Llegan días de festines caseros y reuniones en familia; tal vez pertenezcáis al grupo de personas previsoras y hace tiempo que tenéis pensado los menús navideños que cocinaréis en estas fechas tan familiares
No obstante, siempre estamos algunos que lo dejamos todo para última hora. Si ese es tu caso, aquí te vamos a dar unas cuentas ideas para preparar un típico menú navideño aragonés con el que agasajar a tus seres queridos. ¡Toma nota!
Texto: Armando Cerra – Imágenes: Alimentos Nobles de Aragón
Lo primero es preparar la mesa de las grandes ocasiones. Así que toca sacar la vajilla de porcelana, las copas altas y los cubiertos que pesan. Y luego poner algo de picoteo sobre el mantel de hilo. Es decir preparad unos platos de embutidos locales para ir haciendo boca e ir tomando algo mientras llega toda la familia. No creemos que haga falta decirlo, pero por si acaso lo recordamos: ¡que no se os olvide cortar jamón de Teruel, chorizo, longaniza de Graus, la típica gallina trufada y algo de queso, mucho mejor si es de Letux, de Tronchón o de Radiquero, por citar un quedo de cada provincia!
Si seguimos a rajatabla la tradición de la Navidad en Aragón luego ha de llegar un primer plato que no puede faltar, sobre todo para la cena de Nochebuena. Sí, ya lo has adivinado. Nos estamos refiriendo al cardo. Esa verdura de cierto toque amargo que odian la gran mayoría de los niños, pero que se convierte en una delicatesen para los paladares de los adultos. Sobre todo si se sirve al más puro estilo de la Navidad aragonesa. ¿Cómo? Con una fina salsa de almendras.
Es cierto que existen variantes, ya que también hay una excelente receta para esa noche si se acompaña de bacalao o de abadejo. Pero la más habitual es servirlo con la citada salsa de almendras. No obstante, no es la única verdura en estas cenas. Sabemos que muchos optáis por algo tan nuestro como la borraja. Lo cual también es una buena elección, pero eso sí ya que son días especiales, también se suele cocinar con un toque distinto. O sea, el que le aporta la compañía de las sabrosas almejas.
Además junto a cualquiera de esos platos de verduras nunca debe faltar un gran tazón de consomé humeante. La Navidad siempre es entrañable, pero es innegable que también es muy fría. Así que este caldo caliente para templar el cuerpo y el ánimo se hace indispensable.
No está mal para empezar, ¿no? La charla, la comida casera y descorchar vino de cualquiera de nuestras cuatro denominaciones de origen es garantía de disfrute y buen ambiente. Además mientras nos comemos todo eso, se deja reposar al calor del horno uno de los platos más excepcionales de todo el año. Claro, ya estás salivando pensando en una suculenta bandeja de Ternasco de Aragón asado con patatas.
En cada comunidad tienen su asado típico, sea el lechazo o el cochinillo. Y aquí gozamos de uno de los alimentos nobles más carismáticos de nuestra tierra: el Ternasco de Aragón con Indicación Geográfica Protegida. Un manjar que por supuesto podemos comer en cualquier momento del año y gozarlo con multitud de recetas variadas. Pero es verdad que su sabor como plato principal de un menú navideño tiene un carisma especial.
Sabemos que es difícil no comer hasta hartarse esta carne tan tierna como sabrosa. Pero resistid a los impulso de la gula. Os recomendamos dejar un hueco, porque el festín todavía no ha acabado. Reservaros un poquito de espacio en el estómago para degustar los postres y los dulces.
Los más golosos ya están soñando con las delirantes bandejas que aparecen a continuación con abundantes turrones, seguro que alguno con firma aragonesa, bien sean de elaboración artesanal o de fabricación más masiva, como las imprescindibles tabletas de Lacasa. Tampoco faltarán los frutos secos en forma de higos y orejones. E igualmente habrá polvorones y mazapanes, o algún que otro postre típico de carácter más local. Pero lo que no pueden faltar son los guirlaches. Tan duros como adictivos gracias a sus almendras y el caramelo que todo lo une y endulza.
Y por si fuera poco, cuando salgan las bandejas de los dulces a la mesa, también llegará el momento de sacar de la nevera alguna que otra botella de cava. Por supuesto que sea un cava elaborado en las bodegas aragonesas con la garantía de ser Denominación de Origen Protegida. Para ello hay varias opciones y de ellas os hemos hablado en más de una ocasión aquí. Elegid la (o las) que más os gusten y llenad la copa para disfrutar de estos días.
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