En la España de los años 50, un conjunto de jóvenes gobernantes con amplia preparación y capacidad de gestión, tomó el relevo de la vieja política. Se les apelaría como ‘tecnócratas’, ya que propusieron una sucesión de medidas que darían lugar a un despegue económico en el país, conocido como el ‘desarrollismo’. Con ello, llegó el turismo y la inversión extranjera, lo que transformó al país hacia lo industrial y urbano.
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En este proceso de inversión industrial, el éxodo rural provocó un exceso de población en las ciudades. La falta de vivienda, así como de servicios e infraestructuras, provocó que el Estado tomara una política de construcción acelerada que se acercó más bien poco a cualquier ordenación racional. El ‘desarrollismo’ afectó fuertemente a las grandes ciudades españolas, hasta el punto de crear un ‘nuevo paisaje urbano’ en sus periferias.
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En junio de 1970 se creó una de las últimas estrategias urbanas sobre Actuaciones Urbanísticas Urgentes (ACTUR). La inspiración que dio lugar a estos planeamientos se encontraba en los modelos europeos de la época, como las ‘new towns’ británicas o las ‘villes nouvelles’ parisinas.
Algunas de las características principales en cuanto a la ordenación de las ‘nuevas ciudades’ fueron: zonificación de usos, jerarquía viaria, alta densidad edificatoria y diseño de espacios libres como un conjunto indefinido.
De las diversas propuestas que se accionaron, acabarían siendo las más emblemáticas ‘Tres Cantos’ en Madrid, que más tarde se emanciparía en una nueva ciudad, y el nuevo barrio de Zaragoza ‘el Actur’.
PUENTE DE SANTIAGO, EL ACTUR ZARAGOZANO
Desde la colonia romana de Cesaraugusta, la población zaragozana se ha ubicado en la margen derecha del Ebro. La gran dificultad que ocasionaba cruzar el caudaloso río propició que la ciudad creciera hacia el sur, olvidándose casi por completo de la margen izquierda.
Hasta el siglo XX, la zona norte fue lugar para tierras de cultivo. El primer asentamiento en el sector (el Arrabal, mayoritariamente agrícola) se produjo en el siglo XV, y fue causado por la construcción del Puente de Piedra. A finales del siglo XIX con el levantamiento del Puente de Hierro, el Arrabal fue creciendo por su zona oriental, creando el Barrio Jesús, Barrio de la Jota, etc.
A partir de 1970, el margen izquierda del Ebro alcanzó su consolidación urbana actual. El Decreto Ley de 1970 señala a Zaragoza como una de las ciudades objetivo para el programa ACTUR y planteó una zona de intervención con una superficie de 665,84 hectáreas para una población de 100.000 habitantes y otras 22 áreas de intención y planes parciales que supusieron el desarrollo de intervenciones como el Campus Rio Ebro de la Universidad de Zaragoza y la urbanización residencial Parque Goya.
El esquema se fundamentó en torno a una arteria central compleja, apoyándose en dos grandes vías, Gertrudis Gómez de Avellaneda y María Zambrano, que limitan una prolongada pastilla longitudinal con numerosos equipamientos en ella (Gran Casa).
Este gran elemento es cruzado a su vez por otras importantes calles transversales que realizan la conexión entre distritos. Un tercer nivel de vías se propone en las unidades de barrio, que quedan adosadas al eje principal. En cuanto a la escala vivienda, se establece un predominio de los flujos peatonales sobre los rodados, que se acompañan por una significativa presencia de ajardinamiento y arbolado.
El comienzo de la ACTUR zaragozana fue complejo. El barrio nació con muchas dificultades, tanto económicas como críticas. Muchos de los terrenos que iban a ser utilzados estaban siendo explotados por agricultores zaragozanos, la comunicación con el resto de la ciudad era insuficiente y la indomabilidad del Ebro y el ‘cierzo’ provocaron que la idea del nuevo barrio fuera antipopular.
El proyecto provocó un desapego generalizado, hasta el punto de que su nombre inicial ‘Puente de Santiago’ no fue utilizado. En su lugar, se conoció el lugar como ‘Actur’, buena muestra de la antipatía ciudadana con el proyecto.
Nada tiene que ver la opinión inicial de la ordenación con la buena aceptación que se tiene actualmente. Algunos de los factores que ayudaron a la superación de obstáculos iniciales se basaron en la realización de la urbanización Parque Goya con 5.000 viviendas de Protección Oficial y la construcción del Campus rio Ebro quedando, de esta manera, el área del ACTUR rematada.
Otro factor que jugó un importante papel en la mejora de la imagen del barrio fue la construcción de las nuevas infraestructuras como: el Puente de la Almozara, el Puente del Tercer Milenio, el Parque Metropolitano del Agua o la llegada del tranvía. Hoy en día el ACTUR cuenta con un nuevo nombre: ‘Actur-Rey Fernando’, se considera un barrio totalmente integrado en la ciudad y el precio metro cuadrado de su vivienda se encuentra entre los más cotizados de Zaragoza.
Gracías al ACTUR, Zaragoza dispone de dos márgenes plenamente consolidados girando entorno al origen de su creación, el rio Ebro.
Autor: Alejandro Lezcano (CRONOTOPOS ARQUITECTURA)
Colaborador : Alba Aparicio (CRONOTOPOS ARQUITECTURA)
Foto principal: Gran Archivo Zaragoza Antigua
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