Es la zona verde más amplia de la ciudad de Zaragoza
Texto y fotos: Armando Cerra
El otoño es una época del año fabulosa para salir de excursión a la naturaleza. Y ya sabéis que desde Enjoy no dejamos de daros ideas para que salgáis a conocer y disfrutar los encantos de las tres provincias aragonesas. Hoy también os vamos a proponer una escapada, pero sin salir de la ciudad de Zaragoza. Os queremos invitar a acercaros al Parque del Agua Luis Buñuel, el cual a estas alturas del año tiene un atractivo especial.
Seguro que ya sabéis todos que estamos hablando de la zona verde más amplia de toda la capital maña. Su superficie supera las 100 hectáreas. Así que sin ningún temor a equivocarnos podemos decir que es el mayor legado que nos dejó la Expo de 2008, ya que se realizó a la par que aquel recordado certamen internacional.
Y, ¿por qué os recomendamos hacer una escapada otoñal al Parque del Agua? Porque al igual que ocurre en otros muchos espacios naturales, el colorido de la vegetación en esta momento del calendario toma unos tonos de lo más fotogénicos. En especial en la zona del soto, la más salvaje de todo el parque. Aquí es la naturaleza del meandro de Ranillas la que dicta las normas, y no hay jardinero que la domestique, ni que sea capaz de sacarle más atractivo a este bosque de ribera desbordante de chopos, olmos o sauces. Un espectáculo.
Además, pronto llegarán los días brumosos y húmedos (hasta la lluvia que buena falta nos hace), y entonces las nieblas todavía proporcionan a estas zonas vecinas al Ebro un apariencia más misteriosa y atractiva.
Es cierto que ahora ya han cerrado las playas que le dan vida al parque en plenos meses de verano, o que las terrazas en cuanto se va el sol no son tan agradables como en otras épocas del año. Pero pasear por aquí o hacer deporte en este parque es un auténtico lujo por muchas veces que se vaya, porque al ser tan grande, siempre hay recorridos nuevos a realizar.
Así que además de recorrer el soto, sea por la mota elevada o por la zona inundable, hay muchas otras opciones. Por ejemplo, darse una vuelta muy tranquilamente por los peculiares jardines botánicos. Todos ellos concebidos desde aquel lejano 2008 y que con el paso de los años han ido evolucionando de una forma espectacular. Basta con ver las zonas más exóticas donde se han desarrollado auténticas selvas de bambúes o palmeras, por no hablar de las zonas de nenúfares.
O si se prefiere, también es posible darse un garbeo por los jardines más alimenticios y donde están representadas las plantas más habituales en los cultivos y campos de Aragón. Es decir, sin salir de Zaragoza se puede dar un paseo contemplando un pequeño olivar o un viñedo, o ver el punto en el que se encuentran verduras tan emblemáticas de nuestros menús como la acelga o las borrajas.
Ese paseo también se puede dar por el corazón del Parque Luis Buñuel siguiendo la ruta del agua, el leit motiv de la Expo y que aquí obviamente es una protagonista destacada. Esta ruta es muy interesante ya que se puede ver como los canales y drenajes que se proyectaron son tremendamente útiles para abastecer de agua a este inmenso ajardinamiento. Por cierto, prácticamente en el inicio de esta ruta del agua hay un elemento que llama poderosamente la atención.
Sí, lo habéis averiguado. Nos referimos a la noria. Aunque hay que decir que de la original que crearon artesanos sirios, tan solo queda el diseño. Y es que el mantenimiento de aquella obra hidráulica se convirtió en algo inasumible, así que se optó por replicar sus elementos en madera por otros metálicos, garantizando así un mejor funcionamiento.
Al fin y al cabo un parque no deja de ser un ente vivo y va evolucionando con el paso de los años. De ahí que el Parque del Agua haya cambiado mucho respecto a sus inicios. En unos casos para mejor, como ocurre con el desarrollo de su vegetación, y en otros casos para peor, como ha sido la desaparición de algunas de las actividades de ocio. Véase el recorrido arborícola o los circuitos hípicos, por hablar de el canal de aguas bravas a la sombra de la gigantesca Torre del Agua.
Aún así todavía hay opciones interesantes en torno a al embarcadero o siempre es bueno pasar una tarde por ahí para luego ir con los niños a alguna de las divertidas representaciones de títeres en el Teatro Arbolé. En definitiva, ahora que llegan los meses del otoño acercaros hasta este enorme Parque del Agua Luis Buñuel. Una joya, tal y como acreditan diversos premios internacionales y certificaciones de calidad, y que sin embargo a veces descuidamos y no valoramos lo suficiente. Ya nos contaréis cómo os va.
