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Recorremos el ayer y hoy de El Caracol

El paseo de la Independencia es el espacio comercial y de ocio por antonomasia de nuestra ciudad. Ya os hemos contado por aquí su historia y su importancia.

Texto e imagen: Armando Cerra

¿Quién no camina bajo sus soportales cualquier fin de semana o entra a las tiendas y negocios de la gran avenida del centro? Pero atención que no solo se trata de recorrer el paseo de arriba abajo, también hay que desviarse por sus calles adyacentes y por los pasajes que lo comunican con el callejero del entorno. Hay varios de estos pasajes. 

Está el de Palafox y al otro lado de la calzada el de Argensola. También en esa acera estaba el pasaje del Coliseo, pero ahora ese espacio lo ocupa una firma de moda de renombre internacional.  E incluso si entendemos la plaza de España como el principio del paseo de la Independencia, o el final porque depende de dónde vengamos, entonces también podemos mencionar el pasaje de Puerta Cinegia que comunica con el Tubo. No obstante hoy no nos vamos a detener en ninguno de esos espacios. Hoy nuestro protagonista es el Centro Comercial Independencia, o lo que es lo mismo, El Caracol.

De alguna forma el pasaje de El Caracol hay que considerarlo el antecedente a lo que luego han sido los grandes centros comerciales que se han abierto en los barrios y a las afueras. Pero una diferencia evidente es su ubicación. En el mismo corazón de la ciudad, ocupando los edificios número 24 y 26 del paseo de la Independencia y con entradas desde las calles Cádiz y Marcelino Isabal. Además era más un multicentro con locales (hasta 107) preparados para diversos tipos de negocios y de hostelería. Y también para cines tal y como suele ser habitual en los modernos centros comerciales. Y es que aquí se incluían los recordados Cines Aragón. De hecho en este solar siempre hubo cines, desde el cine Alhambra inaugurado en 1911 hasta otros cuyo nombre solo recordarán nuestros lectores más veteranos como el Cine Avenida o el Actualidades.

El caso es que El Caracol, cuyo nombre se debe evidentemente a su diseño en espiral, se inauguró en 1984. Por cierto merece la pena citar a los arquitectos que crearon un espacio que todavía  hoy resulta muy agradable. Fueron Joaquín Maggioni Casadevall, Eduardo Alonso Sola, Antonio Tirado y Emilio Molinero del Río. Se trata de una espiral de varias alturas y una parte baja más amplia perfecta para la celebración de diversos eventos. Además surgen varios brazos de comunicación con el exterior donde todavía hoy abren sus puertas alguna que otra tienda así como diversos bares y restaurantes.

Es decir que El Caracol nació como espacio comercial privilegiado, pero con varios detalles que lo hacen diferente. Por ejemplo, la cabina de radio que hay en su parte alta, la cual todavía sigue en marcha y que en otro tiempo acogió las entrevistas de interesantes personalidades. Además, al estar en el centro de la ciudad se podía permitir el lujo de ser el centro comercial más trasnochador de la ciudad. Tanto que hasta hace poco permaneció abierto un pub con mucha solera, parada y fonda para los noctámbulos más empedernidos. ¡Seguro que más de uno habéis terminado acodados en la barra de El Zorro alguna que otra juerga!

Y hablando de cierres de negocios emblemáticos del Centro Comercial Independencia. ¿Quién no se ha pillado un cucurucho en los Helados Italianos de la entrada? Un clásico. Pues bien, recientemente también ha echado la persiana.

La verdad es que en la actualidad no están abiertos todos sus locales, aunque sí un porcentaje respetable. Además se trata de una oferta diferenciada y con su propia personalidad. Es algo que lo diferencia de los centros comerciales al uso. No busquéis aquí las marcas omnipresentes en cualquier ciudad. Nada de eso. Aquí tenéis negocios más pequeños, pero con su encanto y con gran variedad. Desde tiendas de ropa para todo tipo de gustos hasta locales de belleza, estilismo y también salud. Por no mencionar algún que otro nombre destacable, como Discos Linacero o Cómics el Coleccionista.

Es decir, que El Caracol se mantiene vivo. Camina lento como buen caracol pero sigue a lo suyo. Empezó a luchar con las grandes superficies comerciales ya poco después de su apertura, porque no tardaron en llegar el Gran Casa en el Actur o el Centro Comercial Augusta (El Continente) de la avenida Navarra. Sin embargo, ha resistido y tiene una oferta propia y alternativa a lo más común. O sea que merece la pena desviarse de nuestros paseos por Independencia para subir o bajar por esas rampas, y de paso echarle un ojo a sus escaparates.