Grutas de Cristal de Molinos, un auténtico museo natural que querrás visitar cuanto antes - Enjoy Zaragoza
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Grutas de Cristal de Molinos, un auténtico museo natural que querrás visitar cuanto antes

Grutas de Cristal

En la entrañas de la tierra: el Monumento Natural de las Grutas de Cristal de Molinos

Texto: Armando Cerra – Fotos: Turismo de Aragón y de la web oficial Grutas de Cristal

La localidad de Molinos posee una de las maravillas más escondidas y espectaculares de todo Aragón: las Grutas de Cristal. Una invitación a dar un paseo por el interior de la Tierra para quedarnos boquiabiertos con las creaciones que la Madre Naturaleza es capaz de esculpir con el lento discurrir de milenios y milenios.

El Parque Cultural del Maestrazgo y toda la comarca del mismo nombre están plagados de lugares tan interesantes como hermosos. La gran mayoría de ellos se descubren a simple vista, basta con ir por la carretera de esta zona de Teruel o aparcar en cualquier de sus localidades para quedarse encantados con lo que se contempla. Sin embargo, hay otros sitios que requieren de un esfuerzo extra. Pero bien merece la pena una pequeña aventura para embelesarse con ellos. Más aún si nos aguarda la visión de las increíbles Grutas de Cristal de Molinos.

Estas grutas eran un secreto oculto en las entrañas del subsuelo hasta el año 1961, cuando los espeleólogos se adentraron por su interior. Y desde entonces han pasmado a todo aquel que las ha visitado. ¿Las conoces? Ojalá que sí. Pero si todavía no las has recorrido, señala una fecha en tu calendario de escapadas. Aunque es difícil describirlo con palabras, aquí vamos a tratar de relatarte lo que te espera allí.

   

Para empezar el propio pueblo de Molinos. Una localidad que bien merece un paseo por su intrincado casco histórico para así descubrir su iglesia gótica de Nuestra Señora de las Nieves o varias de sus casas palaciegas, entre las que destaca el edificio del Ayuntamiento. No obstante, el gran atractivo de Molinos, sus cuevas, está a las afueras de la población y se encuentran perfectamente señalizadas para que nadie se las pierda.

Su atractivo comienza incluso antes de entrar. Y es que para visitarlas hay que subir unas escaleras en pleno paisaje serrano. Son en concreto 132 escalones pero se ascienden en un suspiro. Primero por la belleza del entorno natural, y luego porque en las escaleras se ha habilitado lo que se llama La Línea del Tiempo. Es decir, una serie de hitos que nos ayudan a comprender los tiempos geológicos.

Hay que pensar que todo se remonta a más de 4.000 millones de años, cuando se creó nuestro planeta. Y en ese contexto es cuando se comprende que las maravillosas estalactitas y estalagmitas que nos aguardan dentro de las Grutas de Cristal son fruto de un larguísimo proceso. En definitiva, que la naturaleza lleva trabajando millones de años para dejarte impactado con la belleza que vas a ver unos minutos y unos escalones más arriba.

Como anticipo, aquellos que necesiten tomar aliento en la subida, también pueden pararse a ver la exposición fotográfica con imágenes del interior de las Grutas de Cristal. Seguro que os encantan, pero aún así, cuando os sumerjáis en persona os asombrarán. 

Y por fin ha llegado el momento de entrar. Algo que solo se puede hacer mediante visitas guiadas. Primero por motivos de seguridad, y segundo porque es mucho más enriquecedor, ya que gracias al guía se van descubriendo todos los secretos de este enclave. Aquí va uno de ellos. ¿Sabías que aquí se han hallado los restos del que se considera el ser humano más antiguo de Aragón? Se le conoce como el Hombre de Molinos y habría cumplido ahora unos 100.000 años de edad. ¡Casi nada!

Por otro lado, también el guía ayuda a identificar las formas más curiosas y caprichosas que han creado los espeleotemas. Como por ejemplo la Tarta Nupcial, la Virgen o el Pozo de los Deseos, todas ellas en la primera gran zona que se visita en las grutas, la conocida como Sala de los Cristales.

No obstante, independientemente de esas fantasiosas figuras, lo más interesante es la explicación sobre cómo se han ido formando todas esas estalactitas, estalagmitas, columnas e incluso cortinas pétreas. Todo ello surgido a partir de lentísimos procesos químicos, que debemos respetar en nuestra visita a esta cueva o cualquier otra. Pensad que arrancar o romper una fina estalactita nos cuesta unos segundos, pero seguro que tendrá una antigüedad milenaria ya que para crecer solo un centímetro puede tardar cientos de años.

Además llevársela a casa no sirve de nada. Pierde todo su valor, ya que su auténtica belleza solo tiene sentido dentro de esos ambientes subterráneos mágicos y misteriosos.  Disfrutad de él in situ. Más aún en cuevas tan singulares como las Grutas de Molinos, donde tras la Sala de los Cristales, nos aguarda la Sala Marina.

¿Por qué se llama así? Al primer vistazo lo sabréis. Os recordará a los corales del mar. Belleza pura y de lo más sugerente. Las exclamaciones de admiración son habituales por parte de los grupos de visita. Así como también es normal que les dé pena no poder seguir la visita más al interior, donde hay otras salas con sus respectivas maravillas. Salas pendientes de acondicionamiento para los turistas.

Esperemos que algún día se puedan recorrer, para repetir la visita. Y esperamos haberos animado para hacer esta excursión. Si es así, no os olvidéis llevar un buen calzado para evitar resbalones dentro de la cueva, así como ropa de abrigo, ya que en el interior de las Grutas de Cristal la temperatura es baja y la humedad muy alta. ¡A disfrutar!