El Carnaval llega a diferentes puntos de Aragón a través de actos, disfraces y fiestas, pero ¿cuáles son los carnavales más tradicionales?
Numerosos pueblos y ciudades aragonesas acogen diversos actos carnavaleros durante unos cuantos días
Texto de Armando Cerra – Fuente imágenes: Indicadas en leyenda
Ya se acerca el Carnaval. Y este año se van a poder celebrar de un modo muy parecido a como se ha hecho tradicionalmente. Y de eso os queremos hablar hoy. De algunos de los carnavales más tradicionales que se celebran en la Comunidad Autónoma de Aragón. Ya sabemos que en cualquier cole y en prácticamente todos los pueblos y ciudades aragonesas habrá actos carnavaleros. Pero la verdad es que algunos tienen un encanto especial y, en algunos de ellos, nos vamos a centrar a continuación.
CARNAVALES DE LA PROVINCIA DE HUESCA
En la provincia oscense hay varias localidades que presumen de festejar unos carnavales con una personalidad única e intransferible. Por ejemplo, así ocurre en San Juan de Plan o en La Fueva, donde se vive un carnaval itinerante por varias localidades del entorno. O en la pequeña localidad de Nerín, que celebra una divertida ronda nocturna.
Podríamos nombrar otros interesantes como los de Torla, el de Broto o el de Jaca. Pero posiblemente el más singular de todos ellos, quizás sea del de Bielsa, en la parte más alta de la comarca de Sobrarbe. Ahí tienen un peculiar repertorio de personajes, algunos de los cuales tienen un triste final, como el conocido Don Cornelio Zorrilla.
A este personaje, que en realidad es un muñeco hecho para la ocasión se le enjuicia el Jueves de Carnaval y acaba colgado en el balcón del Ayuntamiento belsetano. Ahí permanecerá varios días hasta que acabe en las llamas de una hoguera, en un fuego purificador y renovador que anuncia un nuevo ciclo: la primavera.
Pero además de eso, el resto de la población se disfraza de otros personajes tradicionales. Entre ellos las espectaculares trangas, que son los mozos solteros que salen a las calles luciendo enormes cuernos de macho cabrío y sus pieles. Un aspecto intimidador, pero aún así acuden a recoger a las madamas, que son las mozas solteras del valle. Y no acaban aquí los disfraces también aparecen por ahí la garreta, el oso y el domador, el amontato, el caballet…
CARNAVALES DE LA PROVINCIA DE TERUEL
No solo en las tierras oscenses se celebran carnavales cargados de singularidad. También los hay en la provincia del sur de la comunidad, o sea, en Teruel. Y no nos estamos refiriendo a la celebración de las Bodas de Isabel que se hace en la capital provincial y que a veces coincide en fechas con el carnaval. Porque ese impresionante festejo, en el que toda la población se disfraza en un auténtico viaje a la Edad Media, en realidad se basa en la leyenda de los Amantes de Teruel.
En cambio, hay poblaciones que sí tienen festejos carnavales peculiares. Como Villafranca del Campo, donde incluso se celebraba de una forma muy casera durante las prohibiciones del Franquismo, y jamás renunciaron a la fiesta, a comer longaniza seca y a freír las hojuelas.
No obstante, de todos los carnavales turolenses el más singular posiblemente sea el de Luco de Jiloca. Aquí los vecinos tienen varios trajes típicos. Uno son los diablos que llevan la cara negra y unas enormes tijeras que representan que pronto llegará la cuaresma y se cortará la libertad. Mientras que los mozos van de zarragones con sus caretas, chepas y cencerros. Y las mozas son las madamas, algunas pobres y otras ricas. Pero todos juntos recorren el pueblo al rimo de la música dulzainera.
CARNAVALES DE LA PROVINCIA DE ZARAGOZA
Obviamente también se celebran por todo lo alto las fiestas de carnaval en tierras zaragozanas. En algunos lugares se ha hecho desde antaño con muchas particularidades locales, como en varios pueblos de las Cinco Villas. E incluso en Zaragoza se crean personajes propios como Don Salchichón.
Sin embargo, para conocer el que consideramos más singular de toda la provincia recomendamos desplazaros hasta la comarca de Valdejalón para llegar a Épila. Ahí también tienen a un personaje simbólico al que colgarán y posteriormente harán arder en la hoguera de final de la fiesta, lo cual representa el fin de un ciclo y también de los males que hayan podido ocurrir en los meses pasados. Ese personaje cargado de simbolismo se llama Zaputero.
Por cierto, si os decidís a visitar Épila que no os extrañe que se os acerquen los vecinos vestidos con trapos y os hablen con voz de pito para burlarse de vosotros. Es lo típico, así que lo mejor es ir de incógnito, con una especie de saco o tela blanca sobre la cara, solo con un agujeros para la boca y los ojos. Ya lo sabéis id a este carnaval o cualquier otro de Aragón, e integraros en la fiesta. De eso se trata en estas fechas, de pasarlo bien.
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