Corría el 2003 cuando tres barceloneses amantes de la arquitectura moderna unieron fuerzas (y ahorros) para construir uno de los hoteles más espectaculares y singulares del mundo.
Una obra maestra compuesta por 11 estructuras enclavada en medio de la asombrosa naturaleza de El Matarraña, uno de los rincones más desconocidos y a la vez espectaculares de Aragón, conocida popularmente como la Toscana Aragonesa.
Consolación es un hotel singular que combina a la perfección tradición, modernidad, confort y naturaleza.
Construido junto a una ermita del S XVI, sus habitaciones son cubos individuales revestidos de madera, colocados sobre un acantilado a los que se llega por un jardín natural tapizado de romero y tomillo.
También destaca su restaurante instalado en un antiguo cobertizo transformado en comedor de piedra, madera, acero y cristal.
El hotel es continuamente recomendado por importantes webs de viajes nacionales e internacionales y ha recibido numerosos premios de diseño y arquitectura.
Conde Nast Traveler lo nombró mejor hotel no urbano de España.