Cristina Aranda participará en el Vermú de Redacción de Club Cámara del próximo 19 de abril a las 13:00 horas
Nacida en Madrid, pero con su corazón en Huesca, ciudad donde se crió, Cristina Aranda es una conferenciante destacada en el mundo de la tecnología y la innovación. Cofundadora de la consultora Big Onion y de la asociación MujeresTech, el próximo 19 de abril participará en el Vermú de Redacción de Club Cámara. Por ello, no hemos perdido la oportunidad para charlar con Cristina Aranda sobre su trayectoria profesional, sus retos o sus referentes.
P. Doctora en Lingüística teórica y aplicada a la vez que cofundadora de una empresa especializada en IA. ¿En qué momento se entrelazan estos dos mundos tan distantes aparentemente?
Siempre me ha apasionado el lenguaje, las cosas que podemos hacer con él. De ahí que hiciera un doctorado sobre cómo los hablantes creamos e interpretamos nombres de marca. Es la disciplina del Marketing que se conoce como Naming. Una vez terminada mi tesis, en una época de mi vida que estaba en paro, hice un curso de posicionamiento SEO. Allí hice el match entre mi conocimiento y las oportunidades que me brindaba el sector digital. Hasta entonces no me había dado cuenta de que cuando buscamos cosas a través de internet, lo hacemos a través de palabras.
Así que decidí hacer un Máster en Internet Business en el ISDI… A partir de ahí fui asumiendo puestos en empresas de software, IA y automatización inteligente de procesos, hasta hoy que tengo mi propia empresa, Big Onion.
P. Cualquiera que decida ojear tu trayectoria puede ver que has trabajado en ámbitos y empresas muy distintas. ¿Cómo describirías tu trayectoria profesional desde tus inicios hasta ahora?
Una vez escuché a Muñoz Molina decir que “los obstáculos del camino terminan haciendo tu propio camino”. Yo quería ser actriz, fui profesora de tenis, redactora creativa, profesora de secundaria… y, de repente, encontré un destino apasionante. Siempre he sido muy curiosa, me gusta responder a las preguntas aunque no tengan relación con mi campo del saber, como todo lo relacionado con la inteligencia artificial, que he estudiado de forma autodidacta.
Como dijo Steve Jobs, en su discurso “connecting the dots” (‘conectando los puntos’) . Tú vas haciendo cosas distintas en tu vida aparentemente inconexas y de repente se conectan. ¿Por qué trabajo en este ámbito? Porque me he ido formando en ir uniendo estos puntos y una cosa me ha llevado a otra, y de la otra, la siguiente, siempre teniendo en mente mis puntos fuertes para ir adaptándome.
P. Como cofundadora de varias iniciativas, ¿qué desafíos has enfrentado en el ámbito empresarial y cómo los has superado?
El primero, las personas. El equipo, tus compañeros/as de viaje son clave. Es como una pareja, antes de comprometerte debes conocer muy bien con quién te unes y definir muy bien cómo gestionar los malos momentos. Por otro lado, el conocimiento financiero. Cuando comienzas, te piensas que no hay que pagar tanto, puedes tener una buena idea. Al final tienes que ponerte “con papel y boli” a echar cuentas y ser muy cauta con los ingresos por los posibles gastos.
Y en relación con los ingresos, otro reto es conseguir clientes. Cuando lancé mi primera empresa, Ling2Business, no contaba ni con equipo ni con los contactos que tengo hoy. Estos contactos son claves bien para ayudarte a tomar mejores decisiones o bien para prescribir tu trabajo. Cuando tienes un negocio, la confianza y la honestidad son claves, en especial, si tu modelo es business to business.
P. Hablando de la importancia de saber rodearse, ¿cuáles han sido tus mayores referencias?
En primer lugar, mis padres. Para mí son claves. En particular, mi madre, que, en concreto, venía de estudiar la carrera de Historia del Arte y con 4 hijos se puso a estudiar de nuevo Audioprotesismo, montar su negocio y venderlo. ¡Ha sido una inspiración total para mí!
Por otro lado, cuando estuve en paro, escuché una charla de Pilar Manchón, actual directora de Ingeniería y estrategia de Investigación en IA en Google. Al escuchar su trayectoria tanto académica, filóloga y doctora en lingüística computacional, como profesional, me despertó total interés a la vez que me inspiró a dedicarme a la tecnología de lleno. Del mismo modo me inspiró y me inspira Nuria Oliver, ingeniera y referente mundial de IA, ambas son brillantes en lo personal y lo profesional.
P. Has sido ponente en diversos eventos sobre IA, diversidad y tecnología. ¿Cuál es el mensaje principal que intentas transmitir en tus charlas y conferencias?
A mí siempre me ha gustado y he sabido comunicar. Tengo la gran fortuna de haber nacido y me han educado con esas habilidades sociales y comunicativas. Cuando empecé con Mujeres Tech, comenzaron a invitarme a dar charlas. A partir de ahí y, más adelante, ya cuando empecé a trabajar en una empresa de Soft IA, tecnología, Identidad Sexual, emprendimiento…
Los mensajes que siempre intento transmitir es que la tecnología es un medio, una herramienta, y lo importante siempre somos las personas. Esta parte de interacción social y emocional no la tienen las máquinas y es fundamental para crear equipos, motivarles a trabajar en mismo propósito. Las personas tenemos siempre un talento por explotar, de ahí que sea tan importante formarnos y autoevaluarnos para identificar nuestro puntos fuertes y débiles para potenciar los primeros y mejorar los segundos. Estamos en constante crecimiento.
P. En línea con la pregunta anterior, sueles exponer la importancia de la tecnología y planteas algunos de los grandes retos actuales en estos términos. ¿Cuál sería el mayor reto actual para Cristina Aranda?
El principal reto es hacer sostenible mi negocio, asegurar la entrada de ingresos como autónoma y empresaria. Otro reto es el de estar en continua formación, aprendiendo cada día, todo un reto cognitivo. Y respecto a lo personal, saber llevar todo lo que me rodea y estar siempre a la altura de lo humano y mundano.
P. ¿Cuáles son tus aspiraciones y objetivos a futuro tanto a nivel profesional como personal?
Una de mis aspiraciones sería la de colaborar en proyectos público-privados de gran envergadura social aplicando la tecnología, en especial, la inteligencia artificial. Además, entre mis objetivos actuales estaría el de crear una startup que tengo en mente. Por aspirar a lo grande aspiro a estar a los 55 años forrada y aburrida en un yate en alta mar tomando una piña colada, eso sería perfecto (risas).
P. ¿Hacia dónde cree Cristina Aranda que se dirige el mundo en términos de tecnología y su impacto en la sociedad?
Se dirige a que tiene que haber una mayor regulación para todos los ámbitos. La IA ya está impactando en toda nuestra vida y muchas empresas no están preparadas para todo lo que viene. Por eso hay que regularla. A medio-corto plazo aventuro una automatización en muchos procesos empresariales, por lo que habrá que ayudar a quien se quede fuera a formarse para trabajar con la IA o desarrollar esas habilidades sociales que nos diferencian de la máquina para liderar equipos, definir estrategias, aplicar la creatividad…
Esta nueva realidad que estamos viviendo afecta a muchos debates intermedios que apelan a la ética aplicada a la tecnología (jornadas laboral, educativo, forma de relacionarnos, qué conciencia vamos a replicar en la máquina…), que son muy interesantes, ya que llaman a la reflexión social y las cuales tendremos que ir resolviendo.
P. Al final, de forma indirecta, parte de tu trabajo consiste en una labor educativa. ¿Qué último mensaje te gustaría lanzarle a la sociedad joven? ¿Por qué deberían interesarse por este sector? ¿Cómo les afecta?
Les diría que necesitamos su increíble talento. Son ellos los que conocen la tecnología desde siempre. Yo, por ejemplo, he estado un tercio de mi vida sin internet. Necesitamos personas jóvenes que nos ayuden a transformar el nuevo mundo.
Nuria Salán, presidenta de la asociación catalana de tecnología, siempre dice que “la ciencia (inclusive las sociales) me permite conocer el mundo, pero la tecnología me permite transformarlo”. Hay muchas ideas de gran originalidad que tienen los jóvenes, de ahí que les necesitemos para mejorar el mundo. Lo importante es encaminarse a lo que te apasiona, te vendan o no que no tiene salidas, utilizando la tecnología como compañera de viaje y crear el mayor impacto posible.
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