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¿Sabías que también se celebran las Fallas en el Pirineo?

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Aunque pienses que solo se hacen en Valencia, las Fallas también se celebran en el Pirineo aragonés, pero en una época diferente

Con motivo de la festividad de San Juan, la noche del 23 al 24 de junio se celebra con diferentes actos en las localidades del Pirineo

Texto de Armando Cerra – Imágenes de Huesca La Magia

Tal vez pienses que las Fallas solo es una cosa de nuestros vecinos valencianos y que tienen su punto álgido para estas fechas de marzo. Pues bien, lo cierto es que en Aragón también hay una celebración fallera de origen ancestral. Son las Fallas que se celebran en algunas zonas del Pirineo. Son bien distintas a las homónimas fiestas de Valencia y para empezar se celebran en otro momento del año. No tiene lugar para el 19 de marzo, día de San José y sí para la festividad de San Juan. Es decir, para la noche del 23 al 24 de junio.

¿Quieres saber más de las Fallas del Pirineo? Sigue leyendo y, por ejemplo, vas a descubrir que estos festejos, al igual que las Fallas de Valencia, también están declarados por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

Y atención, se trata de un tipo de fiestas que no solo se celebran en las montañas de Aragón. Lo cierto es que las Fallas del Pirineo tienen lugar en algunas localidades de Huesca, pero también en poblaciones de Cataluña, de Andorra y del sur de Francia. En total se suman hasta 60 poblaciones pirenaicas. O sea, que se trata de un fenómeno cultural de auténtico rango internacional.

En todas esas localidades se celebra la Noche de San Juan, o lo que es lo mismo, el solsticio de verano por todo lo alto, y usando el fuego como elemento clave de la fiesta. No obstante, en cada sitio se vive la fiesta de un modo diferente y hay tradiciones que hacen que cada lugar ofrezca unas Fallas distintas y de personalidad propia. Pero en ningún caso faltan las antorchas, cuya denominación tradicional es precisamente “falla”.

Como sería muy largo contar cómo se celebra en esos 60 sitios del Pirineo, nos vamos a centrar en nuestras montañas. Es decir, en las localidades de las comarcas de Sobrarbe y de Ribagorza donde se mantiene viva esta tradición ancestral.

Comencemos por el único lugar sobrarbés que guarda esta costumbre. Ese lugar no podía ser otro que San Juan de Plan, localidad del valle de Gistaín que, debido a décadas de cierto aislamiento, ha sabido conservar como pocas su patrimonio etnográfico y cultural. Por eso, cada 23 de junio conforme avanza la tarde, la población se va reuniendo en un punto alto del entorno llamado “planeta de la Falla”. Ahí se enciende una hoguera y todo el mundo cena.

Pero cuando ya es noche cerrada, entonces la gente prende sus antorchas y va descendiendo con ellas hacia el pueblo. Aunque ahora llega lo mejor de la fiesta. Es la conocida “corrida de la Falleta” y se trata de una carrera que hacen los jóvenes desde el río hasta la plaza principal. Eso sí, gana el que llega el primero con su antorcha encendida, la cual será la primera que encienda una hoguera ahí. Lugar donde continúa la fiesta vecinal.

Mientras que en la comarca de la Ribagorza también hay diversas poblaciones que celebran sus Fallas. Una de ellas es Sahún. En la plaza de esta localidad junto al río Ésera se enciende una gran hoguera y ahí cada cual prende su propia antorcha. Con ella en la mano, los grupos recorren el pueblo hasta alcanzar la zona del Barranco donde los más atrevidos comienzan a hacer singulares malabarismos con sus teas, agitándolas con fuerza y ritmo, para simular una especie de danza de luz en el ambiente nocturno.

Otro pueblo ribagorzano que guarda sus Fallas es Bonansa, cuya población se desplaza esa noche a la ermita de San Aventin. Ahí se cena junto a la hoguera y de nuevo los participantes encienden sus antorchas para emprender el camino juntos hasta el núcleo urbano, donde activan el fuego de otra hoguera, en torno a la cual se baila hasta que sólo quedan las brasas ardientes  y algún valiente comienza a saltar sobre los rescoldos del fuego.

También en Castanesa, Montanuy y Aneto se celebran las Fallas con un guion muy parecido. Es decir, hacer una hoguera en punto alejado del pueblo que se llama faro. Y desde ahí tienen que emprender juntos el camino de vuelta, formando una singular serpiente de fuego que alcanza el centro de las poblaciones, donde una nueva pira centra la fiesta durante la noche.

Hay más lugares de Ribargorza que viven con júbilo sus propias Fallas. Por ejemplo en Laspaúles, Suils o Villarrué, todas ellas pertenecientes a un mismo municipio, pero cada una independiente para encender su hoguera que dé comienzo a una noche mágica entre montañas. ¿Conocías estas fiestas de las Fallas del Pirineo? Ahora ya no tienes excusa para vivirlas en primera persona.

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