Desde su inauguración a comienzos del año 2023 el Canfranc Estación, A Royal Hideway Hotel del grupo Barceló no ha parado de recibir menciones y galardones tanto nacionales como internacionales, el último de ellos otorgado por los lectores de Viajes National Geographic
Artículo: Armando Cerra – Imágenes: Barceló Hotel Group
¿Has tenido la suerte de conocerlo en persona? ¿De hospedarte en él? Si es así, ¡enhorabuena! Pero si todavía no lo conoces, a continuación nos vamos a dar un garbeo virtual por este fabuloso hotel. Para empezar hay que saber que es algo más que un hotel de lujo y primera clase. Se suma el entorno natural de las montañas del Pirineo. Y por si fuera poco, el edificio de la antigua estación del ferrocarril internacional de Canfranc. Un inmueble inaugurado hace casi 100 años, en 1928, el cual está declarado B.I.C (Bien de Interés Cultural) y que ha sido objeto de una profunda recuperación para albergar el elegante Royal Hideway Hotel 5 estrellas Gran Lujo.
Todo el edificio se ha transformado en un alojamiento hotelero con las comodidades del siglo XXI pero inspirado en la época del art decó y del mundo ferroviario que lo originó. De esta manera, se ha respetado la estética de las fachadas de un edificio que tiene ni más ni menos que 241 metros de longitud. Y en cualquier rincón del hotel hay detalles que evocan su pasado, desde sus lámparas hasta el uniforme que luce el personal del establecimiento.
Todos pueden hacerse idea del espíritu del hotel visitando su vestíbulo. Ya que este espacio está abierto el público aunque no sea huésped. Al fin y al cabo se trata de un monumento importantísimo del patrimonio y la historia reciente de Aragón. Así que parecía justo que se pueda admirar una parte del mismo.
El esplendor de esta arquitectura da la bienvenida a visitantes y huéspedes, que en su mayoría se quedan boquiabiertos. Pero eso es solo el principio. A partir de ahí y de registrarse en el lobby les queda por conocer su estupenda habitación. En total son 104 habitaciones instaladas en la segunda planta del edificio, y en todas ellas además de las comodidades modernas que buscamos la clientela de nuestros días, también hay un buen número de guiños al pasado de Canfranc y su historia vinculada con el tren internacional hasta Pau.
No obstante, este es un hotel de esos que se disfruta mucho más que una habitación. Por ejemplo, es obligado gozar un buen rato en el área de wellness en la planta baja. No falta la piscina climatizada ni las salas en las que recibir diversos masajes y tratamientos para el total y absoluto relax de cuerpo y mente. Y como complemento, luego toca pasar por la Biblioteca, donde obviamente se debe buscar un butacón para leer y degustar un cóctel realizado ahí mismo y al momento.
Por otra parte, los hospedados también pueden hacer una visita guiada y hasta teatralizada sin salir del hotel. Una magnífica forma de descubrir los secretos de este trocito de la Jacetania que tanto tiene que contar, desde su época medieval de peregrinos y comienzos del Reino de Aragón hasta el turbulento siglo XX que convirtió a Canfranc en puesto fronterizo y ferroviario por el que circularon espías, oro, la resistencia a los nazis o huidos de la Dictadura española.
Y por supuesto el Canfranc Estación, A Royal Hideway Hotel cuenta con una propuesta gastronómica a la altura de su categoría. O más bien con tres propuestas culinarias. Cada una de ellas con su personalidad y sabores. El comedor principal es “El Internacional” donde se elaboran platos que mezclan lo aragonés con la cocina francesa, en un claro homenaje a las vías y el cercano túnel subterráneo que une ambos países. Así que lo mismo puede comerse unas migas que una fondue de fromage.
Otro espacio reservado para las cenas es el “1928”, año de inauguración de la estación canfranera. Pero este comedor está fuera del propio edificio, ya que se encuentra en un vagón situado a su vera. Un vagón de época rediseñado para la ocasión y para albergar hasta 35 comensales que disfrutan de un menú que fusiona lo local y lo galo, en este caso homenajeando platos franceses que se realizan con técnicas e ingredientes de Aragón.
Y el tercero de los viajes culinarios que propone el nuevo hotel de la Estación de Canfranc también se ubica en un vagón llamado “Canfranc Express”, pero en este caso con capacidad para solo tres mesas. Tres mesas en los que se sirve un menú gastronómico compuesto por 21 platos, desde los entrantes hasta los postres. Todos ellos creaciones exclusivas del chef Eduardo Salanova, director gastronómico del hotel, que ha visto recompensada su creatividad con el reconocimiento de una estrella Michelin con solo unos meses de apertura.
En definitiva, que la estación de Canfranc lleva muchos años siendo un referente para Aragón por muchos motivos, y en la actualidad debido a su reconversión en hotel sigue siendo un hito para el turismo de nuestra comunidad autónoma y de toda España.
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