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Puente de Piedra, el puente más antiguo sobre el río Ebro

Tanto los zaragozanos como los turistas que visitan Zaragoza habrán cruzado, en más de una ocasión, el majestuoso Puente de Piedra. Ya sea para contemplar uno de los mejores atardeceres, o para disfrutar de una de las mejores panorámicas de la Basílica del Pilar desde el Balcón de San Lázaro.

Con una longitud de 225 metros y 7 arcadas, una de ellas enterrada bajo el Paseo Echegaray, el Puente de Piedra es el puente más antiguo que se conserva sobre el río Ebro.

La construcción de este puente data del siglo I, durante la fundación de Caesaraugusta. Se trataba de una infraestructura hecha de piedra o madera, que daba acceso a una de las puertas principales de entrada a la ciudad, además facilitaba el paso de las poblaciones del noroeste de Hispania.

En 1401, se construyó este puente de Zaragoza que observamos hoy en día, y no fue hasta 1440 cuando finalmente se inauguró. A finales del siglo XVIII se construyó el Pretil de San Lázaro, para proteger la margen izquierda de las inundaciones en épocas de crecidas.

Más tarde, tras los Sitios de Zaragoza en 1813, las tropas napoleónicas destruyeron la arcada más cercana al Arrabal para dejar la ciudad incomunicada y evitar que las tropas aragonesas les persiguiesen. Por ese motivo, a mitad del puente, en uno de los miradores, se encuentra la Cruz de Basilio, construida en honor de los caídos durante los Sitios de Zaragoza.

Y no fue hasta el año 1991 cuando se instalaron los cuatro leones de bronce que presiden ambos lados del puente. ¿Por qué leones? Porque desde hace más de nueve siglos, el león es el emblema de Zaragoza como símbolo de fuerza y poder.

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