En Zaragoza puedes disfrutar de las series completas de grabados de Goya que realizó desde 1778 hasta 1825: el Museo Goya de Fundación Ibercaja, junto a la Plaza del Pilar, te acerca a la misma conciencia del genio de Fuendetodos. Contemplando los grabados se aprende, se disfruta y se sufre con la misma intensidad que lo hizo su autor.
Los grabados combinan el dominio técnico y la genialidad del artista. Son la expresión de la vitalidad y la energía creadora en su estado más genuino y nos permiten acceder al “taller” íntimo de un aragonés universal al que conmovieron profundamente las contradicciones del tiempo convulso que vivió: nos dejó un testimonio impactante que estimula la creatividad y la inspiración. Un recorrido por los grabados de Goya es una experiencia inolvidable.
GOYA APRENDIÓ TODAS LAS TÉCNICAS DEL GRABADO
Goya es una de las grandes figuras del grabado, no solo por razones técnicas sino también por razones temáticas. Dominó todas las técnicas de grabado de su época: El aguafuerte, el aguatinta, la punta seca… llegando a combinar varias técnicas en una misma estampa.
LAS SERIES
COPIAS DE VELÁZQUEZ, 1778
Con esta serie, Goya se inicia y experimenta con una técnica nueva y compleja (el aguafuerte), fatigosa para el pulso y para la vista, a la vez que recrea famosos cuadros de un pintor al que admiraba y consideraba maestro.
80 CAPRICHOS, 1799
Esta serie consagró a Goya como grabador. Aparecieron en un momento crucial de la Historia de España. Plasmó en imágenes críticas su visión de la realidad española, con valor universal, afrontando siempre sus propias contradicciones. Los Caprichos combaten la superstición, los vicios y las malas costumbres, pero también desvelan aspectos que anticipan el surrealismo: los sueños y el arte posterior, por lo que Goya siempre es contemporáneo y siempre sorprende.
LOS DESASTRES DE LA GUERRA
Desde 1810 Goya graba y dibuja espantosas escenas relacionadas con la guerra, pero en su aspecto no militar: muertes, torturas, “las miserias” de la guerra, alejadas de todo acto vistoso o heroico. Los grabó en caliente, como un reportaje de lo que veía y los estampó en secreto bajo la dominación francesa.
TAUROMAQUIA
Esta serie no tiene la trascendencia crítica de los Caprichos, la honda emoción de los Desastres, ni el tono surrealista de los Disparates, pero aquí Goya capta magistralmente el movimiento, el peligro, el dramatismo que conlleva una corrida de toros, manejando el aguafuerte y el aguatinta con una maestría inigualable.
LOS DISPARATES
La última gran colección grabada por Goya entre 1819 y 1824. Se estamparon treinta y seis años después de su muerte, en 1862. Es la obra más hermética y personal de Goya, un acto creativo fruto del libre vuelo de su imaginación que abre el camino a los surrealistas.
LOS TOROS DE BURDEOS
Entre 1824 y 1825, con setenta y nueve años experimentó con una nueva técnica: la litografía. Estas cuatro estampas sorprenden por la espontaneidad y el brío que demuestra un Goya casi octogenario en la representación de figuras de hombres y animales.
Accede a los grabados en la web del Museo Goya pinchando aquí
Aprende y disfruta con los recursos didácticos basados en los Caprichos de Goya en este enlace