A un paso de Zaragoza, la localidad de Paniza es una parada obligatoria en la provincia, disfrutando de patrimonio natural e histórico
Te contamos los imprescindibles de tu visita: desde los viñedos que rodean la localidad hasta sus construcciones más antiguas
Texto de Armando Cerra – Imágenes de Turismo de Aragón
¿Quién no ha oído hablar del puerto de Paniza? Pues bien, esta localidad de la Comarca de Campo de Cariñena es algo más que el lugar de paso obligado desde Zaragoza hasta la comarca de Daroca o las tierras de la provincia de Teruel. Os recomendamos hacer una parada en Paniza alguna vez que circuléis por esta parte de la A-23, e incluso que dediquéis una mañana para escaparos hasta allí. Hay poco más de 50 kilómetros de autovía y merece la pena recorrerlos.
Lo primero que llama la atención es la cantidad de viñedos del paisaje. Al fin y al cabo, para llegar hasta allí se atraviesan las tierras de la D.O.P. más antigua de Aragón, la de los vinos de Cariñena, la cual obviamente también está representada en los campos de Paniza. Pero una diferencia del territorio de Paniza respecto a sus vecinos de Longares, Alfamen o la propia Cariñena es que aquí el casco urbano rodeado de viñas no está en un llano, sino que se encuentra en la falda de la Sierra del Águila, o sea, en el relieve quebrado que da lugar al célebre puerto de carretera.
Y precisamente en la parte alta de la sierra se encuentra uno de los principales monumentos paniceros o panicenses, que de las dos formas lo podemos decir. Se trata del Santuario de la Virgen del Águila, al cual los vecinos acuden estos días de marzo para celebrar la festividad de San José con una animada romería.
Independientemente de cuándo hagáis esta escapada a Paniza no os perdáis el paseo hasta el santuario. Es un paseo muy accesible y os descubrirá no solo amplias panorámicas de la sierra y de la comarca, también veréis este santuario que ha sufrido distintas guerras y restauraciones. Y además pasaréis por enclaves muy atractivos como la conocida como Revuelta del Trago, donde es habitual pararse en las romerías a descansar y hacer lo que indica su nombre.
También cerca del santuario podéis ver una carrasca con unos dos siglos de antigüedad. Un árbol protegido y catalogado como monumental, que además posee su propia leyenda. Y es que se cuenta que precisamente en su copa estaba el nido de águila donde se le apareció la Virgen a un pastor de la sierra.
Pero todos los atractivos de la población no están en las inmediaciones del puerto. También el casco urbano de Paniza ofrece sus puntos de interés. Para empezar porque es el pueblo de una de las estudiosas de la lengua más célebres de las letras españolas. Nos referimos a María Moliner, que nació aquí en el 1900 y años más tarde escribió el Diccionario del Uso del Español, muy valorado por todos escritores de nuestro idioma.
Una obra inagotable en la que invirtió 15 años de trabajo y que en justicia debió valerle un sillón en la Real Academia de Lengua. Hubiera sido la primera mujer en entrar en esa institución, pero sin duda los académicos no estaban preparados para acogerla dando este importante paso.
Además de evocar a María Moliner, en Paniza también hay que descubrir su patrimonio histórico y artístico. Gran parte de él ubicado en la plaza principal y sus inmediatos alrededores. Ahí es donde está la Casa Consistorial, que anteriormente fue la Casa Valero Bernabé, un hidalgo que se asentó en la población a finales del siglo XVII.
Para esas fechas ya estaba construida la iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles, la cual destaca por su campanario de ladrillo y de inspiración mudéjar levantado hacia el siglo XVI. Si bien todo el templo fue modificado en tiempos del arte barroco. Por cierto, si tenéis oportunidad de acceder a su interior, no os perdáis algunos de sus retablos como el de San Pedro o el de la Virgen del Rosario.
Y no muy lejos del principal templo de la localidad está el Arco de Montserrat, que antaño fue una entrada a Paniza, cuando toda la población estaba amurallada. Y, ¿por qué de Montserrat? Porque en su parte alta se ubica una capilla dedicada a esta virgen.
Es decir que quizás habéis pasado por Paniza en más de una ocasión y nunca os habéis detenido en este lugar. Os animamos a hacerlo, a subir hasta el Santuario de la Virgen del Aguila, a daros un paseo por la población, a comprar sus vinos y también a pasar un rato más que agradable yendo hasta la Fuente del Hontanar. Ahí rodeados de pinos y carrascas podéis disfrutar de un buen picnic.
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