Pilar Cebrián nos habla de la situación actual del conflicto entre Israel y Palestina y hace un repaso a toda su trayectoria como periodista de guerra
Irak, Siria, Turquía, Egipto, Israel, Cisjordania, Gaza… Son numerosos los países en los que se producen diferentes conflictos armados y el papel del periodista de guerra es fundamental para conocer la realidad sobre lo que está pasando. Un papel muy sacrificado y no siempre reconocido donde solo unos valientes deciden sumergirse. Si hablamos de valentía, hablamos de Pilar Cebrián, una periodista independiente de Zaragoza con experiencia en conflictos armados desde 2011.
Su línea de investigación se centra, como ella misma nos cuenta, en la radicalización yihadista y en las guerras de Oriente Medio. Un tema que le ha llevado a lanzar dos libros, El infiel que habita en mí y Refugiados. Además, colabora para diferentes medios de comunicación como Antena 3 o El Confidencial y ha recibido numerosos reconocimientos y premios. Hoy nos acercamos a Oriente Medio para ponernos en la piel de una de sus protagonistas.
P. ¿En qué momento surge tu pasión por el periodismo?
El periodismo era algo que había imaginado como profesión cuando era pequeña. Me acuerdo cuando mi abuela me preguntó sobre qué quería estudiar cuando tenía 9 o 10 años y le respondí: “Yo quiero ser corresponsal de guerra”. Fue entonces cuando me hice mayor y maduré la idea de la comunicación y el periodismo.
Creo que mi pasión por el periodismo, más que por ser periodista, surge con la invasión de Estados Unidos en Irak. Yo estaba en 2º de Bachillerato y fue un hecho histórico que me hizo seguir los informativos. Ahí me empezó a interesar el contar la realidad de una manera franca y honesta, destapando la verdad, sobre todo con el tema de las armas de destrucción masiva.
P. ¿Te imaginaste llegar hasta donde estás ahora?
En cuanto al lugar, siempre me lo imaginé. Siempre quise cubrir conflictos, llegar hasta una región compleja, diversa, exótica para nosotros y difícil de entender. Sí que me imaginaba en Oriente Medio cuando viajaba a estos países cuando era pequeña.
P. Has nacido y vivido en Zaragoza, pero actualmente vives en Estambul, ciudad a la que has definido como la ciudad de los contrastes, la ciudad que une Oriente y Occidente. En relación con este contraste de mundos, Zaragoza-Estambul, ¿qué te parece lo mejor de cada una de ellas?
De Zaragoza, sin duda, lo mejor es la gente. Creo que el carácter accesible, humilde y hospitalario de la gente de Zaragoza es irrepetible y muy difícil de encontrar. Lo que más me gusta de llegar a Zaragoza es esa franqueza y la facilidad con la que la gente habla de sus problemas. Además, es una ciudad con mucha historia, con mucha cultura…
Lo mejor de Estambul es su multiculturalidad; esos contrastes que son tan inspiradores. Es una ciudad antigua, pero moderna; es una ciudad cosmopolita, pero es una ciudad pueblerina; y es una ciudad secular, pero es una ciudad religiosa. Es un buen proyecto piloto de lo que para mí es el futuro. Yo me imagino el futuro así, como un mundo muy mezclado.
P. ¿Cuál es la situación más compleja a la que te has enfrentado en tu profesión?
Me he enfrentado a situaciones tristes, de mucha violencia, complejas profesionalmente… La más triste es cuando los militares dieron un golpe de Estado en Egipto y empezó a haber manifestaciones muy violentas contra las mujeres. De hecho, una turba de criminales violó a mi compañera de piso y eso nos marcó a todos los que estábamos haciendo periodismo allí.
Si digo una situación con mucha violencia, me quedo con la guerra sobre Gaza en 2014. Lo recuerdo como lo más bestia que he visto en mi vida. Son bombardeos constantes y ves morir a muchos niños y mujeres. Creo que el modo en el que Israel bombardea Gaza es un castigo colectivo, se mata a civiles de una forma premeditada. Son las peores noches que yo recuerdo de esta profesión. La situación más compleja a nivel profesional fue a la hora de escribir el libro porque llegar a todos esos prisioneros yihadistas era algo que requería muchísimo trabajo.
P. ¿Cuál ha sido tu mayor inspiración y tu mayor logro como periodista?
Mi mayor logro ha sido mi libro, El infiel que habita en mí, un trabajo en el que me dejé completamente la cabeza y al que le di mucho. En cuanto a mi mayor inspiración, he tenido muchas. Esos periodistas que cubrieron la invasión en Irak, como Olga Rodríguez, sí que trataron una temática que yo quería llegar a estudiar.
P. Eres periodista corresponsal en Oriente Medio desde 2011, especializada en la radicalización yihadista. ¿Cómo se está viviendo la actual situación entre Israel y Hammas desde este gremio?
El origen de Hammas es una lucha doméstica, no una lucha transnacional. Ellos no son yihadistas, ellos son un grupo nacional. Son un grupo de resistencia palestino que busca la liberación del pueblo de la ocupación israelí. Siempre he tenido la misma explicación y es que utilizan la religión como pretexto, pero esto convence y hace que incluso muchos menores se unan para lanzar estos atentados contra los israelíes.
También veo mucha radicalización en el lado israelí. Veo un gobierno que utiliza una retórica muy bélica y dura, que habla de arrasar la Franja de Gaza, de una guerra donde la única alternativa es la victoria. Este gobierno no apuesta por la negociación con Palestina y creo que también hay mucha radicalización. Además, las nuevas generaciones son mucho más radicales que las anteriores y muchos desean la desaparición del enemigo. Cuando nosotros vamos a hacer directos o entrevistas, los que se nos acercan con la pregunta de Israel o Palestina son jóvenes.
P. Tienes dos libros publicados, ¿tienes alguno otro en mente?
Siempre hay un libro en mente, lo que hace falta es tener el tiempo para estudiarlo. A mí me gusta hacer libros originales, estudios e investigaciones concretas para una publicación. Obviamente, mi tema es la radicalización yihadista, los grupos no estatales, los combatientes en escenarios religiosos y me gustaría llegar al quid de la cuestión de Hammas y que es lo que ha hecho que hayan lanzado el peor atentado que se recuerda en la historia de este conflicto.
P. En alguna entrevista te has referido a la familia como aquello de lo que salimos y a lo que volvemos. ¿Qué es lo que más valoras cuando vuelves a tus raíces?
Lo que más valoro cuando vuelvo a mis raíces es la pedazo de familia que tengo. Valoro tener una madre que siempre me apoya y que siempre me anima a que siga haciendo este trabajo, aunque implique una inseguridad para ella. Valoro tener una madre que conoce la región a la que me dedico, que conoce las temáticas sobre las que informo. Una hermana que me apoya, unos sobrinos que me ven en la televisión y me lo dicen, una prima que me quiere entrevistar en su revista digital… Una familia que está siempre para cuando yo vuelva.
P. Y en relación a estas raíces, ¿cuáles son para ti los rincones, restaurantes, tiendas… en los que tienes que pararte sí o sí cuando vuelves a casa?
En Zaragoza hay muy buenos fotoperiodistas, por lo que el Museo de Historia siempre tiene exposiciones muy buenas. Siempre ha habido mucha cultura inquieta, mucha cultura alternativa. Me gusta mucho también La Lata de Bombillas, con conciertos muy buenos de pequeños y nuevos grupos que no puedes encontrar en otros lugares como Madrid o Barcelona. El Casco también me sorprende siempre y el barrio de La Magdalena es mi lugar favorito, sin duda.
Imagen principal de Miguel Rodéllar
