Carlos Alocén hace un repaso a su trayectoria en el mundo del baloncesto, su fichaje por el Real Madrid y su vinculación con Zaragoza
El deporte aragonés se ha puesto de moda en los últimos años. Así lo demuestran los logros obtenidos por equipos zaragozanos como el Casademont Zaragoza y por diferentes deportistas. Sin duda, cuando pensamos en el baloncesto zaragozano, uno de los nombres que nos viene a la cabeza es el de Carlos Alocén, una de las grandes perlas de la cantera del Casademont Zaragoza y que actualmente milita en el Real Madrid.
El jugador de baloncesto zaragozano disfrutó de un temprano debut en ACB, con menos de 16 años, de su debut con la selección española a los 18 años y su fichaje por uno de los mejores equipos de Europa, el Real Madrid. Pero su camino no ha sido para nada sencillo tras sufrir una de las peores lesiones para un deportista, la rotura del ligamento cruzado anterior. Por ello, hemos charlado con Carlos Alocén para hacer un repaso a su trayectoria y su vinculación con Zaragoza.
P. ¿Quién es Carlos Alocén? ¿Cómo te definirías más allá de lo profesional?
Me considero un chico bastante cercano, tranquilo. Me gusta mucho pasar tiempo con mi familia y disfruto haciendo cosas sencillas; rodearme de los de los míos, sobre todo de mis amigos y de mi familia.
P. Zaragoza ha sido la ciudad que te vio crecer y en la que diste tus primeros pasos dentro del mundo del baloncesto. ¿Qué ha supuesto Zaragoza en tu vida?
Para mí, Zaragoza, tanto en el ámbito deportivo como en el personal, siempre ha sido y es una ciudad muy importante. Es casa y, en el deportivo, tuve la suerte de poder crecer desde los 11 años que llegue a la cantera, al preinfantil, hasta los 19, disputando dos temporadas con el primer equipo. Eso es algo muy especial, sobre todo para un niño que ha crecido en la cantera, que ha sido aficionado del equipo y que ha visto tantos partidos en el Príncipe Felipe. Siempre que recuerdo mi paso por el club, por las categorías inferiores y por el primer equipo, me salen recuerdos muy bonitos y guardo compañeros que se han convertido en mis amigos con el paso del tiempo.
P. Lejos de querer pecar de obvios, cuéntanos cuáles fueron tus aspiraciones, tus sueños y referentes desde que eras pequeño. ¿Qué veías cuando mirabas hacia arriba de pequeño?
Desde muy pequeño los primeros recuerdos que tengo de este deporte son viendo baloncesto en el Príncipe Felipe. Tengo en la memoria muy presente cuando el equipo logró el último ascenso a la ACB y, a partir de ahí, me fui enganchando al baloncesto. Ya lo practicaba en mi colegio y poco a poco me fui enganchado todavía más y disfrutando mucho esos momentos en el pabellón, de ver los partidos in situ, de disfrutar de ese ambiente.
De esos equipos que vas viendo, van saliendo referentes, personas que juegan en tu en tu misma posición y en las que te fijas, lo que también me fue ayudando para seguir creciendo en el baloncesto. Y además de ver al Zaragoza en el pabellón, disfrutaba también mucho también viendo al Real Madrid. Mi padre es muy madridista y siempre que teníamos la oportunidad no nos perdíamos ninguno de sus partidos.
P. Fuiste uno de los jugadores más jovenes en debutar en la Liga Endesa con menos de 16 años, con 19 años fuiste convocado para jugar con la selección española absoluta y ahora, con 23 sigues, nos representas en la selección y formas parte de uno de los mejores equipos de España y de Europa. ¿Cómo se digieren todos estos éxitos tan prematuros?
He tenido la suerte de debutar muy pronto en ACB y con la selección española. Han sido oportunidades que he tenido la suerte de disfrutar gracias a mi trabajo y a la confianza de la gente que me ha rodeado y que ha apostado por mí. He tratado de disfrutar de cada uno de esos bonitos momentos, de compartirlos con los míos y de seguir trabajando tras conseguirlo, sabiendo que el trabajo duro tiene su recompensa.
P. Al final, todos los éxitos anteriores son fruto de mucho esfuerzo, aunque en todo logro existe una “cara B” que el mundo no ve. ¿Cuáles han sido las “caras B” en el recorrido profesional de Carlos Alocén?
En mi opinión, en el deporte, las cosas positivas pesan más que las negativas. Hay que disfrutar de todas las cosas buenas que te pasan y de las negativas hay que aprender. En mi caso, lo peor que me ha pasado fue la lesión de rodilla, que me tuvo dos años sin poder jugar. Son cosas que no podemos controlar, que te pasan y de las que tienes que aprender otras cosas. Ahora disfruto del día a día, incluso más que antes, y volver a jugar con el Real Madrid después de tanto tiempo ha sido una alegría enorme para mí.
P. Como has dicho en alguna declaración, esa lesión “te ha hecho diferente tanto a nivel profesional como personal”. ¿Cómo la viviste y cuáles fueron las mayores enseñanzas que te llevaste?
La lesión fue un palo duro, un tiempo en el que piensas mucho las cosas y le das vueltas a la cabeza. Fueron casi dos años sin jugar al baloncesto, en los que pasas por baches, por buenos y malos momentos… Aprendía muchas cosas y tuve la suerte de estar rodeado de los míos, de grandes compañeros y de grandes profesionales. Todos ellos, club, familia y amigos, me apoyaron muchísimo y los sentí muy cerca, y eso fue muy importante en los malos momentos. Ahora estoy súper contento de estar de vuelta.
P. ¿Cómo estás ahora? ¿Cuáles son tus mayores motivaciones actualmente? ¿Algún reto que quieras conseguir?
Para mí, un reto personal esta temporada era encontrarme bien y volver a jugar al baloncesto después de la lesión. Lo he conseguido y ahora en mi cabeza está el asentarme otra vez en el equipo. El Real Madrid siempre ha sido mi sueño y es por lo que sigo trabajando día a día.
P. En tus redes sociales y en diferentes declaraciones siempre transmites lo importante que es tu circulo familiar y de amistades. ¿Cómo te apoyas en ellos?
Siempre digo que para mí, mi familia y mis amigos, mi círculo cercano de toda la vida, es muy importante y me ha apoyado siempre en todo lo que tiene que ver con el baloncesto y con lo que está fuera de él. Siempre me he visto reflejado en la figura de mi padre, en su carrera, ya que fue jugador profesional de baloncesto, y él tenía un apoyo incondicional de la familia. A mí me han dejado divertirme y tomar siempre mis propias decisiones.
Mi grupo de amigos también es muy importante, ya que además les encanta el baloncesto y siempre que pueden me vienen a ver jugar, ya sea en Zaragoza o en Madrid. Me siento muy querido y muy bien rodeado y eso hace las cosas más sencillas.
P. Siendo que Zaragoza ha sido la ciudad donde has crecido, ¿cómo es un día 10 para ti en Zaragoza?
Para mí, un día 10 en Zaragoza es levantarme pronto y disfrutar de una mañana tranquila con mi familia e ir a comer fuera con ellos o con mis amigos. Luego parar la tarde con ellos o con familiares a los que habitualmente veo un poco menos por la distancia, como mis tíos, mi abuela… En fin, disfrutar de los míos en todo momento.
P. ¿Cuál es tu rincón favorito de Aragón?
Mi rincón favorito de Aragón es ir al Pirineo, a Panticosa, a Biescas, a casa de mis amigos y pasar tiempo con ellos.
Imagen principal ACB Photo / P. Castillo
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