El espectacular Patio de la Infanta fue una muestra de amor del mercader Gabriel Zaporta a su esposa en el siglo XVI
No solo el Palacio de Larrinaga surge de una preciosa historia de amor, otro de los edificios más emblemáticos de Zaragoza, el Patio de la Infanta, fue regalo de bodas como muestra de amor del mercader Gabriel Zaporta a su esposa. Este patio renacentista, de imprescindible visita en Zaragoza, es uno de los conjuntos artísticos más representativos del arte renacentista aragonés del siglo XVI.
Tras el fallecimiento de su primera mujer, Gabriel Zaporta ordenó construir un palacio como regalo de bodas para su segunda mujer, Sabina Santángel, con quien tuvo 3 hijos. Esta vivienda contaba con unos 1.700 metros cuadrados y, sin duda, destacaba su espectacular patio interior. Una obra majestuosa que recordaban a la moda italiana que triunfaba en la época.
El Patio de la Infanta es nada más y nada menos que su regalo de bodas y lo refleja en su compleja iconografía. En el friso se pueden ver 12 parejas de amantes con amorcillos, alegorías de Cupido, ninfas con instrumentos musicales… Por tanto, no es de extrañar que se le considere como el Patio del Amor.
Este canto al amor se completa con las figuras de las columnas, que simbolizan la carta astral del día de su boda, es decir, un deseo de buenos augurios para su recién comenzado matrimonio. Ahora, ambos presiden el patio, tallados en madera, demostrando la historia de su amor.
El espectacular edificio llega a finales del siglo XIX en estado de abandono y, tras haber sufrido varios incendios, es derribado en 1903. Solo se salvan el patio y la portada, que fueron adquiridos por un anticuario francés y trasladados a París, donde permanecieron durante más de cincuenta años. En 1957, Fundación Ibercaja los recupera para Zaragoza y, finalmente, en 1980, los instalan en el interior de su edificio central.
HORARIO: De lunes a viernes de 11h00 a 14h00 y de 17h00 a 20h00 y sábados de 11h00 a 14h00
ENTRADA: Gratuita
TELÉFONO: 976 971 926
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