El aceite de oliva es el ingrediente clave para una dieta mediterránea y saludable. Y por supuesto en Aragón contamos con olivares y almazaras que nos proporcionan aceites fabulosos. Muchos de ellos catalogados como DOP como es el caso de los aceites del Bajo Aragón y los de la Sierra del Moncayo
Texto: Armando Cerra – Fotos: Aragón Alimentos
En un artículo anterior sobre los productos cárnicos aragoneses con calidad diferenciada como son el Ternasco de Aragón IGP y el Jamón de Teruel / Paleta de Teruel DOP nos quedamos preparando unas rebanadas de pan con aceite. Obviamente no podemos echar cualquier aceite, sino que se trata de aprovechar los buenos aceites de oliva que producimos en la comunidad autónoma. Y a la cabeza de ellos hay que poner el oro líquido que se elabora en los territorios de las dos DOP aceiteras que hay en Aragón.
Eso no significa que no haya otros aceites de oliva magníficos. Podemos asegurar que los hay. Pero solo las Denominaciones de Origen de Aceite del Bajo Aragón y la de Aceites Sierra del Moncayo pueden presumir de tal sello de garantía y calidad. Así que nos vamos a centrar en ellos.
Aceite del Bajo Aragón DOP
Cuando uno viaja por las carreteras del Bajo Aragón, por el Matarraña, el Bajo Martín o la Sierra de Arcos, así como gran parte por la zona nororiental de Teruel llaman la atención los bancales del terreno donde crecen los olivares olivos, algunos con ejemplares más que centenarios. E incluso también abundan por la zona de Belchite y el Bajo Aragón zaragozano en torno a Caspe y el río Ebro. Por cierto, un área donde igualmente se ven campos de frutales en los que se cultiva el Melocotón de Calanda, otro de los productos con DOP de los que os hemos hablado hace unos días.
De manera que entre unas áreas y otras, hay hasta 77 municipios acogidos a la Denominación de Origen Aceite del Bajo Aragón. Y es que aquí se producen unos 30 millones de kilos de oliva con los que se elaboran unos 2 millones de litros de aceite en las 32 almazaras adscritas a la DOP.
Sin duda, son unos números de vértigo y una fuente de riqueza imprescindible para muchos núcleos de población. Y todo ello gracias a esos pequeños frutos verdes que se cultivan aquí desde tiempo inmemorial. Un cultivo de raíces ancestrales pero que se ha ido mejorando para adaptarse a los gustos actuales y crear un producto de categoría gourmet en muchos casos.
Por ejemplo, se han ido seleccionando las mejores especies de oliva para lograr la personalidad única del Aceite del Bajo Aragón. Por eso se ha recurrido a la oliva empeltre, la arbequina y la royal, una triada que ha convertido a este producto en un elixir codiciado no solo en muchos hogares, sino también muy demandado en restaurantes de toda España.
Aceite Sierra del Moncayo DOP
Las empresas productoras del Aceite Sierra del Moncayo alcanzaron la Denominación de Origen algo después que las gentes olivareras del Bajo Aragón. Fue en 2009, pero lo cierto es que desde entonces han experimentado un crecimiento más que destacado.
Todo ello se ha sustentado en un producto cuidado, elaborado con mucha sabiduría y mimo. Por supuesto en la base están las olivas, en este caso de variedades empeltre, arbequina, negral, verdial y royal. Pero a eso hay que sumar el buen saber hacer en las almazaras de esta zona del oeste de Zaragoza, que como indica su nombre se encuentra a la sombra del Moncayo.
El proceso desde el campo hasta el envasado del aceite está perfectamente controlado, para cumplir con todos los requisitos y estándares de calidad que obliga una DOP. Y por supuesto que se siguen a rajatabla todas las normas establecidas. No tendría sentido hacerlo de otro modo, ya que el objetivo no es producir mucho, sino producir algo muy bueno. Y cualquier cata de los aceites virgen extra de la DOP Aceite Sierra del Moncayo confirma que alcanzan su propósito.
Son aceites muy naturales, su aroma es como darse un paseo por el campo. Y cuando se aliña una ensalada, cualquier plato o una sencilla tostada de pan se puede paladear lo que significa un aceite equilibrado, o sea que se disfruta de una fabulosa mezcla entre su puntito picante y un amargor muy agradable. En fin, que si se visita el Moncayo, que nadie deje de comprar aceite de la zona con Denominación de Origen.
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