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Un paseo por la historia de la renovada calle San Miguel

La calle San Miguel, un espacio emblemático del centro de Zaragoza, cuenta con edificios y negocios que huelen a historia

Zapaterías, tiendas de belleza, boutiques de moda, librerías, tiendas, bares… Esta calle es una de las más dinámicas de Zaragoza

Texto de Armando Cerra 

Hace unas pocas semanas nos hacíamos eco del fin de las obras en la calle San Miguel y, por lo tanto, la recuperación de este espacio emblemático del centro de Zaragoza. Ahora que ya han pasado unos cuantos días, hemos decidido darnos un tranquilo paseo por esta calle para descubrir su pasado y su presente. 

Así que empezamos a caminar desde el Paseo de la Independencia y pronto nos encontramos con dos lugares interesantes. Uno a cada lado de la calle, y ambos muy cambiados respecto a sus orígenes. Nos referimos al Palacio de la Luz a un lado y a los antiguos cines Goya al otro.

El Palacio de la Luz es una mole de vidrio y hormigón que fue la sede durante mucho tiempo de la compañía ERZ. Una construcción muy innovadora en su momento y que ahora ha entrado en otra fase de explotación con una profunda reconversión. Seguro que todo eso ya lo sabías, pero os vamos a dar un dato que alguno quizás no conocéis. Antes de todo eso, en este mismo solar estaba el Teatro Goya

Esta es una muestra de que la calle San Miguel siempre ha sido un foco de animación y cultura. Por eso, no hay que extrañarse de que justo enfrente del viejo teatro se construyeran en 1932 los Cines Goya, en un momento en el que el art-decó triunfaba en la arquitectura de la ciudad y las salas de cine eran lugares ocio imprescindibles para los ciudadanos.

Somos muchos los que hemos ido a ver pelis a los Cines Goya, pero cerraron hace un tiempo como ha ocurrido con otras salas de proyección zaragozanas. Concretamente en 2005. Por fortuna, todavía se mantiene la fachada de aquellos cines, aunque el interior se ha transformado completamente para acoger desde varios restaurantes hasta una dinámica academia de inglés.

Seguimos nuestro paseo para alcanzar el cruce de San Miguel con la calle Jerónimo Blancas. Aquí hay dos lugares llamativos. Uno de ellos haciendo chaflán. Es Casa Redondo. A muchos os sonará ya que se trata de un negocio centenario. De hecho acaba de superar el siglo de vida, ya que se abrió como fábrica de paraguas en 1922 y, a partir de ahí, varias generaciones de la familia han mantenido y evolucionado el establecimiento. Hoy ofrecen un amplio abanico de productos, incluidos los bolsos, complementos y joyas con su propia firma: Falenas.

Y al otro lado, en la acera de los pares vemos varios establecimientos comerciales como el Palacio del Baño y también la entrada al Mercado de San Miguel. Un mercado de los de toda la vida que siempre es de agradecer en estos tiempos de multinacionales e hipers. Pues bien, en esta parte de la calle San Miguel también hubo un teatro desde finales del siglo XIX hasta 1962. Era el Teatro Circo en cuyo escenario cantó Miguel Fleta o la Piquer. Ya no queda ni rastro de él, salvo el homenaje que le hace el vecino bar El Circo, ¡sí, el de las tortillas de patata!

Pero volvamos a la calle San Miguel para recomendaros otro establecimiento carismático. La Chocolatería San Miguel. Perfecta para desayunar o merendar unos churros, obviamente con chocolate, aunque si sois de café tampoco hay problema. No obstante, si es un poco más tarde y os apetece algo salado, en esta misma acera tenéis Linacero Rock & Burger.

Ya os hemos contado que las nuevas formas de ocio y cultura se llevaron por delante los Cines Goya y llegaron nuevos usos al edificio. Pues lo mismo puede decirse de Linacero, la mítica tienda de discos y de entradas para conciertos de San Miguel, ¿la recordáis? Por fortuna su espíritu musical se mantiene hoy en un local reconvertido en hamburguesería muy rockera.

Y hablando de propuestas culinarias, aquí va una de las más singulares de Zaragoza. Nos referimos a La Zarola. La máxima expresión de que aprender ha de ser divertido. Y en esta escuela de cocina lo cumplen a rajatabla programando actividades de lo más sabrosas. Perfectas para hacer en grupo y de paso viajar con el paladar mediante recetas con ingredientes venidos desde cualquier rincón del mundo.

Una vez que hemos llegado a esta altura de la calle San Miguel queda claro que se trata de una de las vías más dinámicas y entretenidas de Zaragoza, tanto por sus establecimientos hosteleros como su variedad de comercios. Tenéis zapaterías, tiendas de belleza, boutiques de moda o de indumentaria tradicional, librerías, etc. Y la oferta sigue en el último tramo de la calle con más tiendas y también más lugares donde tomar algo durante todo el día. Por ejemplo, a primera hora id al Café San Miguel y para trasnochar acercaros a tomar un cóctel (o más) al Bloody.

En definitiva que es una de las calles más interesantes de Zaragoza, pese a ser relativamente corta, ya que va desde el Paseo Independencia hasta la iglesia de San Miguel y la plaza homónima. De este otro rincón os hablaremos más adelante ya que tiene mucho que contar: la Campana de los Perdidos, una casa de Goya, la Puerta del Duque de la Victoria, la propia iglesia de San Miguel de los Navarros… 

Pero eso será otro día, hoy terminamos el recorrido por la calle San Miguel descubriendo que hay otra iglesia antes de llegar a la citada plaza. ¿Cuál? La de Santa Catalina. Aunque no la podréis visitar al ser parte de un convento de monjas de clausura. Posiblemente el monasterio femenino más antiguo de Zaragoza

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