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Conoce Toulouse, una socia de Zaragoza al sur de Francia

Toulouse, la ciudad rosa, cuenta con múltiples encantos y con unos edificios que se asemejan a Zaragoza y su historia

La ciudad francesa y Zaragoza cuentan con un compromiso de colaboración económica, social y ambiental

Texto de Armando Cerra

Seguro que muchos recordaréis que muchos mupis del centro de Zaragoza estaban ocupados por carteles que nos invitaban a visitar la ciudad francesa de Toulouse. Pues bien, en la urbe gala ocurría lo mismo. Es decir, se promocionaban los atractivos maños. Y es que Zaragoza y Toulouse tienen desde hace tiempo un compromiso de colaboración económica, social y ambiental

Una colaboración a la que nos queremos sumar recomendando una breve escapada a Toulouse, conocida como la “ciudad rosa” por el color enladrillado de su arquitectura tradicional y por la peculiar luz de este rincón de la región de Occitania, al otro lado de la cordillera de los Pirineos

Ahí os espera un destino muy, muy, muy agradable. Y además con elementos que nos harán sentirnos muy reflejados. No solo con Zaragoza, ya que también tiene vínculos con las otras dos provincias de Aragón. Un buen ejemplo es el río Garona que atraviesa el corazón tolosano. Pues bien, este gran río nace ni más ni menos que a los pies del Aneto y desaparece en las entrañas de la tierra en el paraje Forau de Aigualluts para volver a la superficie en el Valle de Arán, donde pone rumbo a Francia.

 

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Y si hablamos de la relación entre Toulouse y Teruel, hay que mencionar la aviación. La ciudad francesa es una de las mecas de la aeronáutica europea desde hace muchos años. Y desde luego es un referente para el ambicioso proyecto del aeropuerto turolense, el cual no deja de crecer y crecer como revitalizadora apuesta industrial, no solo alabada a nivel nacional sino también desde el exterior.

En cuanto a los vínculos entre Toulouse y Zaragoza, ¿qué decir? Ambas surgen a orillas de un gran río. Ambas son la cuarta ciudad de Francia y España, respectivamente. Ambas cuentan con un canal histórico de valor incalculable, el de Midi en Occitania y el Imperial en Aragón. También las dos disponen de un centro de peregrinaje de primer orden. En el caso de Zaragoza, la Basílica del Pilar, y en Toulouse se levanta la impresionante Basílica de Saint Sernin, el último gran templo románico que despide a los peregrinos jacobeos antes de llegar a España, precisamente por el Somport de Huesca.

Así que una vez hechas estas presentaciones, os vamos a dar unas pinceladas de las cosas que hay que ver en Toulouse. Tan solo un pequeño avance, ya que hay mucho que descubrir.

Un buen lugar para comenzar la visita a Toulouse es su Place del Capitol, epicentro de la vida en esta ciudad. En un lado destaca el enorme edificio del Ayuntamiento con su soberbia fachada de ladrillos rojos y piedras blancas. Es de lo más solemne, pero que eso no os impida entrar dentro, ya que se hacen visitas guiadas por los salones más protocolarios con su gran repertorio de pintura y artes decorativas esencialmente francesas.

 

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Y tras la visita retornad a la plaza, sacad el móvil (o la cámara) y buscad los cientos de encuadres atractivos que proporciona este amplio espacio urbano. Por cierto, si hace mucho sol no dudéis en refugiaros en los soportales que rodean el espacio abierto. Meteros ahí y levantar la cabeza: sobre vosotros tendréis un techo plagado de arte.

Del arte con mayúscula ya os hemos hablado al mencionar la gran Basílica de Saint Sernin, inconfundible por su campanario octogonal de 60 metros de altura. Pero hay más lugares dignos de una visita. Por ejemplo, hay que disfrutar de la airosa arquitectura gótica del Convento de los Jacobinos, o hay que entrar a otro convento, el de los Agustinos transformado en un espectacular museo. Al igual que el Palacio de Assezat que es la sede de la Fundación Bemberg y su estupenda colección de pintura que recorre todos los estilos históricos y también las vanguardias. No obstante, si lo vuestro es el arte contemporáneo no os perdáis Les Abbatoirs.

Aunque no todo en Toulouse son visitas culturales. Daros un tranquilo garbeo por su amplio casco histórico. Ahí os aguardan infinidad de bares, terrazas y restaurantes para todos los gustos. Su cosmopolitismo es de lo más seductor, aunque todo queda sazonado por el patrón mediterráneo del saber vivir. Tomad algo, caminad, sentaros, seguid caminando y más pronto que tarde llegaréis a las orillas del Garona.

El paseo por ellas es obligado y mucho mejor si es al atardecer. A esas horas buscad un punto cercano al Pont Neuf, cuyo nombre se puede traducir como puente nuevo aunque es el más antiguo de la ciudad. Lo mejor es que os dirijáis hacia la plaza y los jardines de La Daurade, el viejo puerto fluvial. Sentaros por allí y dejar que se ponga el sol. Es una de las mejores cosas que hacer en Toulouse y uno de los mejores recuerdos que os llevaréis.

En definitiva, preparad una escapada a Toulouse. ¡Está a menos de 400 kilómetros de Zaragoza y os va a sorprender! Porque aquí solo os hemos dado un minúsculo avance de sus atractivos. Hay más cosas que hacer en Toulouse. Visitar la Ciudad del Espacio, cenar navegando por el Garona, ir en bici por el Canal de Midi, disfrutar de las exposiciones fotográficas del Château d’Eau, alucinar en el Halle de la Machine… y mucho más. ¡Visita Toulouse y nos lo cuentas!

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