El arte sale a las calles de la ciudad, una vez más, para homenajear a la figura histórica aragonesa más internacional y potencia la unión de la marca Goya con la capital zaragozana
Goya regresa a las calles de Zaragoza con una exposición atractiva, visual e impactante compuesta por doce bustos gigantes del genial pintor aragonés que han sido intervenidos por doce artistas aragoneses. La muestra, que nace de la colaboración entre el Ayuntamiento de Zaragoza y Heraldo de Aragón, se podrá contemplar en la plaza de Santa Engracia de la capital aragonesa hasta el próximo 16 de noviembre.
12 BUSTOS GIGANTES DE GOYA
En esta ocasión son doce esculturas de dos metros de altura cada una, todas ellas instaladas en la plaza de Santa Engracia, que están realizadas en fibra de vidrio y poliéster con acabado en imprimación, más robusta y llamativa, y que están inspiradas en el Grabado del Autorretrato de Goya que se encuentra en el Museo Goya de Zaragoza. Además, cada estatua está diseñada como un único cuerpo sobre un pedestal con un refuerzo metálico en la zona de apoyo y lastrado con 200 kg de acero, y las figuras tendrán un barniz final antivandálico.
Los artistas que han pintado las esculturas están seleccionados por los redactores de Cultura de Heraldo y componen diferentes perfiles, todos ellos muy consolidados en Aragón y fuera de la Comunidad, y ya han participado en iniciativas anteriores demostrando su capacidad y profesionalidad. De este modo, los ciudadanos podrán disfrutar de las intervenciones realizadas por Agnes Daroca, Gejo, Harsa, Jabier Remírez de Ganuza ‘Remy’, Laura Alloza, Vera Galindo, Federico Contín, Inés Marco, Jesana, Rosa Balaguer, Rubén Hervás e Ira Torres.
Se refuerza así el compromiso de la ciudad y el homenaje del mundo de la cultura hacia Francisco de Goya y Lucientes, una de las figuras españolas más conocidas en el mundo y que en 2021 se cumplió el 275 aniversario de su nacimiento. El genio aragonés fue un símbolo, un icono y un referente internacional del arte, pero, además, la “marca Goya” es sin duda un referente internacional que Zaragoza y Aragón debe seguir aprovechando para potenciar la vinculación del pintor con esta tierra y convertirla en sinónimo de arte, cultura y patrimonio.