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Descenso por el río Vero, uno de los cañones más bonitos de la provincia de Huesca

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El descenso por el río Vero es una de las actividades deportivas y turísticas más buscadas de la Sierra de Guara

Texto de Armando Cerra – Imagen principal de Enjoy Zaragoza

El descenso por el río Vero es una de las actividades deportivas y turísticas más buscadas en el Parque Natural de la Sierra y Cañones de Guara. ¿Por qué? Porque es un itinerario absolutamente espectacular. ¿Lo conoces? Te animamos a que lo hagas, porque es una experiencia muy divertida y memorable.

La afluencia al barranco del río Vero es tan alta, porque técnicamente es uno de los cañones más sencillos de toda la Sierra de Guara. Sobre todo si las condiciones meteorológicas acompañan, ya que con lluvias y con posibles crecidas de su caudal y de los afluentes puede ser peligroso. 

No obstante, aunque sea un itinerario sencillo desde el punto de vista técnico, hay que tener en cuenta que es largo. Son 7 kilómetros, lo cual es una distancia considerable en barranquismo, por lo que es necesario tener una buena forma física. Y por otra parte, el descenso de cañones es un deporte de aventura que requiere de un equipo apropiado. Para lo cual existen numerosas empresas en la zona especializadas en acompañar a grupos y proporcionarles todo lo necesario en cuanto a trajes de neopreno, mochilas de barrancos, contenedores estancos, cascos, cuerdas y anclajes varios. Unas empresas que también solucionan el tema de los vehículos necesarios para llegar al punto de entrada y de salida del barranco.

De modo que una vez que se soluciona el tema logístico, ya solo queda disfrutar de uno de los cañones más hermosos de la provincia de Huesca. Un recorrido a caballo de la Comarca del Sobrarbe y la del Somontano, ya que empieza cerca del núcleo sobrarbés de Lecina y termina en la hermosa villa de Alquézar, emblema turístico y monumental del Somontano.

Y entre ambos puntos nos queda un recorrido apasionante. El primer tramo desde el aparcamiento donde se deja el coche, entre los kilómetros 16 y 17 de la carretera Colungo a Arcusa, son unos 5 minutos de caminata hasta llegar al propio barranco. Luego llegan un buen trecho de senderos junto al río admirando la flora y fauna local. 

Como todo el tiempo es un itinerario cuesta abajo y con fabulosas vistas al paisaje pasa volando. Además no faltan formaciones rocosas con las que alucinar, algunas convertidas en abrigos rupestres donde ya pintaron nuestros antepasados de la Prehistoria. Y también hay otros puntos de interés como restos de molinos o de viejas ermitas. En definitiva, que es un paseo muy agradable que pronto llega hasta la confluencia con el afluente de La Choca. Ahí se puede decir que comienza el descenso barranquista propiamente dicho y más espectacular.

Aunque los saltos, rapeles y chapuzones son una constante y hacen que alcancemos niveles altísimos de disfrute y de adrenalina, de vez en cuando contemplad el entorno natural porque es simplemente impresionante. En el descenso se van sucediendo la garganta de Lecina, la Cueva Palomera, los llamados Oscuros porque el cauce casi es subterráneo, y después se llega a varias gargantas como la de Clusas y la de Villacantal, además de empequeñecernos al paso por la Cocineta o en la Gran Visera

Hay un poco de todo en el recorrido. Tramos de andar, pozas impresionantes, saltos, canales, cuevas, slaloms entre rocas pulidas por el agua… una aventura en toda regla.

Y de pronto uno descubre el increíble Puente de Villacantal. Una maravilla arquitectónica que anuncia el final del descenso y la cercanía de Alquézar, pueblo oscense hermoso y patrimonial donde los haya. Un clásico en cualquier ranking de los pueblos más atractivos de Aragón y España.

Tras el descenso es obligado darse un paseo por sus calles, conocer su Colegiata o perderse por sus callejones. Y desde luego todavía falta el complemento perfecto para terminar de bajar por el Vero. Se trata de recorrer las pasarelas de Alquézar, las cuales comienzan de algún modo en el mismo corazón de la localidad, en su carismática plaza Mayor. Desde ahí se adivina la entrada al camino que baja de nuevo al Vero y a sus pasarelas.

Esa bajada por el barranco de la Fuente llega al mismo cauce y al primero de los tramos de pasarelas. En total son cuatro. Los tres primeros son los más cortos y como mucho se elevan unos 10 metros sobre el agua. Pero el último es el más espectacular, ya que se prolonga durante 200 metros de recorrido y alcanza un altura de hasta 25. Toda una experiencia vertiginosa que es el mejor final para el siempre espectacular descenso del Vero.

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