Te contamos qué son y cómo llegar a los Aguarales de Valpalmas, un espectacular paisaje de formaciones geológicas de lo más curiosas sin salir de Aragón
Texto de Armando Cerra
Ya hemos comentado aquí que la Comarca de las Cinco Villas es mucho más que las cinco poblaciones que le dan nombre. Es decir, Sos del Rey Católico, Uncastillo, Sádaba, Ejea de los Caballeros y Tauste. En realidad, es un territorio con muchos lugares de interés, bien sea por su historia y valor artístico, o por su belleza natural. En este último caso se encuentra una de las más singulares maravillas de esta comarca zaragozana. Nos referimos a los Aguarales de Valpalmas.
Los Aguarales de Valpalmas tienen una fotogenia especial al tratarse de un fenómeno geológico constante. De hecho, si habéis tenido ocasión de visitar este sitio hace unos años, cuando regreséis veréis que es un espacio diferente. ¿Por qué? Porque con cada tormenta, con las ventoleras más fuertes e incluso con cada periodo de lluvia, estas rocas arcillosas son esculpidas y modifican su apariencia.
El término “aguarales” es un palabra muy nuestra. Y viene a significar algo así como cárcava. Es decir, alude a terrenos muy áridos donde las rocas son arcillas y areniscas, muy erosionables por los fenómenos meteorológicos. Ese es el caso de estas tierras situadas a pocos kilómetros del pueblo de Valpalmas que le da nombre.
Esta zona hace unos cuantos millones de años tendría un aspecto bien diferente. Sería un área pantanosa cubierta de agua y con un fondo blando de arenas y arcillas. Pero aquel humedal poco a poco se drenó hasta secarse. Y sólo quedaron los fondos, a los que se sumaron más materiales derramados desde las barranqueras próximas.
Así, siendo un terreno seco, quedó indefenso a los efectos de lluvias. De hecho, la erosión que le da forma tiene efectos desde el interior de lo que vemos. Las aguas se filtran, se abren camino por el interior del terreno, crean sus propias tuberías y eso va debilitando la resistencia de las rocas. Las cuales se van derrumbando, abriendo y modelando con cada tormenta y el viento.
El resultado es de un capricho impensable para cualquier escultor. Es la naturaleza la que le da forma a este paisaje que técnicamente se llama badlands (o sea, tierras malas), aunque bien se podrían llamar “beatiful lands” dada su belleza. Creednos porque las redes o las revistas de viajes últimamente las han sacado en numerosas ocasiones.
¿Queréis visitar los Aguarales de Valpalmas? Pues desde Zaragoza no os queda demasiado lejos. Están al sureste de la Comarca de las Cinco Villas, y el pueblo de Valpalmas está más o menos a una hora de camino. Una vez que lleguéis allí, seguid dirección Piedratajada, y estad atentos al desvío que indica la presencia de los Aguarales.
Desde la carretera solo hay unos dos kilómetros de camino, que podéis hacer caminando o en coche. De hecho, antes de entrar al paisaje propiamente dicho hay una zona de aparcamiento gratuito. Al igual que es gratis la visita al interior.
Tendréis a vuestra disposición dos recorridos diferentes. Uno superior y otro interior. Nuestro consejo es que hagáis ambos. No es mucho tiempo, ya que os llevará poco más de media hora cada uno. Y a cambio os proporcionarán visiones complementarias de esta sorpresa geológica.
El itinerario superior os da una panorámica de conjunto, para lo cual también hay varios espacios habilitados a modo de miradores o puntos estratégicos para sacar infinidad de fotos. Mientras que el itinerario interior os acerca al detalle, os sumergís en ese mar de arcillas y formas sugerentes y cambiantes. Según como miréis las rocas, os puede parecer que a la vuelta de la esquina hay un gato gigantesco o una pequeña procesión de penitentes en Semana Santa.
Y del mismo modo, durante este paseo, también descubriréis que este terreno aparentemente yermo es refugio de mucha vida para diferentes aves y fauna de pequeñas dimensiones. Estad atentos y os sorprenderá algún que otro pajarillo.
Hasta aquí todo lo bonito que os ofrecen los Aguarales de Valpalmas. Pero haced todo lo posible para dejarlo igual que os lo encontrasteis a vuestra llegada. Ya os hemos dicho que las lluvias fuertes lo modifican, así que no seáis vosotros los que os empeñéis en cambiar su aspecto a base de rascar la roca. Y, por supuesto, no se os ocurra dejar basura por ahí.
Lo mejor es que sigáis los caminos indicados, tanto para la conservación del espacio como por vuestra propia seguridad, ya que al ser una enorme cárcava puede haber agujeros, grietas o fallas del terreno que os den un buen susto y hasta os provoquen una lesión.
Otro consejo: llevaros agua porque no encontraréis ninguna fuente. Y aunque ahora ya remite el calor, no os olvidéis daros crema solar y hasta una gorra, porque no hay ni agua ni sombras. Más cosas, ¡si os gusta hacer fotos disfrutad ahí del atardecer, os encantará! Y una última sugerencia, si no sois demasiado miedosos, visitad los Aguarales en Valpalmas en soledad y dejad llevaros por la imaginación a la hora de contemplar sus formas, a veces fantasiosas y por momentos fantasmagóricas.
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