Avempace es considerado como el primer filósofo de Al-Ándalus cuyas obras destacaron en su época a pesar de que pocas han llegado hasta nuestros días
Hace unas semanas os hablábamos de “40 ilustres de Aragón“, la nueva página web que ha elaborado el Gobierno de Aragón. Se trata de un sitio online que conmemora el 40 aniversario del Estatuto de Autonomía aragonés y, por ello, han dedicado cuarenta posts a los personajes más ilustres de nuestra comunidad autónoma. Por este motivo, vamos a hablaros sobre todos ellos basándonos en su información. Hoy será el turno de Avempace.
La Saraqusta de los reyes hudíes vio nacer a Abu Bakr Muhammad ibn Yahya ibn al-Sa’ig ibn Bayyah. Como podéis comprobar, su nombre es un poco complicado. Por ello, nos referiremos a él como Avempace. Hijo y nieto de artesanos orfebres, nace hacia el año 1080-1085 y pasa a la posteridad como filósofo, médico, poeta, físico, botánico, músico, astrónomo… Sin duda, una persona que destacaba en todos los campos aunque principalmente como uno de los transmisores fundamentales del pensamiento de Aristóteles.
Autor de obras matemáticas, metafísicas y morales muy apreciadas, su filosofía se consideró herética. En cambio, para otros, es el primer filósofo de al-Andalus. Pese a las pérdidas de territorios a manos de los cristianos, vivió en una época de estabilidad institucional, así como de acogida a intelectuales de otros lugares.
Avempace fue un hombre arrastrado por lo ideal, por el afán de perfección y de acercamiento a la pureza, pero atraído por lo mundano. Se convirtió en visir (ministro de un soberano musulmán) en la Zaragoza que gobernaban los almorávides. Tras la entrada de los cristianos en la capital maña en el 1118 y pasar por diferentes ciudades, murió en la ciudad norteafricana de Fez.
A la historia pasaron sus más de 60 libros aunque tan solo unos pocos han llegado a la actualidad. De todos ellos, destacan los comentarios que realizó a las obras de Aristóteles. En sus obras critica el materialismo y la corrupción de la sociedad y aboga por el conocimiento y la contemplación, que lleva a la identificación con lo divino.
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Imagen principal e información extraídas de la web de 40 ilustres de Aragón
