Conoce los detalles de la Escalinata del Óvalo en Teruel - Enjoy Zaragoza
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Escalinata del Óvalo, arte e historia a nuestra llegada a Teruel

Exposición

La Escalinata del Óvalo, que se construyó hace más de 100 años, es uno de los Bienes de Interés de Cultural de Teruel y nos recibe al llegar en tren a la ciudad

Se trata de un edificio que combina el arte mudéjar y la arquitectura modernista, propios de la ciudad de Teruel

Texto e imágenes de Armando Cerra

Ya sabemos que el tren no es el medio de transporte ni más habitual, ni el más rápido para llegar a Teruel. Sin embargo, no tenemos duda de que es la forma más espectacular de aparecer en las calles turolenses. Sobre todo porque nada más desembarcar de los vagones y dejar la estación ferroviaria nos recibe uno de los monumentos más carismáticos de la ciudad: la Escalinata del Óvalo.

A sus 101 años de existencia, la Escalinata es uno más de los Bienes de Interés Cultural (B.I.C.) de Teruel. Una urbe que pese a sus reducidas dimensiones posee tesoros históricos y artísticos para todos los gustos, algunos de ellos catalogados incluso como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Pues bien, el mejor resumen de toda esa riqueza cultural se plasma en esta escalinata monumental que se construyó entre los años 1920 y 1921.

Antes de eso, tan solo había una fatigosa cuesta para subir desde la estación del tren hasta el casco urbano turolense. Una bienvenida de lo más desoladora y fatigosa para los viajeros. Por ese motivo, se decidió construir una infraestructura que facilitara la ascensión. Pero no se quisieron conformar con hacer algo meramente funcional, sino que pretendieron que también fuera algo hermoso. Y desde luego que lo consiguieron.

El proyecto lo realizó el ingeniero local José Torán de la Rad. Por ese motivo, en ocasiones, a su obra se le nombra como Escalinata de Torán. No obstante es más común llamarla Escalinata del Óvalo o de la Estación, aludiendo así a los dos puntos que une: el paseo del Óvalo y el ferrocarril.

El desnivel en tan corta distancia es considerable, unos 26 metros. Así que para salvarlos se trataba de hacer un trazado ameno y agradable para el viajero recién llegado. Por eso, la escalinata en sí tiene tres partes bien diferenciadas

La primera es la zona más baja, la inmediata a la estación. Ahí se despliegan los Jardincillos de la Estación o Botánicos, de manera que entre los parterres se comienza a subir sin darnos cuenta. Teniendo siempre en el horizonte de nuestra mirada la monumentalidad de la Escalinata. Sin darnos cuenta, se llega en un instante a los primeros peldaños.

Mientras se empieza subir por la escalera se puede apreciar que toda la construcción es como un grandioso homenaje a los dos estilos arquitectónicos más carismáticos de Teruel: el arte mudéjar de sus torres y de su catedral, y la arquitectura modernista de varias casonas del casco antiguo. El ladrillo, la cerámica y la piedra tallada embellecen los siete primeros tramos de escalinata.

Y por fin se llega a la última parte, una especie de rellano, o más bien replaceta-mirador que sirve como descanso en la ascensión y también como presentación para el otro gran emblema de la ciudad. Obviamente nos referimos a los Amantes, a la pasión amorosa entre Isabel de Segura y Diego de Marcilla que tuvo el triste final que todos conocemos. Ellos son los protagonistas del enorme relieve tallado que nos aguarda a estas alturas de la Escalinata. Por cierto, una obra labrada por el escultor segoviano Aniceto Marinas.

Esta parada sirve para recobrar el aliento y tomar el último impulso hasta llegar al Paseo del Óvalo propiamente dicho. O lo que es lo mismo, estar ya a un paso de todos los lugares de visita imprescindible en Teruel: la plaza del Torico, las torres, los templos, el Mausoleo, etc…

Durante décadas, esta ha sido la presentación de la ciudad para todos aquellos que llegaban en tren. Hoy en día, ya es un atractivo monumental más. Merece la pena contemplarla y también recorrerla. Aunque está claro que no es lo más cómodo del mundo si se va cargado con maletas y equipajes. Por eso, el área de la Escalinata del Óvalo fue objeto de ciertos cambios hace unos años. Eso sí, se respetó escrupulosamente su esencia y su aspecto, pero se diseñó un proyecto para integrarla de una forma más orgánica en el paseo superior. Así como a uno de sus lados se crearon dos ascensores para facilitar la subida.

Una intervención realizada entre los años 2001 y 2003, y que viene firmada por uno de los arquitectos más prestigiosos del panorama internacional: el británico David Chipperfield, que tiene obras de renombre repartidas por todo el globo terráqueo, desde Japón hasta Estados Unidos, pasando por Berlín, Venecia o ciudad de México, y también aquí, en Teruel. 

Sin duda, esa adecuación de la zona de la Escalinata del Óvalo al siglo XXI es la mejor muestra de que este paraje de la ciudad sigue teniendo plena vigencia, y que como decíamos al principio es la mejor forma de llegar a la ciudad. Es la carta presentación de su patrimonio y de la famosa leyenda que ha convertido a Teruel en la ciudad del Amor. 

Un mensaje de lo más romántico que desde hace algún tiempo los recién llegados notan casi nada más poner el pie en la urbe, adonde les da la bienvenida la escultura AMA. ¡No se puede desear nada mejor!

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