Mauricio Aznar fue un poeta y músico aragonés que falleció en el año 2000 y que ahora protagoniza la película La Estrella Azul de Javier Macipe
Texto de Armando Cerra
Enhorabuena a la peli La Estrella Azul por convertirse en candidata a representar a España en los Oscar de Hollywood. Esto ya es un auténtico premio para esta producción aragonesa cuyo rodaje se prolongó durante varios años y se llevó a cabo entre Aragón y la lejana Argentina.
Es más que merecida la notoriedad que ha alcanzado en España y a su paso por todos los festivales internacionales donde se ha proyectado esta atrevida y personalísima cinta dirigida por el zaragozano Javier Macipe. Y sin embargo, semejante éxito tiene algo paradójico porque nos habla de un personaje que huyó del foco mediático. Aunque es muy posible que al singular rockero que descubrimos en La estrella azul se le ocurrieran unos cuantos chistes y hasta alguna canción, viendo su repentina fama.
A estas alturas ya sabéis que el personaje que inspira la película no es otro que Mauricio Aznar. Pero, ¿qué sabéis de este músico y poeta zaragozano? Los seguidores de Enjoy de cierta edad tal vez lo recordéis yendo en bici con su gorra y su chupa de cuero, hayáis echado alguna cerveza a su lado en El Gancho o al menos hayáis escuchado (y bailado) sus canciones en las noches de los últimos 80 y todos los 90.
Pues bien, lo primero que debéis saber es que en 2024 hubiera cumplido 60 años de edad, pero lamentablemente falleció hace 24 años. Demasiado temprano para un tipo tan fecundo, porque durante su corta vida fundó varios grupos de música, escribió canciones y poemas inéditos a su muerte y tenía varios proyectos en mente y en marcha que dejó sin concluir.
Pero no empecemos por el final. Aznar fue un personaje de carisma arrebatador, un espíritu libre e independiente, pero al mismo tiempo muy propio de su época. Es decir, la efervescente y creativa década de los años 80 que tanto aportó a la música en España, y también en Aragón.
A comienzos de esa década, siendo un adolescente, fundó el grupo Golden Zippers. Una banda rockabilly que tenía como referente el rock primitivo de los Estados Unidos. Un tipo de música que nunca terminó abandonar, tanto en los ritmos como sobre todo en la estética, porque desde entonces peinaría el tupé y las patillas que identifican a cualquier rocker que se precie.
Con esa banda se recorrió un buen número de garitos y se curtió en los escenarios de la ciudad. E incluso se ganó un nombre en la escena rockabilly española. Sin embargo, solo grabaron un disco con tres canciones y la banda se deshizo en 1984. Pero tanto él, como el bajista Miguel Mata siguieron y formaron el grupo Más Birras. Sin duda, el periodo más exitoso que iba a vivir Mauricio Aznar.
Los Más Birras grabaron varios discos entre LP’s, maxi-singles y mini-LP. Una producción relativamente corta pero muy interesante porque se aprecia la evolución musical que desde lo rockabilly les sirvió para introducir otros estilos. Además sus letras son verdaderas historias, pequeñas novelas decía el propio Mauricio, en las que no falta lo trágico, lo divertido, el amor y también el humor. Un humor muy socarrón y aragonés en unas canciones tremendamente apegadas a su tierra.
La lista de esos himnos que sonaron en las noches de Zaragoza incluye Maldita sea mi suerte, Quiero beber, Cass (la chica más guapa de la ciudad), Oh Isabel… No obstante ninguna alcanzó la relevancia de Apuesta por el rock’n’roll. Una composición que con el paso del tiempo es conocida en todo el mundo de habla hispana desde que los Héroes del Silencio pasearon su versión allá donde tocaron. Y todavía hoy, Bunbury la incluye en sus shows como el último de La Romareda. Por cierto, no es la única versión que ha hecho Enrique Bunbury de su paisano. También en su disco Viaje a ninguna parte, que ahora cumple 20 años, incorpora la versión de Voces de tango que grabó inicialmente Más Birras.
Esta canción de alguna forma anticipó del camino que tomó Mauricio Aznar tras la disolución en 1993 del grupo. Para entonces, el cantante estaba fascinado por el folklore del otro lado del charco, concretamente de Argentina. Un país donde quedó atrapado por géneros como la chacarera y otros ritmos del noroeste argentino. De hecho, en ese descubrimiento se centra La estrella azul.
Y con ese bagaje fundó su último grupo: Almagato. Una valiente apuesta, esta vez por el folklore, al que le dedicó sus últimos años. Preocupado únicamente por la creación y en absoluto por el éxito y el dinero. Un espíritu libre, sin duda, genial y mundano al mismo tiempo.
Su muerte por sobredosis en el 2000 conmocionó a los que lo conocían y a toda una generación de zaragozanos que habían cantado y bailado con su música. Por eso, algunas de sus canciones han seguido sonando. E incluso Zaragoza le rindió su homenaje dándole su nombre a un paseo junto al Canal Imperial al paso por el barrio de Casablanca, donde no falta su retrato escultórico presumiendo de tupé y patillas.
Pero está claro que es en los últimos tiempos cuando su figura ha alcanzado más renombre. A la película de Javier Macipe se le han sumado la publicación de varios libros sobre su trayectoria como Mauricio Aznar y Almagato. La historia, escrito por Jaime González, o Más Birras. Del barrio a la leyenda, de Jorge Martínez.
Y, desde luego, permanece su música, la cual podéis escuchar en plataformas como Spotify o YouTube. O mucho mejor, es posible disfrutarla en directo estas Fiestas del Pilar, ya que el próximo miércoles 9 de octubre podéis acudir al concierto que darán en el Jardín de Invierno el grupo La Estrella Azul Live y Cuti Carabajal.
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