La iglesia de Santa Isabel se ha convertido en la sede de diversas cofradías de la ciudad
Este templo católico es una visita obligatoria en Zaragoza
Texto e imágenes: Armando Cerra
Ahora que se acerca la Semana Santa es un buen momento para dedicarle unas líneas a uno de los templos que se ha convertido en epicentro de la Pasión en Zaragoza. Nos referimos a la espectacular iglesia zaragozana de Santa Isabel o de San Cayetano, cuya fachada domina la plaza del Justicia. ¿Cómo la llamas tú? ¿Iglesia de Santa Isabel o de San Cayetano? La verdad es que la puedes nombrar como prefieras, ya que ambas denominaciones son válidas. Ahora te explicamos el porqué.
En lo que no hay opción es a la hora de describir la plaza del Justicia como una de las más atractivas de todo el casco viejo de Zaragoza. Encantos no le faltan. Ahí está la elegante fuente de la Samaritana, la rotundidad amarillenta del Palacio de Sobradiel transformado en el Colegio de Notarios, también está la delicadeza modernista del Hotel Catalonia o la poesía del banco dedicado a Emilio Gastón. Y por supuesto llama la atención el derroche barroco de la fachada de iglesia de Santa Isabel o San Cayetano.
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El hecho es que hacia finales del siglo XVII este solar pertenecía a la Orden Religiosa de los Teatinos, los cuales eran devotos de San Cayetano. Su idea era construir ahí un convento. Sin embargo, la Diputación del Reino pensó en construir un templo que honrara a la santa aragonesa Santa Isabel de Portugal.
Una mujer que había nacido en plena Edad Media en las estancias del Palacio de la Aljafería, ya que era una infanta integrante de la monarquía aragonesa. Sin embargo, su sangre real la llevó hasta Portugal, donde se esposó con el rey luso Dionis. Y durante toda su vida destacó por su piedad, una virtud que acabaría llevándola a los altares.
Así que la Diputación tenía el interés y el dinero para construir un templo en su honor, y los teatinos o cayetanos poseían el solar apropiado. De forma que autoridades y monjes llegaron a un acuerdo para levantar la iglesia donde honrar a ambas figuras. Ese es el motivo por el que las dos denominaciones son correctas.
De hecho, incluso ambos personajes están representados en la impresionante fachada de la iglesia. Ella aparece en la parte más alta, protegida por una hornacina y flanqueada por las torres campanario. Mientras que San Cayetano está entre el delirio escultórico de la parte central de la fachada.
Sin duda es una de las grandes joyas del Barroco en la ciudad. Cuando paséis por ahí, deteneros un poquito a apreciar la delicadeza con la que se labró semejante conjunto de exquisito alabastro. Y desde luego al fijaros también descubriréis que en realidad el gran protagonista de este inmenso retablo al aire libre no son los santos, sino el escudo de Aragón.
En la parte central aparece el escudo histórico de la Comunidad. Mientras que en los laterales, cada franja de la fachada está dedicada a los respectivos cuarteles que conforman la heráldica aragonesa. Es decir, la derecha de la puerta se hace referencia al mítico Árbol del Sobrarbe y a las Cuatro Cabezas de los Reyes Moros. Mientras que en el otro lado se recuerda la Cruz de Íñigo Arista y las Barras Aragonesas.
No es nada habitual que la fachada de un templo se dedique a estas cosas. La iglesia surgió de un encargo gubernamental con la intención de honrar a Santa Isabel de Portugal, pero también con un propósito de exaltación del Reino de Aragón. Y los teatinos lo supieron aprovechar y respetar para hacer convivir esa intención con el mantenimiento del culto a San Cayetano.
Así lo hicieron desde 1704, fecha de inauguración de la iglesia, hasta que la orden desapareció de Zaragoza a mediados del siglo XIX. Y tras ello, la Diputación encargaría a la Hermandad de la Sangre de Cristo el cuidado del templo. Ese fue el origen del fuerte vínculo que tiene la iglesia de San Isabel de Portugal con las celebraciones de Semana Santa.
De hecho, se ha convertido en sede de diversas cofradías y desde aquí parte la procesión del Santo Entierro. Al igual que la iglesia guarda durante todo el año una de las figuras más queridas de la Pascua: el Cristo de la Cama.
En definitiva, tal y como decíamos al principio, la Semana Santa es un buen momento para visitar este templo de Santa Isabel o de San Cayetano. Por cierto, si te lo encuentras abierto no dudes en entrar. Una ocasión estupenda para admirar su retablo mayor labrado a base de jaspes y mármoles, así como podrás ver el lugar donde reposan los restos mortales de Juan de Lanuza, el más famoso Justicia de Aragón.