A los aragoneses nos parece algo normal y cotidiano un espacio como el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, pero sin duda es algo totalmente extraordinario
Artículo: Armando Cerra – Imágenes: Turismo de Aragón
Solo con estos datos queda acreditada su dimensión. Por ejemplo fue el segundo parque nacional que se fundó en España. Y además la UNESCO lo declaró Patrimonio Mundial. Por eso no deja de recibir visitas durante todo el año, en especial en los periodos de vacaciones, cuando llega a acotarse la entrada de excursionistas.
Así que no nos puede extrañar que los lectores de Viajes National Geographic hayan premiado al Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido como el mejor destino natural de España. Un galardón más que merecido y con el que estaréis de acuerdo todos los que conocéis sus maravillosos parajes.
Pero aunque hayáis visitado en alguna ocasión esta zona de la comarca del Sobrarbe, siempre es bueno regresar. Sus encantos son prácticamente inabarcables. Para empezar porque pese a su nombre, el parque nacional alberga no solo el valle de Ordesa y el Monte Perdido, uno de los tresmiles aragoneses de la cordillera pirenaica y también el macizo calcáreo más alto de todo el continente europeo. Además de eso, como dentro del área protegida también se hallan otros enclaves increíbles como el Cañón de Añisclo, las Gargantas de Escuaín y el valle de Pineta.
Entre todos estos lugares la oferta de paisajes es única y de lo más variada. Es muy difícil, se podría decir que imposible, que no haya una excursión que deje de fascinar a cualquier amante de la montaña. La belleza de sus senderos es alucinante, la ascensión hasta el Monte Perdido es un rito que todo montañero debe lograr, así como fotografiar las cascadas y bosques del Parque Nacional con toda su riqueza de flora y fauna es un placer para cualquier aficionado a la naturaleza.
Aquí van algunos de sus lugares más espectaculares y que pueden visitarse a lo largo del año. Quizás lo que más suene sea la excursión senderista hasta la espectacular Cola de Caballo desde la Pradera de Ordesa. Pero hay otros muchos sitios dignos de una escapada. Por ejemplo para llegar al Tozal del Mallo, las Gradas de Soaso o el Circo de Cotatuero. E incluso con un espíritu inclusivo se ha adaptado un pequeño recorrido a la entrada del valle de Ordesa para que lo disfruten personas con problemas de movilidad y de visión.
Luego hay rutas realmente espectaculares como las que siguen por sus vertiginosas fajas, o sea, una especie de balcones con vistas privilegiadas sobre el valle. Está la Faja de las Flores, la de Pelay, la Luenga o la de Pardina en Añisclo. O también se puede ascender al histórico Refugio de Goriz, que es el campamento base que usan los alpinistas que quieren ascender hasta la cima del Monte Perdido a 3.355 metros de altura.
No es esta la única cumbre de interés dentro del parque. De hecho, el Monte Perdido forma parte de una de peculiar triada de cimas llamadas las Tres Sorores donde se integra esta montaña con el Cilindro de Marboré y el Soum de Ramond, todas ellas por encima de los 3.000 metros y haciendo de frontera con Francia. Por cierto este límite entre países tiene uno de sus puntos más espectaculares en la legendaria Brecha de Rolando, también ubicada dentro del Parque Nacional de Ordesa y que se cuenta que la abrió Rolando, sobrino de Carlomagno, con un golpe furioso de su espada.
Para alcanzar estas alturas hay que estar preparado físicamente y también es necesario contar con el equipo oportuno de calzado, ropa y complementos para acometer estos retos con seguridad. A la montaña siempre hay que respetarla y saber que no es nuestro medio habitual. Por lo tanto hay que ser prudentes. Por ejemplo, consultar siempre la meteo antes de emprender una excursión e ir preparado para posibles problemas, con el móvil cargado, agua, comida que dé energía y abrigo o chubasquero ya que el clima en alta montaña siempre tiene algo de impredecible.
En realidad estas pautas son necesarias para hacer altos picos y también para excursiones más accesibles. Por ejemplo, cuando se opta por dar un paseo por el Cañón de Anisclo esculpido por el río Bellós y donde nos esperan rincones tan singulares como un puente medieval, la ermita de San Urbez o el Molino de Aso. O cuando nos adentramos por el circo glaciar del valle de Pineta, uno de los paisajes más sugerentes de toda la cordillera y que incluso podéis disfrutar alojados en uno de los paradores más altos de España: el Parador de Bielsa. Por no hablar de la excursión a la singulares Gargantas de Escuaín a las que podéis llegar si comenzáis la ruta desde el pueblo del mismo nombre.
En definitiva, que hay muchísimo que ver, oler, caminar, experimentar y fotografiar en el portentoso Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, pero hacedlo con seguridad para evitar disgustos.
También te puede interesar: