En pleno Pirineo aragonés, la Casa del Ratoncito Pérez se ubica en la localidad de Cerler; te contamos cómo llegar a su pequeño lugar de descanso
Todos conocemos al Ratoncito Pérez, esa mística figura que recorre las casas de todo el mundo recogiendo los dientes de leche de todos los niños a cambio de un pequeño detalle. Seguro que muchas veces te has preguntado: “¿Dónde vive el Ratoncito Pérez?”. Pues bien, lo cierto es que reside en Aragón y no podía haberse buscado un lugar mejor: el Pirineo aragonés.
No sabemos si es porque le encanta esquiar en Aragón y quiere estar cerca de sus pistas, pero su lugar de descanso está en el valle de Benasque, concretamente en la localidad de Cerler. Además, numerosos medios de comunicación se han hecho eco de su residencia.
Seguro que ahora mismo te estarás preguntando dónde está porque quieres acercarte para ver si lo encuentras por allí. Una vez llegues a Cerler, tendrás que tomar la calle La Fuente en el casco antiguo de la localidad. En una gran pared de piedra descubrirás su pequeño rinconcito. ¿Tendrá dentro los dientes de todos los niños? Jamás lo sabremos. ¿O tal vez sí?
Historia
La historia del Ratón Pérez se remonta a finales del siglo XIX en España. El Ratón Pérez es un personaje de la literatura infantil y la tradición popular que se encarga de recoger los dientes de leche que se les caen a los niños y dejar un pequeño regalo o moneda a cambio.
La historia cuenta que el Ratón Pérez vivía en una caja de galletas en el cuarto de los niños y, durante la noche, recogía los dientes de leche que se dejaban debajo de la almohada. A cambio, dejaba una moneda, regalo o una nota de agradecimiento. Esta tradición se difundió por varias partes del mundo hispanohablante y se convirtió en una forma mágica y reconfortante para que los niños lidiaran con la pérdida de sus dientes de leche.
Con el tiempo, el personaje del Ratón Pérez se ha convertido en un icono cultural en muchos países y ha sido adaptado en diversas formas, como cuentos, canciones y películas. La historia del Ratón Pérez ha perdurado en la tradición oral y en la literatura infantil, siendo un elemento encantador y significativo en la infancia de muchas personas.
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