La plaza del Justicia cuenta con atractivos innegables para todos los gustos de variadas épocas y estilos que os sorprenderán
La Fuente de la Samaritana, el Banco del Nubepensador o el Monumento al Cofrade son algunos de sus encantos
Texto e imágenes de Armando Cerra
Nos damos un paseo por una de las plazas más bonitas del Casco Viejo de Zaragoza. Nos referimos a la plaza del Justicia, la cual tiene atractivos para todos los gustos, de variadas épocas y estilos. ¿La conocéis, no? Seguro que sí porque habéis pasado por ahí un millón de veces, de día o de noche. Pero vamos a contaros algunas cosillas sobre ella y quizás os sorprendamos con algún dato.
Se llegue desde donde se llegue, su atractivo es innegable. Podemos acercarnos recorriendo la calle Manifestación. O bien aparecer desde la calle Santa Isabel. No obstante, ya que vamos paseando por la ciudad, es más que posible que lleguemos hasta este punto desde varias calles peatonales, como la del Temple, la del Buen Pastor o la calle de la Virgen.
Pero da igual cómo, lo importante es que ya estamos en la plaza. Ahora nuestro consejo es buscar un punto más o menos central e ir girando sobre nosotros mismos para descubrir sus encantos. Y un buen punto para ubicarnos es junto a la Fuente de la Samaritana.
¿No digáis que no poseen un encanto especial la figura y su entorno? Sin embargo, esta mujer vestida a la antigua y cargando con dos jarros de agua no se concibió para este lugar. Ya os hemos hablado de otras esculturas y fuentes viajeras por Zaragoza, como la Fuente de la Princesa del Parque. Pues bien, la Samaritana antes de estar aquí fue instalada en la Plaza de la Seo y más tarde se llevó hasta el parque Bruil. Ahora creemos que ya ha encontrado su hábitat perfecto.
Si os fijáis, muy cerca hay otra escultura. Se trata del Monumento al Cofrade. Un adulto y un niño en bronce luciendo toda la indumentaria y los instrumentos propios de la Semana Santa. Esta obra sí que se hizo ex profeso para este emplazamiento y no hace mucho de ello, ya que se colocó en 2009. Y es que el Monumento al Cofrade hace que, figuradamente, todos los días este padre con su hijo acudan a las procesiones que tienen como referencia la iglesia de Santa Isabel o de San Cayetano.
Sin duda, de todo el patrimonio histórico y artístico de la plaza de la Justicia lo más potente visualmente es este templo cuya fachada para bicolor. No es la primera vez que os hablamos en Enjoy Zaragoza de la iglesia de Santa Isabel. Para comprobar si sois unos seguidores de pro de nuestros paseos por la ciudad, aquí va una pregunta. ¿Qué representan los relieves de la fachada de la iglesia? Seguro que más de uno ya los sabéis: son un homenaje al escudo de Aragón.
Vamos girando a nuestra derecha y separada de la iglesia por la calle del Buen Pastor está otro de los grandes edificios de la plaza. Es la fachada señorial y en tonos muy claros del Palacio de los Condes de Sobradiel. En la actualidad es el Colegio de Notarios. Pero, ¿sabéis quién fue propietario del inmueble a finales del siglo XVI? Ni más ni menos que Juan de Lanuza. O sea, aquel Justicia de Aragón que se enfrentó al rey Felipe II y que acabó decapitado por defender los Fueros aragoneses. Por cierto, murió no muy lejos de aquí, en la antigua plaza del Mercado que coincide con el actual emplazamiento del Mercado Central.
Ya veréis que no es la única mención al Justicia de Aragón. Al fin y al cabo, la plaza lleva el nombre de tal institución. Pero de momento todavía nos queda alguna cosita más por ver. Si bien son elementos mucho más cercanos a nuestra época.
Una muestra es el imponente Hotel Catalonia El Pilar, uno de los establecimientos de 4 estrellas con más atractivo arquitectónico de todo el panorama hotelero de Zaragoza. Y es que estamos ante una de las mejores muestras de los edificios modernistas que han llegado hasta nuestros días en el callejero maño. Un inmueble que remonta su construcción al año 1903.
Por cierto, frente a uno de los laterales de este hotel, ya en el número 13 de la calle Manifestación os invitamos a ver la placa conmemorativa en recuerdo a un estudiante formado en la Universidad de Zaragoza en el año 1874. Se trata de José Martí, héroe de la independencia de Cuba, que aunque se enfrentó a los españoles, en sus escritos siempre declaró su amor a nuestra ciudad, a nuestro río e incluso recordaba al propio Lanuza, el desafortunado Justicia.
Aquella institución histórica de Aragón desapareció con su muerte en 1591, pero se recuperó siglos más tarde. Con la llegada de la Democracia. Y eso se hizo nombrando Justicia al abogado Emilio Gastón. Todo un personaje que siempre alternó su labor legal con su desempeño en el mundo de las letras y de la poesía. De hecho, buscaba muchas veces la inspiración en esta plaza, sentándose en un banco y dejándose llevar por el paso de las nubes.
Aunque falleció en 2018, hoy se recuerda su figura con el “Banco del Nubepensador”. Una placa en el respaldo del banco nos lo evoca y cuando cae la noche, la farola cercana se enciende y como si fuera magia proyecta unas letras sobre el suelo. Es un verso de este librepensador que nos invita a seguir su ejemplo: “… Y seguiré la lucha en subjuntivo como si pudiera o pudiese”.
Tal y como decíamos al principio, esperamos haberos sorprendido con alguna curiosidad que desconocíais sobre la plaza del Justicia. Y sobre todo esperamos que os entren ganas de pasear por este bello rincón de Zaragoza.
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