Javier Macipe nos adentra en la película La Estrella Azul y nos permite conocer todo lo que no se ve: influencia de Zaragoza, problemas para rodar, cómo surge la idea
¿Quién no ha oído hablar de la película La Estrella Azul? La película que está emocionando a grandes artistas tiene nombre y apellido: Javier Macipe. El director de cine zaragozano ya enamoró con su obra en festivales como el de San Sebastián o el de Cine Inédito de Mérida y su estreno en cines lo ha terminado de corroborar.
Un éxito absoluto en esta película que trata sobre Mauricio Aznar y que se ha convertido, sin duda, en uno de los grandes estrenos de este año. Por ello, hemos tenido la oportunidad de charlar con su director, Javier Macipe, para adentrarnos en la película y conocer todo lo que no se ve: influencia de Zaragoza, problemas en el rodaje, cómo surge la idea…
P. En primer lugar, ¿quién es Javier Macipe?
Javier Macipe es un director y músico aragonés que aspira a intentar ser cada día un poco más libre.
P. Eres zaragozano de nacimiento, aunque para iniciar tu carrera en el mundo del cine decidiste ir a estudiar a la capital. ¿Cómo fueron tus inicios en Zaragoza? ¿Hasta que punto ha influido en tu trayectoria tanto personal como profesional?
Zaragoza ha sido clave en toda mi trayectoria porque, antes de irme a estudiar cine, ya había hecho algunos cortometrajes y eso fue lo que hizo que se fuera despertando esa pasión. Pero incluso cuando me fui a estudiar a Madrid, muchos de mis trabajos grandes se hicieron en nuestra tierra.
P. A lo largo de tu carrera, has dirigido generalmente cortometrajes, pero ahora nos traes un largometraje que promete sorprender. ¿Qué diferencia notas al dirigir en estos dos formatos? ¿Con cuál te quedas? ¿Por qué?
Hay una diferencia radical de distribución entre ambos. Los cortometrajes no lo tienen nada fácil para llegar al público masivamente; las películas ya sabemos que sí. A mí me gustaría hacer cosas que puedan llegar al público y por eso creo que voy a seguir más en la línea del largometraje. Aún así, creo que hay cortometrajes que, como obras de arte, van a perdurar y que simplemente son de una duración más corta. De hecho, en este mundo en el que vivimos de tanta rapidez, si hubiera una manera para que los cortometrajes pudieran llegar al público, creo que sería un formato muy útil e interesante.
P. En relación con la pregunta anterior, hablamos de “La estrella azul”, tu última película recientemente estrenada. ¿En qué momento nace esta idea en tu cabeza y cuándo viste claro que tenías que convertirla en realidad?
La idea vino de la madre de Mauricio Aznar cuando le pedí permiso para incluir la canción Apuesta por el rock and roll, todo un emblema de otras bandas zaragozanas, en uno de mis cortos. Ella fue la que vio algo en ese corto o en mí y fue quien quiso que hiciera una película sobre la historia de su hijo. Esto ocurrió hace 18 años y desde entonces hemos estado soñando con este proyecto hasta que lo hemos hecho realidad.
P. Y hablando de Mauricio Aznar, se ha convertido en todo un referente para muchos aragoneses, pero también españoles y argentinos. ¿Cómo ha pasado Mauricio Aznar por tu vida? ¿Cuánto significa en tu historia personal?
Mauricio Aznar es una especie de John Lennon en Zaragoza. Para mí es una persona que representa al artista en el lado más puro, un tipo que se atrevió a cantar a las cosas del barrio, que no andaba buscando la moda para brillar en Madrid, sino que hizo lo que le latía, siempre al margen de cualquier consideración, éxito o propaganda. Es verdaderamente un refrente para cualquier artista porque demostró que lo que hizo le ha hecho trascender y que se esté conociendo su historia.
P. “La estrella azul” ha sido rodada en dos continentes distintos, con los problemas que esto supone. Además, el rodaje tuvo que ser paralizado por culpa de la pandemia. ¿Podríamos decir que nada ni nadie ha sido capaz de parar a “La estrella azul? ¿Cuáles han sido los mayores problemas con los que te has encontrado al dirigirla?
La película ha tenido todo tipo de problemas e inconvenientes por parar por la pandemia. Esto fue solo el comienzo porque también hubo un problema económico derivado de la inflación argentina y todo ha llevado a cierto problema en la manera de entender cómo había que hacer la película. Lo más duro ha sido mantener la ilusión de todo el mundo, que los productores quisieran hacer la película en un esquema distinto al que están acostumbrados y buscar maneras creativas de solucionar problemas. Esa tensión fue lo que más se sufrió.
P. Pero está claro que no todo iban a ser obstáculos. En varias entrevistas nombras las increíbles oportunidades y situaciones en las que te has llegado a encontrar gracias a dirigir este largometraje. ¿Qué historia te ha dado esta película que no vayas a olvidar nunca?
La película me ha permitido conocer a un montón de gente maravillosa. Para mí, el cine es una excusa para conocer gente diferente porque cada proyecto es diferente con personas distintas. En este caso, como tuve que documentarme durante muchos años, he conocido a muchos músicos y amigos de Mauricio que se han convertido en algunos de mis mejores amigos. Esto es lo mejor que me ha dejado esta película.
P. Seguimos hablando de la película y de su estreno. Tú mismo has reconocido en algunas declaraciones que esta película va a dar que hablar. ¿Por qué no te tiembla la voz al lanzar esta afirmación?
Podemos corroborar que la película ha sido un gran fenómeno en taquilla en toda España y en Zaragoza ha sido algo insólito, único. No sé hace cuánto tiempo no había una película que tuviera este número de espectadores, pero ya buscaremos el dato porque ha sido increíble y seguro que va a seguir siendo así. Animo a todo el mundo a convertir esta película hecha por un zaragozano sobre un zaragozano en un verdadero fenómeno. Que no cumplamos ese tópico de que nadie es profeta de su tierra.
P. Dado que si esta película tuviese nacionalidad, sería sin duda aragonesa, ¿qué es aquello que enamora a Javier Macipe de Aragón y le hace sentirse orgulloso?
Son muchas cosas, pero especialmente el carácter de las personas, ese carácter de no rendirse nunca ante las situaciones complicadas. Muchas veces lo definen como cabezonería, pero eso tiene un matiz negativo, así que yo lo llamaría perseverancia, capacidad de luchar por lo que uno cree.
Creo que la generosidad, el altruismo, el espíritu apasionado son cualidades que tenemos en Aragón y que están implícitas en Apuesta por el rock and roll, esa canción que para mí es un himno y que se define muy bien en esa frase de “si has venido a comprarme, lárgate; si vas a venir conmigo, agárrate” o la de “yo nací para apostar, te diré que apuestes por mi derrota”. Da igual el resultado, siempre buscamos pelear hasta el final.
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