Con motivo del Día Internacional de la Mujer, hemos hablado con Irene Rodrigo, quien se ha convertido en un ejemplo de emprendedora aragonesa
Alta bisutería de calidad, productos cercanos y hechos en España y una colección prácticamente permanente, alejada de las modas pasajeras, así es Alhaja Cult Store, una joyería zaragozana que apuesta por diseños contemporáneos y sin genero. Tras la marca se encuentra Irene Rodrigo, quien decidió emprender este camino junto a su amiga y cofundadora María Borrero.
Con motivo del Día Internacional de la Mujer, hemos decidido conversar con Irene, que se ha convertido en todo un ejemplo de emprendedora aragonesa, para conocer cómo fue su proceso hasta convertir su idea en realidad y las posibles dificultades con las que se ha topado por ser mujer.
P. En 2019, decides crear tu propia marca y embarcarte en la aventura de emprender junto con tu amiga María Borrero el proyecto de Alhaja Cult Store. ¿Qué es lo que te motivó a dar ese salto?
Teníamos otro negocio, un estudio de diseño para ayudar a fabricantes en Asia y diseñábamos para otras marcas. Entonces, íbamos tan rápido como las tendencias que nos enviaban. Tanto a María como a mí nos surgió la necesidad de que hubiese una marca que no se alejase de las tendencias, pero que fuese un poco más lenta.
El resultado es que no compramos cada semana o cada mes un collar o unos pendientes diferentes; creemos que la bisutería de calidad tiene unos tiempos más duraderos. Además, queríamos producir en España, aportando algo a nuestra comunidad, y así surgió Alhaja: haciendo producciones pequeñas y cercanas, sin tiempos y con una colección prácticamente permanente.
P. Si hacemos un repaso a tu recorrido laboral, podemos observar que has pasado por distintas posiciones y empresas. ¿Qué importancia ha tenido para ti el hecho de conocer distintas perspectivas laborales en tu carrera profesional?
Hemos trabajado anteriormente en otras empresas: Zara, El Corte Inglés, Mango… Ha sido un aprendizaje muy importante, mucho más que nuestros estudios universitarios. Es ahí donde te das cuenta cómo funciona el mundo real si te quieres dedicar a este sector. Es verdad que no cuentas con los mismos recursos para trasladarlos a tu negocio, pero hay muchas cosas que aprendes que sí que son extrapolables: negociaciones, valentía con proveedores, diversificación… Hay otras que puedes aplicar cuando tienes más recursos.
P. El sentido último de una empresa no deja de ser el solucionar un problema dentro de un nicho concreto. ¿Cuál es valor diferencial que aporta Alhaja en un mercado tan competitivo?
Lo más importante es que nuestros diseños y moldes son únicos, ya que hay muchas marcas de joyería que optan por adquirir cosas ya hechas en el mercado.
Además, la calidad es muy importante. Todo lo que es joyería está bañado en tres micras de oro, la plata es plata esterlina, contrastada, y los materiales que utilizamos son piedras semipreciosas y perlas cultivadas. Todo natural. No utilizamos nada sintético ni de baja calidad. El resultado son diseños que no siguen las tendencias, pero que tienen un carácter muy nuestro y contemporáneo.
P. ¿Cuáles han sido los mayores retos con los que te has encontrado en tu faceta de emprendedora? ¿Y tus mayores satisfacciones?
Mis mayores retos también son mis mayores satisfacciones. Por ejemplo, poder hacer grandes cosas con pocos recursos. Nos ha costado crecer un poco más que a nuestra competencia, pero es muy satisfactorio ver que, con el dinero que vas generando, haces crecer a tu negocio.
Otro reto muy importante ha sido que tanto María como yo somos personas multifuncionales. Aunque ella es diseñadora y yo me he formado en ADE, nos interesa aprender cómo funcionan muchas áreas y, cuando empezamos, lo hicimos todo nosotras.
P. Incidiendo un poco más sobre los retos del emprendimiento, ¿crees que faltan en el mundo mujeres emprendedoras? ¿Por qué?
Creo que en el mundo faltan tanto hombres como mujeres emprendedores, sobre todo en nuestro país. Aunque nosotras vendemos el 75% fuera de España, yo me relaciono principalmente aquí y hay muy pocos. No se forma correctamente a las personas ni se les da herramientas para emprender.
P. Siempre vemos a grandes influencers luciendo joyas de vuestra marca, ¡podemos decir que Alhaja está de moda! ¿Cómo influyen las redes sociales hoy en día en negocios como el vuestro que empiezan de cero?
Hoy en día lo tenemos mucho más fácil. Con un perfil de Instagram y una página web puedes vender a todo el mundo. Solo tienes que tener un buen producto a un buen precio. Antes era mucho más complicado.
P. Hace pocos meses, abristeis en el centro de Zaragoza vuestro primer showroom, ¿por qué decidisteis abrirlo en nuestra ciudad? ¿Qué acogida esta teniendo?
Teníamos una oficina que no estaba a pie de calle y mucha gente quería venir a comprar. Entonces, queríamos tener la posibilidad de abrir una tienda al público, queríamos que se empaparan de que ellas vienen a comprar donde nosotras trabajamos, no a una tienda que es muy lejana a la matriz. Esto lo había visto en otras ciudades europeas donde tienen pequeños showrooms abiertos al público. Como soy de Zaragoza y tenemos unas calles preciosas, pues quería abrir algo de este estilo.
Nos está funcionando muy bien. La gente pide cita previa por Instagram o por correo electrónico para asegurarnos de que haya alguien cuando vengan. De esta manera, nos vale para controlar quién viene.
P. Por último, siendo que eres un ejemplo de mujer aragonesa emprendedora, ¿qué consejo le darías a una mujer que está dudando en emprender?
Cuando empecé, pensé en qué podía perder. Nada, tan solo un puesto en un trabajo fijo, así que hay que ser valientes porque lo único que vas a perder es una nómina. Fuera de lo que se cree la gente, por ser mujer no es más complicado, por lo menos en mi caso, porque eres dueña de tu tiempo. Creo que para una mujer que está pensando en ser madre, no es más complicado, al revés.
También te puede interesar:
- Entrevistas
- Alhaja: la joyería ‘ungendered’ zaragozana que ha enamorado a la revista Hola
- 8M: Día Internacional de la Mujer
