El Palacio de Sástago se ha convertido en uno de los emblemas monumentales del Coso gracias a una historia muy larga y activa en Zaragoza
Sus obras se iniciaron durante el siglo XVI y, hasta la actualidad, ha contado con muchas funciones: casino, residencia de reyes, Cuartel General del Ejército y muchas más
Texto de Armando Cerra
Hace no demasiado os hablábamos de la historia y los valores artísticos que tiene el antiguo Casino Mercantil de Zaragoza, la actual sede de la Caja Rural de Aragón, convertido en uno de los emblemas monumentales del Coso. Pues bien, justo enfrente de él, al otro lado de la calle y con las vías del tranvía entre ambos, se encuentra otro inmueble destacado: el Palacio de Sástago.
¿Sabías que también este palacio renacentista fue un casino? Sí, de hecho anterior al Casino Mercantil. Pero no nos adelantemos en la historia y comencemos por el principio. Y ese comienzo nos traslada hasta, más o menos, el año 1570. Aproximadamente a esas alturas del siglo XVI se iniciaron las obras del Palacio de Sástago. Unas obras de varias casas que promovió Don Artal de Alagón, Conde de Sástago y además de Virrey de Aragón.
Era uno de los hombres más poderosos de su tiempo. Lo cual es mucho decir, ya que por entonces Zaragoza era una ciudad tremendamente rica y florecían los palacios por todo el casco antiguo. Si bien, una de las zonas más exclusivas era precisamente el actual Coso. De hecho, allí también se levantó otra de las grandes casonas de su tiempo: el Palacio de la Audiencia, del que por supuesto también os hemos hablado en Enjoy.
La verdad es que el Palacio de Sástago sería esplendoroso. Algo que queda acreditado al saber que llegó a ser el alojamiento del rey Felipe II cuando vino a Zaragoza. Y no fue el único monarca que durmió aquí. Mucho tiempo después también se aposentaron en sus estancias personajes como Carlos IV o Fernando VII. Pero desde entonces hasta hoy ha cambiado mucho el aspecto del edificio.
Algo que en gran parte se debe a las transformaciones que sufrió durante los años de la Guerra de la Independencia. Y no solo por los muchos daños que tuvo durante los Sitios. También por los cambios que supuso convertir en Cuartel General del Ejército de Aragón e incluso fue residencia de Palafox. Y aún después se mantuvo como jefatura de policía. Lo cual está claro que obligó a modificaciones y adaptaciones a sus nuevas funciones.
Lo cierto es que durante todo ese tiempo se mantuvo como una propiedad de los condes de Sástago, quiénes lo fueron alquilando a lo largo del siglo XIX para todos esos usos. E incluso el último de estos condes buscó otro tipo de arrendatario. Fue así como se abrió un animado café en su patio, y algunas de sus salas se convirtieron en el Casino de Zaragoza, donde se reunía la flor y nata aristocrática de finales del XIX y los primeros años del XX.
A ese establecimiento no se permitía la entrada a los comerciantes e industriales, por mucho que aquella burguesía de la ciudad era más rica y, desde luego, mucho más dinámica que la rancia nobleza. Fue por eso motivo, por el que se decidieron a construir su propio centro de ocio y así surgió el Casino Mercantil, más moderno y vistoso que aquel viejo palacio renacentista dañado por una guerra y cierto abandono de sus propietarios.
La verdad es que el palacio hacía ya tiempo que había perdido su esplendor y por eso no es de extrañar que un banco aprovechara la coyuntura para establecerse en un enclave tan privilegiado. Fue el Banco Español de Crédito el que abrió sus oficinas aquí hasta el año 1960. Posiblemente los más mayores de nuestros lectores lo recuerden. Y también recordarán como, poco a poco, tras cerrar esa entidad bancaria, el lugar entró en una lenta pero imparable decadencia.
De hecho, amenazaba ruina total y tuvo que ser la ciudadanía la que pidiese su protección en los años 70. Por fortuna, la lograron y, posteriormente, en 1981, lo adquirió la DPZ, que sigue siendo la propietaria.
La institución provincial impulsó una profunda restauración que puso las bases del vistoso Palacio de Sástago que disfrutamos a día de hoy. Esa restauración se inspiró en recuperar en todo lo posible su aspecto original, eso sí adaptándolo a unos usos nuevos y de carácter cultural.
De esta manera en las últimas décadas los salones, galerías y el patio del Palacio de Sástago han albergado charlas, conciertos y presentaciones de todo tipo de eventos. Además de alojar un número enorme de exposiciones. Muchas exposiciones de historia y de arte protagonizadas por nombres de primer nivel del panorama creativo aragonés, español e internacional. Aquí se han mostrado las obras de un joven Goya, de un famoso Pablo Picasso o de una irreverente Yoko Ono. Por solo citar algunos nombres.
Siempre es interesante la programación expositiva del Palacio de Sástago, así que cuando pases junto a su gran fachada de ladrillo abierta por dos grandes portones, fíjate en qué exposición hay en su interior. Tal vez te interese. Además, es muy posible que sea gratis.