Tarragona supone un viaje hacia un pasado romano que nos hermana con ellos, además de consisderarse como Patrimonio de la Humanidad
Cuentas con hasta una docena de horarios según el día para llegar a Tarraco a través de las diferentes opciones de tren
Texto de Armando Cerra
¿Qué tal un viaje a tiempos de los romanos? Eso sí a velocidades imposibles en la Antigüedad. Os proponemos subiros a un tren en la Estación de Delicias de Zaragoza y aparecer en la estación Camp de Tarragona, en Cataluña. O lo que es lo mismo viajar en pleno siglo XXI desde nuestra Caesaraugusta hasta la ciudad de Tarraco, otra de las grandes urbes con pasado romano en la vieja Hispania.
El trayecto se hace muy corto, ya que dependiendo del horario os costará apenas una hora o como mucho hora y veintipocos minutos. En total, hay días que contáis con una docena de horarios distintos para hacer este viaje a Tarragona en varias compañías, desde AVE de Renfe, hasta su filial Avlo o la low cost Ouigo. Y pronto se aumentarán las posibilidades con la nueva parada de los trenes Iryo en Camp de Tarragona.
En definitiva que tenéis que echarle un ojo a las diferentes posibilidades para este viaje en tren desde Zaragoza a Tarragona y elegir la que se ajuste a vuestro tiempo y bolsillo. Os adelantamos que merecerá la pena la experiencia. Al fin y al cabo visitaréis una ciudad con un pasado romano que nos hermana con ellos y que, además, en el caso del patrimonio de Tarraco, hoy en día está considerado como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
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Os hemos contado en más de una ocasión que Zaragoza fue fundada por el primer emperador romano, Augusto, de quién vemos su estatua junto al Mercado Central. Pues bien, Tarragona es algo anterior a Caesaragusta. Fueron los hermanos y generales Cneo y Publio Escipión quienes la fundaron allá por el siglo III antes de Cristo. A partir de ahí, la urbe creció hasta alcanzar una población de más de 30.000 personas.
Es decir, fue una gran ciudad en la época y nos ha legado un importante patrimonio monumental que os encantará. ¿Qué os espera ahí? Ahora os lo contamos muy brevemente.
Posiblemente las ruinas romanas más espectaculares sean las del Anfiteatro de Tarraco. Y lo son por sus dimensiones, su estado de conservación y sobre todo por su emplazamiento junto al Mare Nostrum, o sea, el mar Mediterráneo. Se estima que ahí cabía casi la mitad de la población, y hay que imaginarse a esa multitud enfervorecida por las luchas de gladiadores o las ejecuciones.
El lugar es visita imprescindible durante vuestro viaje desde Caesaragusta a Tarraco. Y ya que lo visitáis comprad la entrada combinada que os permitirá el acceso a otros sitios arqueológicos que no os podéis perder en esta escapada a Tarragona.
Uno de esos lugares es el vecino Circo. Todavía más grande que el anfiteatro, si bien su estado de conservación no es tan bueno, ya que muchas de sus partes han quedado enterradas con el paso de los siglos. Aún así es muy atractivo y acceder a él también permite la visita a la Torre del Pretorio. Una construcción de cuatro pisos que se vincula con nosotros, ya que durante la Edad Media se convirtió en residencia de los reyes aragoneses cuando estaban en la ciudad.
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Igualmente en la Edad Media se construyó la Catedral de Santa Tecla de Tarragona, el espacio religioso más destacado de la actual ciudad y con detalles dignos de descubrirse como la Capilla de los Sastres o el rosetón de de su fachada principal. No obstante, debéis saber que ya era un espacio sacro en época romana, ya que aquí habría un templo dedicado a Augusto.
A un corto paseo de esta gran iglesia está una de las plazas que no os podéis perder para tomar algo. Es la plaza del Forum, y eso ya os dará pista sobre su vínculo con la época romana. Si en Zaragoza tenemos el Museo del Foro subterráneo, aquí en Tarragona está esta plaza que recuerda al Foro romano, cuyas ruinas todavía son visibles en alguna parte de la plaza.
Otro lugar que os trasladará al viejo Tarraco es la plaza del Pallol. Es cierto que hoy el aspecto es más bien medieval con el edificio de la Antigua Audiencia, pero que no os engañe su fachada. Aquí os aguarda una enorme maqueta que muestra cómo era la ciudad romana. Y no solo eso, aquí se inicia otra actividad imprescindible. Es el Paseo Arqueológico que en gran parte discurre junto a las antiguas murallas. Por cierto, este itinerario también lo podéis hacer con la entrada combinada.
Desde luego que los amantes de la historia y la arqueología tenéis que ir buscando el mejor momento para subir a un tren de alta velocidad que os lleve desde Zaragoza a Tarragona. Aunque no hay que pensar que allí solo veréis viejas ruinas y recuerdos del pasado. Hay otras cosas dignas de disfrutarse.
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Por ejemplo recorrer la Rambla Nova, la principal avenida de Tarragona que os puede llevar desde el carismático monumento a los Castellers hasta el conocido como Balcón del Mediterráneo. Un extraordinario mirador urbano que ya os imaginaréis que se asoma al mar, la playa y la zona del puerto.
Desde ahí veréis otro lugar digno de visitarse, y sobre todo degustarse. Es el barrio del Serrallo, la tradicional zona de pescadores, donde queda claro que comeréis de lo lindo. Aunque si no os queréis alejar del casco antiguo, también podéis acudir a la plaza de la Font, la cual cubre restos del citado Circo romano, y hoy en día es un enorme rectángulo plagado de bares y restaurantes para lugareños y sus visitantes.
¿A qué esperas? ¡Consulta los precios y horarios para tu próximo viaje a Tarragona!