Calanda es un lugar ideal para visitar en Semana Santa y conocer la Ruta del Tambor y el Bombo, pero también los vestigios de Luis Buñuel
Esta localidad turolense forma parte de las nueve que integran la Ruta del Tambor y el Bombo, que da a conocer la Semana Santa
Texto de Armando Cerra – Imágenes de Turismo de Aragón
Hasta nueve localidades de la provincia de Teruel integran la Ruta del Tambor y el Bombo que da a conocer la Semana Santa del Bajo Aragón a nivel nacional y también mundial. Y es que no hay que olvidar que el toque de estos instrumentos durante la semana de la Pasión se ha catalogado como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por parte de la UNESCO.
Esas 9 poblaciones son Albalate del Arzobispo, Alcañiz, Alcorisa, Andorra, Calanda, Híjar, La Puebla de Híjar, Samper de Calanda y Urrea de Gaén. Todas ellas son merecedoras de una visita en la próxima Semana Santa. Pero hoy os queremos proponer en concreto una escapada a Calanda, posiblemente el más internacional de todos estos destinos, sobre todo gracias al calandino más famoso y genial de todos, Luis Buñuel, nacido en esta localidad en el año 1900.
Muchísimo después, en 1973 ganó el Oscar de Hollywood por su película El discreto encanto de la burguesía, convirtiéndose así en el primer director español que ganaba semejante galardón en la meca del cine. Sin embargo, este dato a veces se olvida, ya que lo hizo dirigiendo una película de producción francesa. Sin embargo, el arte no entiende demasiado de banderas y por eso Buñuel era un cineasta tremendamente respetado por personajes como Charles Chaplin, Alfred Hitchock o Billy Wilder, quienes habían visto todas sus películas y admiraban el singular universo que el turolense plasmaba en sus pelis.
En ese universo personal cobra un protagonismo especial su pueblo Calanda, cuyas tradiciones salen retratadas en más de una ocasión en su cine. Y si se habla de tradición en Calanda, entonces aparecen, más bien se escuchan, tambores, bombos y procesiones, que por supuesto surgen en fotogramas filmados por Buñuel. No solo eso. El propio don Luis, como se le conocía en su localidad, era aficionado a coger los palillos y hacer redobles en su tambor. Varias fotos lo demuestran.
De hecho, Buñuel aunque alternaba su vida entre París y Ciudad de México, volvía siempre que podía a su pueblo. Y no dudaba en tocar el tambor y enorgullecerse de cómo se celebra la Semana Santa en Calanda, pese que él presumía de ateísmo. Pero el pueblo de cada cual tira mucho.
Así que es obligado que, además disfrutar de los tambores y los bombos, cuando hagáis esta escapada también entréis al Centro Buñuel Calanda. Ahí os aguarda un montaje expositivo sorprendente y efectista basado en el arte buñuelesco. Un lugar que os recomendamos encarecidamente para descubrir a esta figura tan relevante del cine español y mundial. Todo un referente de la vanguardia mundial, que paradójicamente hubiera sido imposible sin la cultura y tradiciones de su pequeño pueblo turolense.
El recuerdo a su paisano más célebre está muy presente hoy en día en Calanda. ¡De bien nacidos es ser agradecidos! Y desde luego que sus vecinos saben que Buñuel proporciona una fama increíble a la localidad. Tanto es así que hasta aquí se siguen acercando no solo aficionados al cine buscando las huellas del inclasificable director. También han venido otras figuras del Séptimo Arte que como Buñuel se retratan con los cofrades, con sus tambores y sus bombos. Así lo hizo Carlos Saura y Geraldine Chaplin, pero también Fernando Rey, Paco Rabal, Verónica Forque o Fernando Trueba, otro de los directores españoles oscarizados.
Así que si van todas esas estrellas, ¿cómo no vamos a hacer nosotros una visita a Calanda? Si la hacemos en Semana Santa, sin duda alucinaremos, en especial si estamos ahí al mediodía del Viernes Santo cuando se reúne toda la población para romper la hora, el acto más emotivo y estruendoso de estos días.
No obstante, si vamos en otro momento, tampoco faltan atractivos que descubrir. Ya hemos hablado de la visita al Centro Buñuel Calanda, absolutamente imperdible. Pero tampoco hay que perderse la visita a la iglesia de Nuestra Señora de la Esperanza, al igual que hay que subir la pertinente escalinata para alcanzar el Templo del Pilar. Sí, lees bien, en Calanda también se honra a la Virgen del Pilar.
Además, merece la pena echarle una ojeada a las pinturas exteriores que decoran la fachada de la Casa Consistorial. Al igual que os animamos a dar un paseo hasta las ruinas barrocas del Convento del Desierto, una monumental sorpresa en un paisaje muy especial. Y por cierto, cuando recorráis los alrededores de la población, llevad preparada la cámara porque a comienzos de la primavera se da la espectacular floración de los melocotoneros. Todo un espectáculo para la vista que no es más que el anticipo de lo que luego será un gusto para el paladar: los sabrosos melocotones de Calanda con Denominación de Origen Protegida. ¿Necesitas más razones para acercarte a este enclave de la Ruta del Tambor y del Bombo?
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