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A toda velocidad y sobre raíles: viajamos a Guadalajara

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Guadalajara cuenta con diferentes atractivos turísticos y gastronómicos, aunque la ciudad puede visitarse fácilmente en tan solo un día

Cada día, hasta cinco trenes parten desde la estación Delicias en dirección a esta ciudad de Castilla-La Mancha

Texto de Armando Cerra

Vamos a hacer turismo en Guadalajara. Tal vez os sorprendáis porque está claro que no es una ciudad demasiado renombrada en las webs y programas de viajes. Pero sin duda que es interesante. Y además a nosotros nos cae muy cerca. Es cierto que si vamos en coche tenemos que salvar más de 250 kilómetros de carretera, pero si vamos hasta allí en tren de alta velocidad, llegaremos en una hora, minuto arriba o abajo.

Desde la estación de Zaragoza-Delicias hay de forma diaria hasta cinco trenes AVE o Avlo que unen la capital aragonesa con la alcarreña. En concreto llegan hasta la estación Guadalajara-Yebes desde la que podéis tomar un autobús que en apenas un cuarto de hora os dejará en el centro de la ciudad.

Y una vez ahí, os preguntaréis, ¿qué ver y qué hacer en Guadalajara? Pues lo cierto es que os aguardan más atractivos de los que imagináis. De ellos podéis encontrar abundante información en la oficina turismo ubicada en uno de los principales monumentos de la urbe: el Torreón de Alvar Fáñez. Una torre de origen musulmán, pero que hoy lleva el nombre del conquistador cristiano que ocupó la ciudad en el siglo XI.

Imagen del Ayuntamiento de Guadalajara

Lo cierto es que si sois apasionados de la historia y del arte, descubriréis un destino más que interesante y con monumentos dignos de conocerse. A la cabeza de ellos destaca el Palacio de los Duques del Infantado. Una construcción del siglo XV a caballo del arte gótico y el renacimiento. Una joya del patrimonio. Solo un dato para corroborarlo. ¿Te imaginabas que los reyes Felipe II o Felipe V eligieron este lugar para celebrar su boda? Es una de las sorpresas que os aguarda dentro pero hay más. Por ejemplo, su Patio de los Leones. Por cierto, nada que ver con el que hay en Granada, ciudad a la que ya os invitamos en otra ocasión a visitar mediante los trenes de alta velocidad.

No es el único palacio digno de visita en Guadalajara. También os recomendamos acercaros hasta el Palacio de la Cotilla. En este caso es una construcción del siglo XVIII y de épocas posteriores. ¿Por qué visitarlo? Porque vais a alucinar con dos cosas bien distintas y ambas relacionados con territorios lejanos. La primera es el Salón Chino que sus propietarios decoraron con exquisito papel de arroz original del Lejano Oriente. Y la segunda es el espacio dedicado al escultor José de Creeft, alcarreño de origen pero neoyorquino de adopción. De hecho, si habéis estado en Central Park seguro que habéis visto su famosa escultura dedicada a Alicia en el País de las Maravillas.

El paseo entre ambos palacios es de lo más entretenido y la verdad es que no tiene pérdida dada la buena señalización. Así que animaros a caminar y a dejaros llevar por vuestras ganas de descubrir Guadalajara. Ese es el mejor modo de llegar a sitios como su Plaza Mayor con su iglesia de Santiago o el Convento de la Piedad. Y también está ahí el Consistorio local, desde el siglo XV se encuentra en esta plaza cuadrada.

No muy lejos de allí se halla la Concatedral de Santa María y a unos pasos está la Capilla de Luis de Lucena, la cual antes formaba parte de una iglesia más amplia. Pero la verdad es que el templo se demolió y hoy solo queda en pie esta singular capilla. Hay más lugares llamativos y de interés como la Torre del Alamín, la Parroquia de San Ginés o el inconfundible Panteón de la Condesa de la Vega algo más lejos del centro. 

Imagen del Ayuntamiento de Guadalajara

No obstante, hacer turismo no significa en exclusiva ver monumentos y hacer fotos. También en vuestra escapada a Guadalajara tenéis que aprovechar para saborear la gastronomía local. Y ya os avisamos que no os debe importar llegar allí con hambre, ya que los platos más típicos tienden hacia la contundencia y los sabores fuertes. ¡Tomad nota!

Por ejemplo, una caldereta a base de cordero y verduras guisadas con vino blanco puede saciar cualquier estómago. Y lo mismo puede decirse del asado de cordero de la Alcarria, la región que rodea Guadalajara. O si lo preferís, también podéis catar el morteruelo local, ya que aunque sea más famoso el de Cuenca, también lo hallaréis en Guadalajara hecho a base conejo, hígado de cerdo y pan. Potente sin duda alguna.

Para rematar el festín, quién se atreva tiene la ocasión de saciarse con un dulce como las harinosas rellenas con uvas o, si las encontráis, no dudéis en endulzaros la vida con unas yemas del Doncel originarias de la ciudad de Sigüenza.

Tras semejante banquete, hay que seguir caminando. O sea, que seguid recorriendo la ciudad. Ni que decir tiene que Guadalajara se puede visitar fácilmente en un día. Así que si tenéis alguna jornada libre y sin saber qué hacer, aquí tenéis una idea. Buscar unos billetes de tren a buen precio y hacer esta escapada exprés desde Zaragoza hasta la capital de La Alcarria.

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