Lluís Bassat hace un repaso a su extensa trayectoria tras presentar la exposición con las mejores piezas de su colección en Zaragoza
La Colección privada de Carmen y Lluís Bassat, que comenzó a gestarse allá por 1973, ha llegado a Zaragoza con una espectacular exposición en La Lonja. Toda una declaración de amor al arte y a la belleza a través de una selección de las mejores 119 piezas de su extensa colección.
El gran artífice, Lluís Bassat, nos ha dedicado su tiempo para adentrarnos en esta exposición en Zaragoza, pero también para hacer un repaso a su amplia trayectoria: desde sus inicios hasta su mejor idea creativa, pasando por las ceremonias de los Juegos Olímpicos o las elecciones a la presidencia del Fútbol Club Barcelona.
P. ¿Qué le motivó a adentrarse en el mundo de la publicidad y cómo fueron sus primeros pasos en este sector?
Yo quería ser arquitecto cuando iba al colegio porque me gustaba mucho la idea de inventar casas nuevas, pero el profesor de dibujo me dijo que jamás aprobaría el ingreso de Arquitectura y me hizo polvo porque era mi vocación. No existía la carrera de Publicidad, así que hice un año de Derecho, que no me gustó nada; cuatro años de Económicas, que tampoco me interesaba; y, por suerte, descubrí un posgrado en la Escuela de Ingenieros de Barcelona más relacionado con la publicidad, la investigación de mercado… Así que me matriculé.
Yo que fui un mal estudiante en la universidad, porque no me interesaba nada, saqué todo sobresalientes. Me dieron dos matrículas de honor en marketing y publicidad, y los dos profesores de esas asignaturas me ofrecieron trabajo, pero no acepté. Decidí abrir mi agencia de publicidad yo solo y tirarme al río para empezar a nada. Entré en la publicidad solo con lo que había aprendido en aquel curso.
P. ¿Recuerdas alguna curiosidad de aquella etapa?
Curiosamente, al año siguiente, el profesor de publicidad me pidió que fuese profesor adjunto suyo y pasé de ser alumno a profesor en tan solo un año. Siempre he sido más de dar clases en la universidad y yo creo que he dado más de 2.000 conferencias de publicidad por todo el mundo. He intentado explicar lo que yo he aprendido y que la gente no sabe. Hablas con la gente hoy en día y saben mucho de Internet, pero poco de la esencia de la publicidad.
Después, la verdad es que he tenido suerte. Quise asociarme con Ogilvy, que es la agencia que yo idolatraba, que me parecía la mejor del mundo, y me acabé asociando con ellos.
P. Con una amplia experiencia en el sector, ¿cómo cree que se ha transformado la publicidad desde sus inicios hasta la era digital actual?
Ha evolucionado como siempre. Cuando apareció la televisión, se decía que iba a empatar a las radios y que ésta iba a desaparecer, no fue así. Al contrario, la televisión ha hecho más importantes las radios.
Con la aparición de Internet, algunos están sufriendo, sobre todo los medios escritos, pero yo creo que no desaparecerán. La gente recibe información por Internet, pero la que dan la prensa escrita, la radio y la televisión seguirá siendo interesante para algunos grupos de personas. Por tanto, pienso que la prensa escrita continuará existiendo porque tiene razón de ser que haya medios que te garanticen la fiabilidad de lo que te dicen.
P. Jugó un papel clave en la organización de uno de los eventos deportivos más importantes de la historia de España, como fueron las ceremonias de apertura y clausura de los Juegos Olímpicos de Barcelona. ¿Qué recuerdos tiene de esa experiencia y cómo influyó en su carrera?
Influyó muchísimo porque es el trabajo más difícil que hice nunca. Estuve prácticamente tres años preparando las ceremonias olímpicas y los últimos siete meses no fui a mi despacho. Tenía un despacho en el estadio olímpico y no pisé mi agencia de publicidad. Llegué a perder la noción del tiempo, pero valió la pena.
Hicimos un esfuerzo enorme por sacar adelante ese proyecto en el que nos asociamos dos grupos y yo fui el presidente. Nos entendimos muy bien. Fueron muchas horas de trabajo, muchos disgustos, pero salió muy bien.
Se llegó a decir que fueron las mejores ceremonias de la historia y lo tengo como un recuerdo único en mi vida. Nunca más haré una cosa igual ni con tantos espectadores –1.500 millones de personas en directo–. Al final de la ceremonia, los Reyes me invitaron al palco para felicitarme y eso se vio en directo en todo el mundo.
P. ¿Qué le llevó a presentarse a las elecciones del FC Barcelona?
No me lo había planteado, pero el Director General de Deportes de Cataluña me llamó por teléfono y me dijo que tenía un drama tremendo, que Núñez se retiraba y había seis personas que querían presentarse, pero todos querían ser presidentes. Si yo me presentaba, ellos aceptaban ser vicepresidentes. Todos me apoyaban. Fue tanta la presión que me hicieron, que sin tenerlo previsto, me presenté.
Gaspart había dicho que no se presentaría, luego que se presentaría con nosotros y finalmente lo hizo solo. La gente apoyó al “nuñismo” porque el provenía de la antigua junta directiva y nos ganó. A los tres años lo sacaron con pañoladas en el campo.
P. ¿Y a las segundas elecciones?
Los de mi junta hablaron de volver a presentarnos. De hecho, Laporta me dijo que iba a ganar yo seguro, pero que quería ser presidente del Barça algún día y le servía de entrenamiento para ganarlas algún día. A quince días de las elecciones, yo tenía un 42% de intención de voto y Laporta un 9%. Se inventó que había fichado a Beckham, quitándoselo al Real Madrid y la intención de voto cambió en una noche: yo mantuve el 42%, pero él pasó a una cifra similar.
Un periodista me dijo que Laporta me iba a ganar y que contase que yo iba a fichar a Thierry Henry y que él me lo ponía en la portada de su periódico. Yo no he engañado nunca a un cliente, no voy a ganar las elecciones del Barça con una mentira. Estaba dispuesto a perder las elecciones, pero no a perder la dignidad.
P. ¿Se arrepiente de su decisión de presentarse?
Ganó Laporta y, por suerte, ahora lo puedo decir, yo no las gané porque hubiera cambiado mi vida. Cuando conoces este mundo de cerca, ves que es terrible: mentiras, engaños, dinero negro por debajo de las mesas, comisiones que no se explican… Yo esto no lo sé hacer.
Me encontré un día a Sandro Rosell por la calle y le pregunté que cómo es que había fichado a Neymar y no dices por cuánto. Me dijo que había firmado una cláusula de confidencialidad con su padre y que lo hubiera fichado el Real Madrid. Yo no hubiera engañado u ocultado a los socios del Barça cuánto había pagado por él. A Sandro lo metieron en la cárcel y han pasado muchas cosas que yo no voy a explicar, pero es un mundo que no es el mío. Bendito sea el momento en el que perdí las elecciones del Fútbol Club Barcelona.
P. ¿Cuál considera que ha sido su mejor idea creativa?
Un spot que salió en Cataluña, que luego ha ganado premios en festivales de todo el mundo, en el que se ve un vaso de trago largo de discoteca, caen dos cubitos de hielo, se ve una mano que vuelca un licor y, cuando todo el mundo espera que caiga una tónica o cualquier bebida, una bomba de gasolina acaba de llenarlo. El texto dice: “si esta noche mezclas alcohol y gasolina, el combinado puede ser mortal. Mezclar alcohol y gasolina mata”.
Un spot sencillo y barato que causó un efecto brutal porque la frase caló. Con mis campañas, he ayudado a vender millones de productos, pero este salvó vidas. Un spot que salva vidas es indiscutiblemente el mejor de mi vida, mi preferido.
P. ¿Qué consejos le daría a los jóvenes que se están iniciando en el mundo de la publicidad?
Que no mientan nunca, ni a sus clientes ni al consumidor final. Un refrán chino dice que la mentira produce flores, pero que no produce frutos. Con mentiras puedes engañar a alguien, pero esas campañas no funcionan. Por tanto, que sean fieles a la verdad. La publicidad es decir la verdad bien dicha.
P. Centrémonos en la exposición. La Colección Bassat ha crecido durante más de 50 años. ¿Cómo fue el proceso de selección de las obras para esta exposición en La Lonja?
Solo uno: que nos gustaran a mi mujer y a mí. Cuando entramos en una galería de arte y nos gusta una misma pieza, la compramos si podemos. Nos gusta el arte y ahí es donde hemos puesto todo el dinero obtenido en 50 años de publicidad.
P. ¿Cómo surgió la idea de traer la exposición Cómo construimos la Colección Bassat a Zaragoza y qué significa para usted que llegue a un espacio tan emblemático como La Lonja?
No sé si todos los zaragozanos lo saben, pero la alcaldesa de Zaragoza, Natalia Chueca, trabajó en mi agencia de publicidad. Fui yo el que le dije que si quería que algún día hiciéramos una exposición de nuestra colección, que estaba abierto. Me invitó a venir aquí y, al preguntarle que qué cuadros quería que trajera, me dijo que los mejores (risas). Seleccionar lo mejor de 5.000 obras se hace difícil, pero lo hemos hecho. Es la más completa que hemos hecho nunca de nuestra exposición. Hemos intentado escoger lo más representativo: desde el primero hasta los que hemos comprado hace unos pocos meses. He vuelto a ver uno por uno todos los cuadros y me ha servido para escoger todo aquel que me ha servido para decir algo.
P. ¿Qué opina de la ciudad tras venir a conocerla?
Nos enamoramos de Zaragoza porque hacía tiempo que no venía y realmente tenéis una ciudad que es una pasada, es una ciudad para vivir. Una ciudad cuidada en la que las casas son bonitas y las puertas son espectaculares. Me he quedado prendado de las puertas de la Basílica del Pilar. Esta plaza que tiene unas dimensiones que asustan. Hemos quedado enamorados de todo: de la ciudad al equipo con el que hemos trabajado.
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