Siguiendo el Santo Grial en Aragón, como Indiana Jones- Enjoy Zaragoza
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Siguiendo el Santo Grial en Aragón, en plan Indiana Jones

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¿Habéis visto Indiana Jones y la Última Cruzada? Pues bien, se podían haber ahorrado muchos kilómetros, si hubieran seguido por Aragón el rastro del famoso cáliz de la Última Cena

Texto de Armando Cerra – Imágenes de Turismo de Aragón

¿Habéis visto Indiana Jones y la Última Cruzada? Sí, la tercera peli del arqueólogo más famoso de la historia del cine. Esa en la que aparece acompañado de su padre y se lanzan de país en país a la búsqueda del Santo Grial. Pues bien, se podían haber ahorrado muchos kilómetros, si hubieran seguido por Aragón el rastro del famoso cáliz de la Última Cena.

¿Sabías que el Santo Grial estuvo en unos cuantos lugares de la provincia de Huesca, pero también en la provincia de Zaragoza y viajó por la provincia de Teruel? Una historia apasionante que os invitamos a descubrir en los siguientes párrafos. De modo que abrigaros como Indi, luciendo chupa de cuero y sombrero fedora porque nos vamos a seguir la Ruta del Santo Grial por Aragón. El Santo Grial es una de las reliquias más célebres de la Cristiandad. Y por eso no está exenta de controversias. Hay varios cálices por el mundo, con diversas formas y materiales, que presumen de ser la copa donde Jesús bebió el vino de su Última Cena. ¿Cuál es la buena, la verdadera? En realidad, nadie lo puede saber a ciencia cierta. Y quizás eso sea lo menos importante. Tiene mucha más trascendencia la leyenda que surge alrededor de ese objeto sagrado.

Se cuenta que el propio San Pedro, al dejar Tierra Santa e irse a Roma para expandir el Cristianismo se llevó consigo esa copa. Al fin y al cabo, él mismo había asistido a aquella cena. De este modo el cáliz se convirtió en uno de los primeros tesoros de los cristianos, quienes lo custodiaron con devoción durante ese tiempo en que eran perseguidos por los romanos.

Iglesia de San Pedro_el_viejo
Iglesia de San Pedro el Viejo

Una de las más brutales persecuciones llegó a mediados del siglo III, cuando Sixto II era el Papa. Este tenía como uno de sus principales colaboradores a un oscense llamado Lorenzo. Ya habéis imaginado que hablamos de San Lorenzo, a quién se le encomendó la tarea de proteger el Grial. Y al bueno de Lorenzo, sabiendo que tarde o temprano sería martirizado (no imaginaba cómo), no se le ocurrió mejor protección que encargar a gente de su confianza que lo llevara a Huesca.

De esta manera llegó hasta casa de sus padres. Un hogar ubicado a las afueras de la ciudad, precisamente donde hoy se levanta la ermita de Loreto. Ahí se guardaría durante mucho tiempo la reliquia, hasta que en el año 533 se decidió trasladarlo hasta la iglesia de San Pedro el Viejo, recién construida en el centro de Huesca y cuyo máximo privilegio durante siglos fue albergar entre sus muros el Santo Grial.

Sin embargo, un episodio histórico iba a trastocarlo todo. Llegó el año 711, es decir, el momento en que los musulmanes iniciaron la conquista de la Península Ibérica. Obviamente una reliquia de semejante importancia corría peligro ante los enemigos de los cristianos. Por eso, la santa copa comenzó un periplo por diversos lugares del Alto Aragón.

Puebla de Valverde

Se ha constatado que durante décadas se guardó en el Monasterio de Siresa, en la parte más alta del Valle de Hecho. También está atestiguado que se cobijó en lo que hoy es la ermita de San Andrés de Sásabe en el término municipal de Borau. Igualmente estuvo en la iglesia de San Pedro el Real de Bailo y en la propia Catedral de Jaca. E incluso se refugió temporalmente en un paraje tan extraordinario como la cueva-ermita de Yebra de Basa.

Aunque si hablamos de sitios hermosos que han sido el alojamiento del Santo Grial en Aragón hay que citar inexcusablemente el Monasterio de San Juan de la Peña.  Más de 300 años permaneció ahí, como tesoro religioso y también de la monarquía aragonesa. De hecho, todavía hoy se expone una réplica del original en la iglesia del Monasterio Viejo de San Juan de la Peña.

Ahí estuvo desde el año 1076 hasta el 1399. Y fue el último lugar de la provincia de Huesca donde se custodiaría. El motivo es que fueron los propios monjes de San Juan de la Peña, quienes se lo entregaron al rey Martín I el Humano, quien no dudó en trasladarlo a su palacio. Que no era otro que La Aljafería. Ahí en el antiguo palacio musulmán, se había hecho construir una capilla privada repleta de reliquias, entre las cuales destacaba el Santo Grial.

Aljafería

En La Aljafería se veneró durante su reinado y el de su hijo Fernando, pero cuando alcanzó el trono aragonés su nieto Alfonso V el Magnánimo, este monarca acabó trasladó su residencia oficial al Palacio Real de Valencia. Y allí que se llevó en 1424 sus más valiosas pertenencias, entre ellas el Santo Grial. De modo que la famosa copa emprendió un largo viaje por la zona sur de la provincia de Zaragoza y gran parte de Teruel.

Haría un recorrido casi idéntico al que hoy hace la Autovía Mudéjar. Por eso en la actualidad lugares como La Puebla de Valverde, Albentosa o San Agustín, ya en los límites con la Comunidad Valenciana, promocionan su papel como parte de la Ruta del Santo Grial, en su camino a la Catedral de Valencia. Templo donde hoy permanece.

¿Por qué hoy el Santo Grial está en ese templo valenciano? De nuevo la explicación es histórica. El caso es que el reinado de Alfonso V el Magnánimo estuvo jalonado por diferentes batallas y conquistas en tierras italianas. Sobre todo en Nápoles. Y para mantener aquellas campañas militares, el monarca pidió un sinfín de préstamos que sufragaran los gastos.

Entre otros, pidió dinero a la propia Iglesia, la cual no dudó en recordarle que había contraído una importante deuda, y que no tenía dinero para hacerle frente. Por eso llegaron al acuerdo de que podía pagarles con tesoros tan valiosos como el Santo Grial. De esa forma, la venerada copa paso de las manos reales a las eclesiásticas.

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