llegar al monasterio medieval. Ya desde que se va por la carretera que parte de Jaca en paralelo al río Aragón, los visitantes se van sumergiendo en un ambiente de historia y tradiciones. Al fin y al cabo se discurre junto al Camino de Santiago, y no es nada raro ver peregrinos cualquier día del año andando por la zona.
Luego llega el desvío a la izquierda hacia el Monasterio de San Juan de la Peña, perfectamente indicado. Y en unos pocos kilómetros comenzamos a ver el pueblo de Santa Cruz de la Serós, el cual es el complemento perfecto, con su ermita de San Caprasio y la elegante iglesia románica de Santa Cruz de la Serós, la cual formaba parte de una abadía femenina.
Pero dejamos atrás esta población y comenzamos a subir por la curveada carretera casi completamente cubierta de vegetación. Nos adentramos en la Sierra de San Juan de la Peña, uno de los espacios naturales protegidos más hermosos de Huesca. Por cierto, quien no quiera subir en coche, le invitamos a seguir la senda desde Santa Cruz de la Serós. Requiere algo de esfuerzo, pero es un deleite para los sentidos.
En definitiva que como decíamos al principio, antes de ver el Monasterio de San Juan de la Peña ya estamos encantados con el lugar. Pero una vez que se llega entonces se comprende su fama.
Lo primero que se descubre desde fuera es su claustro sin techo, tan solo cubierto por una vertiginosa roca rojiza que amenaza con derrumbarse en cualquier momento. Y sin embargo, ahí está desde el siglo XI, protegiendo este monumento increíble. Merece la pena el viaje solo por disfrutar de ese claustro e ir contemplando los capiteles románicos sobre esas columnas que ya no sostienen nada.
No obstante, el Monasterio Viejo de San Juan de la Peña es mucho más que su famoso claustro. Desde aquí recomendamos hacer la visita guiada a su interior, porque es como mejor se descubre todos sus rincones. Una visita que discurre por los antiguos monasterios de los monjes en la parte baja o por el panteón de nobles con sus tumbas medievales.
Eso por no hablar de lugares como la capilla gótica de San Victorián, las pinturas de San Cosme y San Damián en la iglesia prerrománica, o la leyenda del Santo Grial que también debió pasar por aquí, aunque ese cáliz hoy en día se encuentre en la Catedral de Valencia. Y además hay que mencionar el Panteón Real de estilo neoclásico del siglo XVIII. Una parte mucho más moderna que se hizo en tiempos de Carlos III y a instancias del Conde de Aranda.
Para entonces el Monasterio Viejo de San Juan de la Peña ya había sido abandonado. Basta con visitarlo un día un poco nublado para comprender que la vida aquí no debía ser fácil. Convivir en esta zona de umbría, con tanta humedad y con los fríos de la zona no eran las condiciones más confortables. Era necesario calentar el lugar constantemente con fuego, y donde hay fuego acaba por producirse incendios. Y aquí hubo muchos, el último en 1675 que se alargó durante 3 días. Así que tras la destrucción se decidió trasladar el monasterio a la parte superior de la sierra.
A menos de 2 kilómetros de aquí pero en el amplio llano de San Indalecio. Ese fue el lugar en el que se levantó el Monasterio Nuevo. Ahí permanece esta construcción muchísimo más amplia que se estuvo edificando durante varios siglos. Desde que se apagaron las llamas de aquel incendio hasta los inicios del siglo XIX.
Sin embargo en esa misma centuria fue abandonado. Y como todo edificio deshabitado no tardó en llegar la ruina. Durante mucho tiempo fue eso, una inmensa ruina. Pero en las últimas décadas se ha reacondicionado casi íntegramente para usos turísticos. Por un lado se crearon dos centros de interpretación, uno dedicado a comprender el propio monasterio y otro a la historia del Reino de Aragón, ya que este es un lugar capital en su desarrollo.
Y por otra parte se construyó una hospedería dentro del gran edificio barroco, pero con las comodidades propias de nuestro tiempo. Lamentablemente en este momento la Hospedería de San Juan de la Peña se encuentra cerrada e inmersa en un proceso de obras y acondicionamiento que al menos durará hasta finales de este año.
Una pena que no sea posible alojarse en un lugar con tantísima historia, magia y belleza. Pero siempre podemos buscar un alojamiento en las inmediaciones, ya que es abundante la oferta de hoteles y de turismo rural en esta zona de la comarca de la Jacetania. E incluso dada la cercanía de Zaragoza, también es un fantástico destino para una excursión en el día. Aquí os dejamos los horarios y la web de Turismo de Aragón donde podéis comprar las entradas para hacer las visitas guiadas. ¡Disfrutadlas!
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