Valdelinares cuenta con un patrimonio cultural impresionante donde podrás disfrutar de un turismo de naturaleza o deportivo gracias a su estación de esquí
Nos marchamos hasta la provincia de Teruel para conocer el municipio más alto de España: Valdelinares. Su origen se remonta al proceso de repoblación y ocupación extensiva del territorio durante la Edad Media. La contabilidad de habitantes más antigua se produjo en 1365, registrando una población de 63 habitantes. Su pico más alto fue en 1900 cuando alcanzó los 825, aunque ha descendido progresivamente hasta los poco más de 100 en la actualidad.
Es evidente que la difícil orografía de la zona ha dificultado la conexión con otros pueblos de Aragón. Eso sí, el común denominador junto al resto de localidades es un valioso patrimonio cultural, natural y ambiental. El motor del municipio siempre fueron la agricultura y la ganadería, que ha terminado de explotarse gracias a la modernización de las explotaciones y a la variación en las condiciones climáticas.
La localidad ha dado un giro hacia el turismo cultural y de naturaleza, así como deportivo gracias a la estación de esquí de Valdelinares. Sin duda, un fuerte empuje del conjunto de establecimientos comerciales y hosteleros de la villa.
Patrimonio cultural y natural
El término se asienta sobre imponentes montañas de masivas formas. Y como si quisiera descansar de tanta verticalidad, el núcleo urbano descansa sobre una ladera encarada al sol. Un apretado conjunto urbano, un puñado de pintorescas calles por donde perdernos y contemplar claros ejemplos de arquitectura popular. La Casa de la Villa, la iglesia, las ermitas o el mirador son solo algunos de sus atractivos.
Ante cualquier duda, puedes acercarte hasta la Oficina de Turismo, situada en la plaza de la Iglesia, para obtener más información. Abre todos los días en horario de mañana y tarde, excepto domingos y festivos, que solo abre por la mañana, y lunes, que cierra.
Y si su patrimonio cultural es privilegiado, el natural no tiene nada que envidiarle. En plena Sierra de Gúdar, Valdelinares se asienta en la cabecera del río Linares, donde destacan el Pico Peñarroya con 2.020 m, el Alto del Hornillo que alcanza los 2.002 m y el Monegro con 1.957 m en su punto más alto.
El entorno de Valdelinares se caracteriza por sus contrastes en formas y colores. Por un lado destacan su típico cielo azul intenso y sus verdes campos, mientras que por otro cuentan con formas suaves, cumbres aplanadas de destacada altura. Avistar aves por la zona será sencillo, aunque destaca el buitre leonado, un ave carroñera muy abundante en estas tierras.
Estación de esquí de Valdelinares
En pareja, con amigos, en familia… Da igual con quién vayas. La estación de esquí Aramón Valdelinares, que se encuentra a tan solo 7 kilómetros del núcleo urbano, te conquistará por su comodidad, sus modernas instalaciones y sus hermosos bosques de pino negro.
Si eres novato en el esquí, dispones de una estupenda zona para debutantes en la parte alta de la estación. Por el contrario, si eres un esquiador experimentado, en Valdelinares encontrarás también pistas de mayor dificultad que te permitirán disfrutar de sensaciones únicas. Y no todo es esquí… Si buscas algo diferente, también puedes optar por un paseo en trineo o practicar el freestyle en el snowpark.
Fiestas y tradiciones
Valdelinares celebra sus fiestas principales en honor a San Cristóbal, Santa Bárbara y San Roque, históricamente los días 10, 11 y 12 de Julio. En la actualidad, su celebración se ha trasladado hasta la tercera semana de julio para que los vecinos puedan conocer la Vaquilla de Teruel.
Estas fiestas patronales celebran una procesión tradicional que contaban con diferentes recorridos. Tras los recorridos, se bandean las campanas y era costumbre ofrecer un vino de honor al clero, autoridades y colaboradores. Una tradición que, actualmente, se ha extendido a todos los que acudan a estas fiestas.
Además, también cuentan con las llamadas noches de toro embolado, con una suelta de vaquillas. Embolar al toro consiste en colocarle un par de bolas en las astas que eviten el contacto del fuego con el animal. Para ello, las calles de Valdelinares se cierran con maderas, delimitando un recorrido y permitiendo la escapatoria de los valientes que salen a recorrerlo. Esta tradición tiene su origen en una estrategia que llevó a cabo Jaime I el Conquistador en su azares por la conquista de Sagunto de domino árabe.
Información del Ayuntamiento de Valdelinares y Turismo de Aragón
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