Nos asomamos al Balcón de San Lázaro y, ¿qué vemos? - Enjoy Zaragoza
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Nos asomamos al Balcón de San Lázaro y, ¿qué vemos?

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El Balcón de San Lázaro quizás sea el mirador más instagrameable de Zaragoza. La fotomás típica y tópica de la ciudad se toma desde aquí, ya que se abarca de un solo vistazo el Ebro, el Puente de Piedra, la Seo y el Pilar.

Una delicia de imagen que se llevan todos los turistas que cruzan el río y que ningún zaragozano se resiste a hacer al llegar a esta entrada al Arrabal y al barrio de Jesús.

Texto: Armando Cerra – Fotos: Enjoy Zaragoza

La verdad es que la panorámica ya era vistosa muchísimo antes de que existiera Instagram. Y de hecho una de los cuadros más célebres de la Zaragoza histórica está pintado aproximadamente desde este punto. Nos referimos a la famosa Vista de Zaragoza que hizo Juan Bautista del Mazo en 1647, esa en la que se ve el Puente de Piedra roto tras una riada y mientras que el perfil de la catedral, la basílica y toda la margen derecha es tan distinta a la actual. Un cuadro que se guarda en el Museo del Prado.

Sin duda respecto a ese lienzo antiguo, otra de las grandes diferencias con la actualidad es la ribera del Ebro, la cual se mantuvo casi abandonada durante siglos y el gran lavado de cara se hizo hace solo unos años con motivo de la Expo 2008. Fue precisamente entonces cuando se construyó el Balcón de San Lázaro tal y como lo vemos hoy.

Basílica del Pilar vista desde el Puente de Piedra

 

Puente de Piedra y Balcón de San Lázaro

 Y en la otra orilla se despliega un skyline que mezcla diversos estilos de la historia del arte. Se distingue el mudéjar en el cimborrio de la Seo y el barroco en el campanario de la catedral. Al igual que se descubre las dimensiones del Palacio del Arzobispo en cuyo Alma Mater Museum se expone una reproducción del citado cuadro de Juan Bautista del Mazo.

Por supuesto el Balcón de San Lázaro ofrece una perfecta visión en la lejanía de la arquitectura renacentista de la Lonja, así como se admira esa curiosa mezcla de gustos artísticos, de colores y materiales, de curvas y rectas, de torres y cúpulas que es el conjunto de la Basílica del Pilar. Y tras todo este primer frente del río se intuye el casco histórico y la ciudad moderna más allá. 

Balcón de San Lázaro actualmente

No obstante, cuando se visita el Balcón de San Lázaro no solo recomendamos disfrutar de las vistas hacia la orilla opuesta. También hay que conocer esta parte del barrio de Jesús, el cual junto al vecino Arrabal, son zonas históricas importantes en el pasado de la ciudad. Desconocidas e infravaloradas, pero históricas. Comenzando por el propio enclave donde se eleva el balcón.

Aquí precisamente ya se construyó un gran pretil a orillas del río a finales del siglo XVIII. Esta obra la llevó a cabo el arquitecto Agustín Sanz del cual ya os hablamos al contaros la historia de la Puerta del Carmen. Y si en ese caso diseñó una puerta para la urbe, en este concibió una defensa frente a las habituales riadas, de manera que ese muro de contención protegiera al barrio de Jesús y a lo que estaba más inmediato al Ebro. En especial, el Convento de San Lázaro.

Balcón de San Lázaro actualmente

Sí, porque el nombre del lugar se debe a este Convento, cuyos vestigios arqueológicos son visitable en la parte baja del balcón. O si el centro de interpretación está cerrado, se puede ver parcialmente entre las rendijas de sus fachadas o desde la enorme claraboya de cristal que hay en el suelo del propio Balcón de San Lázaro.

Tal convento remonta sus orígenes al siglo XIII y se mantuvo en activo durante centurias. De hecho, volvemos a citar el cuadro de Juan Bautista del Mazo, ya que lo realizó desde una de las ventanas de este convento en el que se hospedó. No obstante, su final llegaría durante los Sitios, cuando quedó prácticamente destrozado. Y es que se convirtió en el mejor punto para tratar de contener el avance galo hacia el Puente de Piedra y por lo tanto fue objetivo de múltiples bombardeos.

A partir de entonces sus ruinas se emplearon como granero, pajar, cárcel, refugio antiaéreo durante la Guerra Civil, y posteriormente centro de reclutamiento a partir del 40. En fin que es una parte importante del pasado lejano y cercano de la ciudad, motivo por el cual es interesante conocerlo. Con el añadido de la panorámica que ofrece. Unas vistas que estamos seguros de que volveréis a fotografiar. Por muchas veces que se contemplen, es difícil resistirse a sacar el móvil, darle al click y subir la foto a las redes. ¿Cuántos lo habéis hecho alguna vez?

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