Las reliquias de San Valentín se encuentran repartidas por diferentes zonas de España, entre ellas en Calatayud y en Tobed
Cada 14 de febrero, millones de parejas en todo el mundo celebran el Día de los Enamorados, una celebración todavía más especial en la comarca de Calatayud. El motivo es que los restos de San Valentín descansan en esta comarca aragonesa, poniendo el foco principalmente en Calatayud.
El Arcipreste de Calatayud y Prior del Cabildo de la Basílica del Santo Sepulcro, Javier Sanz, nos ha recibido en la previa de San Valentín para acercarnos a la historia del santo y cómo se produjo su llegada a Aragón.
Tal y como nos cuenta, “fue una donación del Papa Urbano VIII y proceden de las reliquias del San Valentín romano, el patrono de los enamorados, que se encuentra en una de las basílicas construidas de los mártires de los primeros siglos”. Decidió entregar sus restos a la Orden del Santo Sepulcro y finalmente llegaron, entre otros, a su casa madre, en Calatayud, en el año 1638.
El Papa Urbano VIII donó estas reliquias a la Basílica del Santo Sepulcro y el documento de cesión se encuentra actualmente en el archivo histórico nacional. Pero las estas reliquias no solo se encuentran en Calatayud, sino que desde allí salieron también hacia otros lugares, como es el caso de Tobed.
Quienes decidan visitar Calatayud por el día de San Valentín, debe saber que “cada 14 de febrero se expone para que todos los novios y los matrimonios puedan venir a celebrar esta fiesta”. Además, durante la celebración de algunas bodas, son los propios novios los que piden que las reliquias de San Valentín presidan el evento.
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