Hemos visitado la Basílica del Pilar por dentro y por fuera. Así que vamos a concluir este tríptico pilarista contemplando el templo desde las alturas. Para eso hay que dirigirse a la Puerta Alta de la fachada norte, o sea, la de la ribera del Ebro. Ahí está el acceso a la torre-mirador. Una torre que casualmente es la última que se construyó.
Texto: Armando Cerra
En un post anterior ya hemos circunvalado por completo el templo y os hemos contado a toda velocidad su larga historia constructiva. Pero por si alguien todavía no lo ha leído, le vamos a recordar que el Pilar, con su planta tal y como lo conocemos hoy, es una herencia del arte barroco. O sea que fue entre finales del siglo XVII e inicios del XVIII se concibió la gran basílica actual.
No obstante, ha habido grandiosas incorporaciones posteriores tanto en su interior como en su exterior. Comenzando por la propia Santa Capilla de la Virgen y acabando por la ornamentación de la fachada de la plaza. Y también son añadidos posteriores la construcción de sus cuatro torres. Algo en lo que se ha invertido varios siglos, e incluso las dos últimas son mucho más recientes de lo que os podéis imaginar muchos.
Y si no preguntad a vuestros abuelos, porque tal vez ellos hayan sido testigos de cómo se levantaban las dos torres que dan a la fachada del río. Las últimas en construirse. Ambas se iniciaros en el año 1949, y si se concluyeron en el 1959 y en 1961. A esta última vamos a subir.
Para ello hay que hacer uso de un veloz ascensor que llega hasta una primera plataforma. Y de ahí parten un par de tramos de escaleras hasta el mirador superior. Aunque la torre en su totalidad alcanza los 92 metros, nosotros nos encontramos a unos 80 metros del suelo y las vistas son vertiginosamente atractivas. Toda la ciudad queda a nuestros pies y también las vecinas aguas del Ebro.
Sin duda que nos podemos entretener en buscar nuestro barrio entre la maraña urbana o en identificar los hitos del skyline maño, algunos tan antiguos como la torre de San Pablo y otros tan modernos como el WTC del Actur. Pero hoy nuestra protagonista es la Basílica del Pilar, y por eso vamos a fijar nuestra mirada aérea en el templo.
Nuestro consejo es haber visitado antes del interior, ya que desde arriba se traduce a las mil maravillas toda la estructura de la basílica. Gracias a sus 11 cúpulas, todas con esas coloridas tejas, podemos visualizar lo que ocultan, desde el altar mayor hasta las cúpulas pintadas en el siglo XVIII por Goya y los hermanos Bayeu. Y por otra parte, al ver todo ese entramado de cúpulas semiesféricas se ve como unas se apoyan en otras. Aunque la central sea la más alta y poderosa, se comprende que todo es como una inmensa construcción de Lego, donde cada pieza es imprescindible para mantener en pie del conjunto.
Por cierto, ¿sabes que cada torre tiene su propio nombre? El mirador donde estamos es la Torre de San Francisco de Borja. Mientras que su coetánea, que también mira al Ebro pero desde el otro extremo, es la Torre Santa Leonor. ¿Por qué semejantes dedicatorias? Pues el motivo es muy simple. Fueron el matrimonio de don Francisco Urzáiz y de doña Leonor Sala, quiénes sufragaron la construcción de estos gigantes. Y por lo tanto, posteriormente se las denominó con santos alusivos. Un pequeño consuelo, ya que el marido no llegó a ver su torre culminada.
Pero si estas son las dos torres más “modernas”, ¿qué pasa con el otro par que da a la fachada sur, la de la plaza? Pues bien, la más próxima a la de San Francisco de Borja, la del mirador, es precisamente la más antigua. Es la torre de Santiago y su construcción data del año 1715. Tanto desde abajo, como desde aquí arriba es obvio que si las comparamos, en el más vetusto de los campanarios pilaristas se le observa un poso histórico muy atractivo y especial.
Mientras que en la otra esquina, vecina ya al edificio del Ayuntamiento, se alza la torre de Nuestra Señora del Pilar. La cual tampoco hay que pensar que sea extraordinariamente antigua. De hecho también es una construcción del pasado siglo XX. Eso sí, de los mismos inicios, ya que se comenzó su levantamiento en 1903 y tan solo cuatro años más tarde se dio por concluida.
En fin, echamos un vistazo más al conjunto de la basílica, hacemos las últimas fotos y desde ahí arriba observamos la zona cercana del casco viejo desde las alturas. Porque este torre mirador del Pilar también es un sitio privilegiado para decidir hacia donde encaminarnos luego y tomar algo.
Fotografía: catedraldezaragoza.es