Las lluvias han llegado a la DO Calatayud en un momento óptimo ya que, en este periodo del año, es cuando la planta aprovecha mejor el agua
Las recientes precipitaciones caídas en la zona de la DO Calatayud han tenido un efecto beneficioso para el viñedo. Y es que han aliviado el estrés hídrico que sufría la planta tras un invierno y una primavera muy secos. Además, las lluvias han dado el empujón necesario, ya que en primavera y verano es cuando mejor aprovechan el agua, por lo que llegan en un momento óptimo.
Los viñedos de la DO Calatayud se encuentran en un territorio muy marcado por el clima continental, con inviernos fríos y veranos calurosos, y por la diversidad de suelos y altitudes. Estas condiciones suponen un reto constante en cuanto al cultivo de la vid. Por este motivo, estas precipitaciones hacen prever una buena cosecha, ya que favorecerán un desarrollo equilibrado de la uva.
Eso sí, el Consejo Regulador advierte que habrá que estar atentos a la evolución de la meteorología porque puede condicionar el rendimiento de los viñedos. Aunque es evidente que el verano está a la vuelta de la esquina, por lo que el tiempo seco y cálido característicos de Calatayud serán idóneos para una madurez óptima.
Las temperaturas moderadas y su sanidad vegetal suponen que el 2023 se presente como un año prometedor para la calidad de los vinos. Sin duda, la DO Calatayud seguirá ofreciendo vinos equilibrados con una gran personalidad y expresión.
Conoce los datos de la vendimia de la DO Calatayud de 2022
