Nacimiento del río Tajo, de Teruel al Atlántico - Enjoy Zaragoza
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El largo viaje del río Tajo, desde su nacimiento en Teruel hasta el Atlántico

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Situado a unos 1.600 metros de altura, el nacimiento del río Tajo cuenta con un conjunto de bosques, prados y rocas de lo más llamativo

Desde su nacimiento en el término de Frías de Albarracín, en Teruel, recorre más de 1.000 kilómetros hasta desembocar en el Atlántico

Texto de Armando Cerra – Imágenes del Ayuntamiento de Frías de Albarracín

En Aragón nacen de forma muy humilde varios cursos de agua que acaban haciéndose ríos importantes no solo para otros territorios de España, sino también en otros países del entorno. Por ejemplo, seguro habéis oído hablar de la excursión hasta el Forau de Aigualluts a los pies del Aneto en la Comarca de Ribagorza. Pues bien, ahí nace el río Garona que luego baña grandes ciudades del sur de Francia como Toulouse o Burdeos.

Y si eso ocurre en los Pirineos, también la provincia de Teruel es cuna de grandes ríos. Uno de ellos es el Turia, que nace con el nombre de Guadalaviar en los Montes Universales y desde ahí emprende su viaje hasta Valencia y el Mediterráneo. E igualmente, en la Sierra de Albarracín, no muy lejos del nacimiento del Turia, también nace el río más largo de la Península: el Tajo.

Eso ocurre en el término municipal de Frías de Albarracín y, desde este paraje turolense, el Tajo emprende un camino de más de 1.000 kilómetros para desembocar sus aguas en el océano Atlántico. En concreto, en el estuario que forma frente a preciosa capital portuguesa: Lisboa. ¡Vaya conexión, desde la Comarca de la Sierra de Albarracín hasta Lisboa!

El paraje concreto donde nace el Tajo es la llamada Fuente García ubicada en la Muela de San Juan. Si queréis conocer ese punto en primera persona, no tiene pérdida. Basta con circular desde Frías de Albarracín por la carretera A-1704 en dirección hacia tierras de Castilla La Mancha. De hecho, el nacimiento está casi en la frontera entre Aragón y la vecina comunidad autónoma.

Merece la pena que lo descubráis. Para empezar por la belleza natural de este paraje situado a la destacable altura de unos 1.600 metros y con un conjunto de bosques, prados y rocas muy destacable. Pero además de la belleza natural del sitio, también hay que hablar de su aspecto artístico. Y es que en un punto accesible y más debajo de la fuente fluvial propiamente dicha se levantó en 1974 un monumento que es obra del escultor José Gonzalvo Vives, originario de la localidad turolense de Rubielos de Mora.

Este monumento recuerda que este es el punto de inicio del río ibérico más largo, el cual se encuentra personalizado en una gran figura escultórica que representa un titán. Y junto a ella se colocaron otros tres pedestales con obras alusivas a las tres provincias donde el Tajo comienza a hacerse un gran río. Es decir son alegorías de Teruel, Cuenca y Guadalajara, provincias todas ellas unidas por esta misma carretera. Unas tierras que aquí se representan con un torico obviamente para lo turolense, la estrella y el cáliz tan conquenses, mientras que un caballero es la imagen de Guadalajara.

De algún modo por estas tres provincias tiene su itinerario más salvaje el río y es donde mayores desniveles se ve obligado a salvar. De hecho, a pocos kilómetros de aquí llega al pueblo castellano-manchego de Peralejo de las Truchas donde prácticamente ha descendido ya 500 metros. No es raro que toda esa zona sea espectacular y se haya convertido en el Parque Natural del Alto Tajo.

No obstante, no es más que el comienzo del intenso recorrido del Tajo tanto por España como por Portugal. Después de las tierras alcarreñas y conqueses, al cauce todavía le quedan muchas maravillas que regar en varias comunidades autónomas como la madrileña, en Castilla La Mancha por donde hace gran parte de su itinerario y también en Extremadura. 

En todas ellas el Tajo deja estampas impactantes, como su paso por el Real Sitio de Aranjuez o por la monumental ciudad de Toledo y también por Talavera de la Reina. Y una vez que llega a Extremadura del mismo modo genera imágenes icónicas como su aporte al Parque Nacional de Monfrague o su paso bajo los ojos del Puente de Alcántara, de origen romano.

Pero no acaba aquí el trayecto, todavía tiene que adentrarse en territorio luso hasta llegar a las mismas calles de Lisboa. Allí alcanza una anchura enorme formando un estuario que se conoce como el mar de la Paja, lo que obliga a que para salvarlo se hayan tenido que construir puentes tan descomunales como el de Vasco de Gama, de más de 12 kilómetros de longitud. Sin duda, cuando uno ve ese enclave, tal vez le pueda parecer mentira que un río tan gigantesco haya nacido en la Fuente García, en Frías de Albarracín, Teruel, Aragón. Pero así es.

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