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Fraga, las otras fiestas del Pilar

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Las Fiestas del Pilar no se celebran únicamente en Zaragoza, sino que localidades aragonesas como Fraga se visten con sus mejores galas estos días

Aprovechamos la escapada durante estos días festivos para descubriros sus lugares más interesantes

Texto: Armando Cerra – Fotos: Turismo de Aragón

En Fraga también se celebran tradicionalmente la Fiestas del Pilar. Por eso, vamos a aprovechar para darnos una vuelta por los atractivos fragatinos. Y es que tendemos a pensar que estas son unos festejos exclusivamente maños y no es así. Hay diversas localidades españolas que también celebran por todo lo alto la festividad pilarista. Y de hecho, sin salir de Aragón, hay varias poblaciones que tienen el 12 octubre como un día muy importante en el calendario festivo local. Por ejemplo en Torla, en Calanda, en Manzanera, en Castejón de Sos o en Belver de Cinca.

Y muy cerca de esta última población oscense y también orillas del río Cinca se encuentra Fraga, donde las fiestas patronales se celebran año tras año en honor de la Virgen del Pilar. Por ello, es interesante recordar sus singulares festejos, que tienen una personalidad propia y donde hay actos que gozan de una popularidad máxima. Nos referimos por ejemplo a los espectaculares castillos de fuegos artificiales o a los divertidos diablos correfocs que recorren el núcleo histórico.

Pero además de eso hay otras citas imperdibles. ¿Qué decir de sus carreras de galeras y de carretons, con los improvisados vehículos artesanales bajando a toda piña por las calles más empinadas de Fraga? ¿O sus carreras de burros? Además, queremos aprovechar la escapada a la capital de la comarca del Bajo Cinca para descubrir sus lugares más interesantes. Aquí os vamos a dar alguna pista sobre ellos.

Lo primero que hay que saber es que la ciudad de Fraga se divide en dos por el río Cinca. Y sobre sus aguas se tiende el Puente Pequeño, que une la parte vieja y la nueva de la ciudad oscense. Crucemos el río y descubramos los monumentos fragatinos más relevantes.

Uno de ellos es el Palacio de Montcada, de rotunda arquitectura renacentista, que todavía impacta más entre la estrechez de las calles históricas y en su vecindad con el antiguo castillo árabe. Este palacio en la actualidad se ha convertido en un centro cultural y sobre todo en el lugar que acoge las pinturas del artista de las primeras vanguardias Miguel Viladrich, quien pasó un tiempo en Fraga, plasmando en su obra la riqueza etnográfica de la población.

Una riqueza de la que los vecinos se sienten tremendamente orgullosos. Y en ese sentido basta comprobar que en la plaza de España, justo delante de la Casa Consistorial, se levanta una estatua dedicada a La Fragatina, también conocida como Dona de Faldetes. Una figura femenina que viste el traje típico de la población y que lleva sobre su cabeza un cántaro de agua, tal y como se hacía antaño.

Esto nos da pie a mencionar otro período festivo en Fraga más allá de las Fiestas en honor de la Virgen del Pilar. Y es que más o menos a mediados de abril se celebra aquí el Día de la Faldeta, dedicado al traje regional. Una buena ocasión para visitar el lugar.

Sea ahora, en invierno o en primavera, otro de los sitios de visita obligada en Fraga es la iglesia de San Pedro. Un templo medieval pero transformado con el paso de los siglos con sucesivas obras y reformas. De manera que hoy en día es una amalgama de estilos y épocas con elementos que van desde el inicial estilo románico hasta el final del barroco, pasado por el arte gótico, el mudéjar y el renacentista.

Y para concluir la visita a Fraga, hay que salir de su casco urbano. No demasiado, cuatro o cinco kilómetros. El destino no es otro que el yacimiento de Villa Fortunatus, uno de los conjuntos arqueológicos de época romana más interesantes de la provincia de Huesca.

En un enclave rodeado de campos de cultivo y frutales, se excavó esta señorial villa y se descubrió un singular conjunto de mosaicos en los suelos de toda la residencia. Una delicada joya que casi milagrosamente había resistido el paso de los años, ya que el conjunto arqueológico se remonta hasta el siglo II. Si bien fue ocupada durante mucho tiempo, y los investigadores piensan que, en concreto, los mosaicos pudieron hacerse en el siglo IV.

En definitiva, la visita a Villa Fortunatus es un buen broche para esta escapada a la ciudad de Fraga, mencionada a veces de forma muy literaria como la Sultana del Cinca, vinculando así el río con su pasado musulmán en la Edad Media. Por cierto, si hacéis esta excursión no se os olvide comeros una coc de Fraga. Si os gusta el membrillo, os va a encantar este dulce típico.

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