Agustina de Aragón tuvo un papel clave durante la batalla frente al ejército de Napoleón, recibiendo diferentes honores por parte de la ciudad
Hace unos días os hablábamos de “40 ilustres de Aragón“, la página web que ha elaborado el Gobierno de Aragón. Se trata de un sitio online que conmemora el 40 aniversario del Estatuto de Autonomía aragonés y, por ello, han dedicado cuarenta posts a los personajes más ilustres de nuestra comunidad autónoma. Por este motivo, vamos a hablaros sobre todos ellos basándonos en su información. Hoy será el turno de Agustina de Aragón.
Nuestra ilustre de hoy, a pesar de no haber nacido en Aragón, representó a toda la ciudad. Y es que su vinculación a nuestra tierra y a sus gentes la hacen merecedora de aparecer en esta exclusiva lista. Agustina de Aragón nace en una familia humilde de Barcelona y, con tan solo 17 años, se casa con Juan Roca, cabo de artillería.
Una vez que su marido ascendió a sargento, fue enviado a Bruch (y más tarde a Belchite) para defender al país de las tropas de Napoleón en 1808. Por su parte, Agustina se marchó con su hijo a Zaragoza donde las tropas francesas terminaron llegando. Al parecer, ayudando en el avituallamiento de los defensores en la zona del Portillo, arrebató de las manos de un artillero moribundo una mecha y prendió un cañón de 24 libras. De esta manera, repelió el asalto.
Además, dicen que el general Palafox presenció la escena y le concedió puesto de artillera, con su paga correspondiente, que Agustina se ganaría accediendo al rango de sargento. El 21 de diciembre, las tropas francesas volvieron a sitiar Zaragoza. Agustina de Aragón continuó luchando hasta que la peste la retiró de la primera fila.
Cuando la ciudad capitula, es hecha prisionera y enviada hacia Francia con su hijo de cinco años. Entre penurias, enfermedad, fatiga y hambre, su hijo falleció, pero ella logró escaparse hasta Teruel. La Junta de Aragón le permitió ir a Sevilla donde se le ascendió al grado de subteniente.
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Heroína
Terminada la guerra, se reunió con su marido en Zaragoza y volvieron a Barcelona, donde en 1818 nació Juan, llamado como el hermano fallecido unos años atrás. Tan solo 5 años más tarde fallece su marido, pero ella se volverá a casar, esta vez con Juan Cobos. Agustina de Aragón se distancia de su marido y decide marcharse al norte de África, donde fallece.
Quince días más tarde, el Ayuntamiento de Zaragoza reclamó sus restos. En 1870, una comitiva acompañó el féretro, al que se rendirían honores militares hasta su llegada a la capital aragonesa, a la basílica del Pilar. En 1909, los restos de Agustina de Aragón, la artillera, fueron trasladados a la iglesia del Portillo. Allí descansa, junto a otras heroínas, cerca del lugar en el que abrió fuego frente a las tropas napoleónicas.
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Imagen principal e información extraídas de la web de 40 ilustres de Aragón
